Armenia ha dejado de ser el principal aliado estratégico de Rusia en la región del Cáucaso luego del conflicto en el enclave Nagorno-Karabaj que provocó el reciente éxodo armenio hacia Ereván.
Es que Azerbaiyán tomó el control de la región Nagorno-Karabaj en el marco de una supuesta “campaña antiterrorista” — la mayoría del enclave es de etnia armenia/cristiana —, y Moscú no interfirió con sus tropas locales enquistadas allí porque su socio, Turquía, respaldó y armó a los azerbaiyanos para el brutal asedio.
“Los problemas que existen en la relación con Rusia son imposibles de esconder”, reconoció el canciller de Armenia, Ararat Mirzoyan, durante una entrevista que brindó a la prensa argentina en el marco de su visita a Buenos Aires en la que se reunió con la canciller Diana Mondino.
Quiebre de alianza Armenia-Rusa
Nagorno-Karabaj es una región montañosa reclamada por Azerbaiyán, una nación de fe islámica de mayoría chií -escuela ortodoxa Ithna Ashari- pero 40% suní -escuela Hanafi-, con cierto avance del movimiento salafista y del Islam popular, pero la mayoría de la población en esos 4.400 Km2 agrestes es armenia, cuya Iglesia Apostólica Armenia es una de las iglesias cristianas más antiguas, fundada en el siglo I dC.
Hasta la fecha más de 120.000 armenios han huido del territorio de Nagorno-Karabaj que está en conflicto con Azerbaiyán desde la caída de la Unión Soviética.
En septiembre del 2023 recrudeció el conflicto con el anuncio de una operación militar “antiterrorista” de Azerbaiyán contra las tropas armenias en la región de Nagorno-Karabaj tras meses tensos durante los que Armenia no cesó de acusar a Azerbaiyán de acumular tropas en su frontera.
Tal territorio oficialmente pertenece a Azerbaiyán -bajo el Derecho Internacional- , pero en él viven armenios católicos.
Armenia es un aliado político-militar de Rusia, pero Azerbaiyán es protegido de Türkiye/ Turquía, este último socio estratégico de Moscú: ello colocó en una encrucijada al mandatario Vladimir Putin que ‘le soltó’ la mano al pueblo armenio de Nagorno, provocando el éxodo de miles y el arresto de funcionarios armenios pro-Krmelin de parte de Azerbaiyán.
Incluso un hombre de negocios ruso-armenio, Ruben Vardanyan, que ejerció como ministro del autoproclamado Nagorno-Karabaj/Arstaj fue arrestado el año pasado por las fuerzas policiales de Azerbaiyán, Estado que considera a los separatistas armenios como terroristas, y a tan sólo a días de su ofensiva al enclave armenio.
Diana Mondino con su par Ararat Mirzoyan
La canciller Diana Mondino recibió esta semana a su homólogo de la República de Armenia, Ararat Mirzoyan, en visita oficial a nuestro país.
Durante tal reunión, ambos cancilleres hablaron sobre la cooperación bilateral en materia educativa, agrícola, de utilización pacífica de la energía nuclear con fines médicos, y científico-tecnológica en general.
En diálogo con Infobae, el canciller armenio mostró la postura de su país con respecto a la influencia Rusa en la región, su ex aliado estratégico.
“Analistas consideran que en medio del conflicto con Ucrania, Rusia busca nuevas vías logísticas, y encontró la solución en la cooperación con Azerbaiyán y Turquía”, sentenció, mostrando disconformidad por “el vacio” de Moscú para con ellos en Nagorno.
“Y en este escenario Nagorno Karabaj sería el precio que había que pagar. También hay analistas que consideran que la posición agresiva de Azerbaiyán es promovida por Rusia (…) Pero todas estas son suposiciones, son teorías, y lo que nosotros tenemos como hechos es lo siguiente: en Nagorno Karabaj había una misión de paz rusa y la limpieza étnica se llevó a cabo sin su intervención”, expresó ante la prensa argentina.
