Julio, mes de negociaciones de paz entre Rusia y Ucrania

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Antonio Tajani fue vocero de Silvio Berlusconi, quien mantuvo una relación personal importante con Vladimir Putin. Cofundador del partido Forza Italia, él es ministro de Relaciones Exteriores de Italia y portador de una ironía muy intensa. Tajani dijo que la explicación de su par de Ucrania, Dmytro Kuleba, ante la lentitud de la contraofensiva de Kiev era que hay muchas minas explosivas colocadas por Rusia: ¿…? Si no hubiese una crisis humanitaria en el medio, las carcajadas habrían sido considerables por el humor negro de Tajani.

Ex vicepresidente de la Comisión Europea, ex comisario europeo de Transportes, ex comisario de Industria y Emprendimiento, ex vicepresidente y ex presidente del Parlamento Europeo, Tajani tiene experiencia y elegancia para explicar el fracaso de Ucrania, que ha recibido en 18 meses el equivalente a US$ 160.000 millones de parte de los países que integran la OTAN -en gran parte equipamiento y entrenamiento bélico-, pero su prometida contraofensiva no consigue lastimar a Rusia.

Ocurrió algo más la semana pasada: el amotinamiento de Wagner PMC, las tropas mercenarias de Yevgeny Prigozhin. Pero el díscolo ex protegido de Putin no logró el objetivo más importante: provocar la adhesión de militares y civiles rusos para un levantamiento contra Vladimir Putin. En las semanas anteriores, la prensa occidental insistió en que había muchos rusos descontentos con Putin. La alharaca de Wagner PMC sólo logró que la OTAN pueda utilizar el tema para reducir el chubasco público por los acontecimientos en Donbas.

Entonces hay apenas 2 posibilidades:

  • O expandir bruscamente el conflicto, involucrando a otros países –Volodymyr Zelensky ha insistido con esa posibilidad, y fracasó en el reiterado intento-,
  • O negociar un plan de paz, que estaba redactado y firmado en Estambul (Türkiye) en 2022, pero luego no fue implementado.

Julio, mes clave

Mientras las tropas de Wagner PMC firman sus contratos con el Ministerio de Defensa ruso -acatamiento al que se oponía Yevgeny Prigozhin, acusado ahora de ‘coquetear’ con Volodymyr Zelensky y que ha terminado exiliado en Bielorrusia-, la TV estatal de Alemania (ARD) informa que las negociaciones de paz podrían comenzar en julio.

Antes, durante el fin de semana, ocurrieron diálogos en Copenhague, capital de Dinamarca, entre el asesor de Seguridad Nacional de USA, Jake Sullivan, y otros funcionarios estadounidenses, y un grupo de países que se manifiestan ‘neutrales‘ pero son socios de Rusia en BRICS: China, India, Brasil y Sudáfrica. Al menos China, Brasil y Sudáfrica han presentado en el pasado reciente a Zelensky y a Putin propuestas de paz, siempre rechazadas por Ucrania.

India manifestó su disposición a colaborar. Luiz Inácio Lula da Silva provocó enojo en la OTAN al acusarla -con fundamento- de prolongar la guerra al suministrar más armas a Kiev.

Según el canal ARD, la reunión en Dinamarca fue «un gran paso adelante hacia las negociaciones de paz reales«.

Antes del encuentro, el diario británico-japonés Financial Times, había informado del escepticismo (en Londres) del encuentro de Sullivan y la secretaria adjunta del Departamento de Estado, Victoria Nuland, con los países neutrales del ‘Sur Global’.

En ocasiones, algunos diplomáticos y periodistas son ridículos:

  • según FT, el encuentro trató acerca de «reducir sus relaciones con Rusia»;
  • según CPH Post, diario danés, «Uno de los principales objetivos de la reunión -se cree que podría ser el primero de varios- será ejercer presión sobre los países que aún no han condenado la invasión de Rusia.»

Sin embargo el politólogo Flemming Splidsboel dijo por el canal danés TV2: “El ministro de Relaciones Exteriores de la India dijo muy claramente el año pasado en Bratislava que los problemas de Occidente no son los problemas del mundo. Pero Occidente cree que esto es tan grande y de tan largo alcance que los países deben tomar una posición. Quiere presionarlos para que lo hagan”. (…)».

