Senador de Nigeria: Culpable de tráfico de órganos en Londres

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Un político del establishment nigeriano, Ike Ekweremadu, su esposa y un médico fueron declarados culpables (04/05/23) por el delito de tráfico de órganos en Gran Bretaña tras traer a un hombre de Lagos al país. Ike Ekweremadu, senador del Partido Popular Democrático de Nigeria fue la «fuerza impulsora en todo momento» para la extracción de un riñón a un vendedor ambulante de 21 de Lagos, el cual aceptó pruebas clínicas pensando que eran necesarias para la Visa de Reino Unido en plena pandemia, pero no se imaginó que sería explotado, según sus propias palabras.

Ike Ekweremadu y su esposa, de la alta alcurnia de Nigeria

Ike Ekweremadu y su esposa, de la alta alcurnia de Nigeria

El joven de Lagos descubrió la realidad cuando se reunió con médicos del Royal Free Hospital de Londres, quienes le hablaron del trasplante de riñón –que sería para la hija de Ekweremadu–. Ahora “no puede pensar en volver a Nigeria», ya que «estas personas son extremadamente poderosas”, así lo refirió en la declaración ante el juez.

El juez de la corte penal de Londres, Jeremy Johnson, criticó a Ekweremadu por participar en un «comercio despreciable» que se aprovecha de la «pobreza, miseria y desesperación» de las personas vulnerables, y lo condenó a 9 años de prisión. En cuanto al médico implicado, el doctor Obinna Obeta fue sentenciado a 10 años de prisión.

Del mismo modo, la mujer del senador nigeriano, Beatrice Ekweremadu, fue sentenciada a cuatro años y seis meses de encarcelamiento por conspiración para explotación humana. Mientras que la hija de 25 años del matrimonio, Sonia Ekweremadu, fue absuelta.

«El tráfico de personas a través de las fronteras internacionales para la sustracción de órganos humanos es una forma de esclavitud», declaró el juez.

Sonia Ekweremadu fue absuelta de irregularidades y vio cómo sentenciaban a sus padres desde la galería pública

Sonia Ekweremadu fue absuelta de irregularidades y vio cómo sentenciaban a sus padres desde la galería pública

Sin embargo, los fiscales consideran que el hombre no fue engañado sino reclutado dada su vulnerabilidad y que arreglaron la venta de su riñón a cambio de unas 7.000 libras esterlinas (unos ocho mil euros) y residencia en Gran Bretaña.

En relación a ello, la fiscal adjunta de la Corona y directora nacional de Esclavitud Moderna en el Servicio de Fiscalía de la Corona (CPS), Lynette Woodrow, asegura que «el consentimiento de la persona objeto de la trata no es una defensa”. “La ley es clara; no puedes consentir tu propia explotación», agrega.