La aerolínea estadounidense United Airlines cayó bajo la lupa del Gobierno federal de su país tras varios y repetidos incidentes aéreos en los últimos meses. La compañía, que opera en todo el mundo, sufrió serios problemas de seguridad aérea que activaron la observación detallada de la Federal Aviation Administration (FAA).
De hecho, en el último mes, la aerolínea registró al menos tres incidentes de gravedad. Todos ellos asociados nada menos con aeronaves de Boeing, constructora que se encuentra en jaque por serias dudas sobre la calidad de los procesos productivos de sus aviones.
En el caso de United Airlines, la FAA ya gatilló sanciones momentáneas contra la aerolínea. Entre ellas, suspendió la promoción de nuevos pilotos y abrió una auditoría completa sobre los procesos y estándares de seguridad que maneja la aerolínea.
Además se baraja la posibilidad de que United no pueda incorporar nuevas rutas de vuelo hasta en tanto no termine el proceso de auditoría. Algo que significaría un golpe duro para una competidora de un mercado dinámico como el estadounidense.
Según allegados a la compañía, el procedimiento es uno estandarizado dentro de la industria. No obstante, los consecuentes incidentes de seguridad invitan a pensar en algo más profundo.
United Airlines y Boeing
Los tres incidentes registrados por United en los últimos días involucraron aviones de Boeing. La constructora se encuentra bajo una fuerte crisis que incluye una investigación de potencial fraude contra USA por procesos de fabricación deficiente.
Esos incidentes fueron el Boeing 737-800 de United que aterrizó en Oregón sin un panel externo. A ese se sumó un Boeing 757 también perdió una pieza y un Boeing 777 aterrizó sin un neumático.
Si bien las responsabilidades de cada incidente están por determinarse, es probable que tanto Boeing como United Airlines encuentren algún tipo de injerencia en cada caso.