Imposible destrabar así el conflicto.

De todos modos, hay gente audaz y con buenas intenciones. En la red social Facebook, el domingo 25/06, el jefe del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania, Aleksey Danilov, escribió que no descartaría la participación del presidente bielorruso Alexander Lukashenko en futuras conversaciones de paz que involucren a Rusia.

Lukashenko logró un éxito considerable al lograr que el jefe de PMC Wagner, Evgeny Prighozhin,cesara su amotinamiento y se marchara por donde había llegado.

Un desvío necesario

La revista rusa opositora a Putin, Meduza, hizo una impecable descripción de los acontecimientos que protagonizó el citado Prighozhin:

«(…) el curso de la contraofensiva ucraniana mostró al Kremlin y a todos los demás que el ejército ruso puede luchar sin el PMC de Wagner, a pesar de las fuertes declaraciones de Prigozhin en las redes sociales. Hasta hace poco, argumentó que solo los wagnerianos eran capaces, si no de ganar la guerra, al menos de desbaratar la contraofensiva ucraniana. Muchos creyeron en esto, pero ahora el ejército ruso continúa reteniendo a las Fuerzas Armadas de Ucrania sin la ayuda de mercenarios, y el recuerdo de la captura de Bakhmut por los wagnerianos es cosa del pasado.

En 2do. lugar, el Ministerio de Defensa se dio cuenta de que ahora es el momento adecuado para reconsiderar las relaciones con las empresas militares privadas, y con los Wagner PMC en primer lugar, cambiando su papel en la maquinaria militar rusa. Para ello, el ministro de Defensa, Sergei Shoigu, recibió la aprobación de Vladimir Putin.

En teoría, Prigozhin podría continuar saboteando la firma del contrato con el Ministerio de Defensa, insultando en las redes sociales al ministro Sergei Shoigu, y al jefe del Estado Mayor, general Valery Gerasimov. Pero la creciente irrelevancia de PMC Wagner en la batalla decisiva de 2023 lo ha puesto en una posición negociadora débil. Prigozhin se dio cuenta de que Shoigu y Gerasimov habían estado utilizando a los wagneritas en el campo de batalla durante todos estos meses para mantener la capacidad de combate del ejército regular. Todavía se necesitan mercenarios, pero no en la medida en que lo requieren las ambiciones de Prigozhin.

Por lo tanto, como algún condotiero medieval en la Italia del siglo XV, Prigogine decidió revisar los términos del contrato con el derecho soberano en medio de la batalla. Y se guió por una lógica simple: cuanto más fuerte es la crisis, mejores son las cartas.

Sin embargo, la incursión de Prigozhin en Rostov-on-Don resultó ser tan impactante y descarada que asustó a los rusos. (…) Con la ayuda de los wagnerianos, Prigozhin hizo lo que hicieron los señores de la guerra chechenos en la década de 1990: atacó una ciudad pacífica para negociar con el Kremlin. Pero esta vez no se trataba del fin de la guerra, sino de sus intereses personales.

Para defenderlos, Prigozhin eligió el centro de control de la guerra en Ucrania: Rostov-on-Don. Al ingresar a la ciudad, el fundador de Wagner PMC no encontró resistencia, a pesar de la fuerte presencia militar en la ciudad. Además, tomó como rehenes a 2 líderes militares responsables de coordinar las hostilidades: el viceministro de Defensa, Yunus-Bek Yevkurov; y el primer adjunto de inteligencia militar, Vladimir Alekseev.

El departamento de Rostov del FSB se atrincheró contra los wagnerianos en su propio edificio. Los operativos militares de contrainteligencia adscritos a la CMP de Wagner no hicieron nada. Y en Moscú, el aparato central del FSB reaccionó de una manera muy peculiar: el FSB llamó a los wagnerianos a «tomar medidas para detener» a Prigozhin. No se explicó por qué el departamento decidió delegar esta tarea a los propios mercenarios. Pero solo las fuerzas del orden y los servicios especiales tienen derecho a realizar detenciones y arrestos en Rusia.

La reacción del ejército fue igual de vaga. De todas las fuerzas que tenía el Ministerio de Defensa en esta zona (y son significativas), sólo la aviación intentó frenar el avance de las columnas de la PMC Wagner. Pero fracasó, perdiendo varios helicópteros y al menos 10 pilotos. En algún lugar al fondo, marchaba la Guardia Nacional (incluidas las unidades chechenas), cuyos camiones recorrieron la región, tratando de no cruzarse con las columnas de los wagnerianos.

Sin embargo, todo este caos no significa en absoluto que la rebelión de Wagner PMC paralizara y desorientara al ejército ruso. Al mismo tiempo que Prigozhin invadía Rostov-on-Don, las fuerzas armadas rusas continuaban luchando en el frente sin perder el control de las tropas.

El ejército y los servicios especiales simplemente no pudieron encontrar cómo responder a Prigogine. Y la razón hay que buscarla en la forma en que Putin construyó su sistema político. Mientras Prigozhin insultaba a Yunus-Bek Yevkurov y atacaba a Vladimir Alekseev, estos 2 generales rusos deben haberse estado preguntando si él tenía un vínculo directo con Putin. (…)».

En definitiva, esto es lo que ahora debe resolver Putin, para que no vuelva a suceder un aquelarre similar.

La ofensiva

El 22/05, la web Politico.com/ había anticipado, desde Washington DC:

«Dinamarca está dispuesta a albergar conversaciones de paz entre Ucrania y Rusia el próximo julio, dijo el ministro de Relaciones Exteriores danés, Lars Lokke Rasmussen, según informes de prensa.

“Si Ucrania descubre que ha llegado el momento de tener una reunión de este tipo, sería fantástico”, dijo Rasmussen al llegar al Consejo de Asuntos Exteriores en Bruselas, informó Reuters.

“Entonces, obviamente, a Dinamarca le gustaría organizar la reunión”, que necesitaría la participación de “países como India, Brasil y China”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores, y agregó que era “difícil para [él] ver” a Rusia asistiendo.»

También en mayo Volodymyr Zelenskyy expresó la necesidad de una reunión pero para ampliar el aislamiento de Rusia.

Luego comenzó la contraofensiva ucraniana que intentaba recuperar territorios que le ocupó Rusia para mejorar su posición en la negociación inevitable. Pero las pérdidas son considerables.

Ucrania ha establecido la restauración de su integridad territorial, así como la “construcción de una arquitectura de seguridad en el espacio euroatlántico, incluidas las garantías para Ucrania” como condiciones previas para las conversaciones de paz.

En un primer momento Rusia sostuvo que Ucrania debe ser «neutral«, abstenerse de unirse a la OTAN y la UE, y que la comunidad internacional reconozca los territorios que anexó para que comiencen las conversaciones de paz.

Desde 2014 Ucrania reclama el ingreso a la Unión Europea, que no le han concedido, y la OTAN ha informado que avanzaría en una inclusión luego de que finalice el conflicto vigente, no antes.

Elon Musk

Rusia no ha ocultado su adhesión al plan propuesto por el empresario global Elon Musk, bastante tiempo atrás, y que tiene similitudes con lo que Ucrania y Rusia firmaron en Estambul. Musk, a través de su empresa de comunicaciones satelitales Satlink es proveedor del Pentágono en Ucrania.

El director general de Tesla utilizó su cuenta en su empresa Twitter para afirmar que se debe permitir que Rusia de quede con la Península de Crimea, la cual se anexó en 2014 (Barack Obama recordó horas atrás que en Crimea la población es rusa). También que Ucrania debería adoptar un estatus neutral, abandonando su idea de integrarse a la OTAN.

Luego, las 4 regiones que Rusia busca anexarse tras los ‘referéndums‘ realizados por el Kremlin deberían volver a celebrar votaciones, esta vez organizadas por Naciones Unidas.

Musk apuntó que Crimea era parte de Rusia hasta que pasó a formar parte de Ucrania cuando existía la Unión Soviética en la década de 1950 por una caprichosa reorganización territorial de la ex URSS, y dijo que una guerra prolongadano terminará con una victoria rotunda para Ucrania.

Volodymyr Zelensky tiene problemas para conseguir más tropas y dificilmente la OTAN seguirá con su política de reequipamiento abrumador. Hora de definiciones.