Éxito de China: Arabia Saudita e Irán confirman reconciliación

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En su ambición de protagonismo geopolítico y liderazgo en la gobernanza global, China con apoyo de Rusia, pretende mostrarse como mediadora en los conflictos más picantes, desde la guerra ruso-ucraniana hasta la violencia en Medio Oriente.

En ese sentido recientemente no solo logró establecer su rol “pacificador” en conflicto militar que domina la agenda internacional, mediante su reciente e histórica conversación telefónica con Volodymyr Zelensky sino que logró que Irán y Arabia Saudita -rivales en el Islam y competidores dentro de la OPEP tras 7 años de hostilidades- sellen la reanudación de sus relaciones diplomáticas.

Una prueba de la mejora en las relaciones de ambos naciones fue la bienvenida oficial saudí al enviado iraní con el respaldo de la monarquía alaui, según pudo saber Political Room interpretando un video del canal de noticias Alekhbariyatv, a días de la anunciada apertura de sus embajadas.

Si bien las autoridades involucradas en la reunión son de bajo perfil, los encuentros anteriores y los anuncios sugieren una confirmación del fortalecimiento de las relaciones.

Diplomacia reanudada

A principios de marzo de este año, auspiciados por China, Irán y Arabia Saudita anunciaron anunciado el restablecimiento de sus relaciones diplomáticas, rotas por Riad en 2016 tras el asalto de la Embajada saudí en Teherán por parte de una turba de iraníes.

“La República Islámica de Irán y el Reino de Arabia Saudí han decidido reanudar sus relaciones diplomáticas y reabrir sus embajadas en dos meses”, detalló el comunicado conjunto de las dos grandes potencias chií y suní, respectivamente, de Oriente Próximo.

El consejero saudí de Seguridad Nacional, Musaid Al Aiban, el jefe de la diplomacia china, Wang Yi, y el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, Ali Shanjaní, 

El consejero saudí de Seguridad Nacional, Musaid Al Aiban, el jefe de la diplomacia china, Wang Yi, y el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, Ali Shanjaní,

Allí los dos países acordaron respetar la soberanía de los Estados, no interferir en asuntos internos, reactivar un acuerdo de cooperación de seguridad firmado el 17 de abril 2001, y la reanudación de un acuerdo general entre ambos territorios, alcanzado el 27 de mayo de 1998, “destinado a fomentar los lazos en los ámbitos económico, comercial, de inversión, técnico, científico, cultural, deportivo y de la juventud”.

El pacto provocó la envidia de Estados Unidos que cuestionó el cumplimiento de parte Irán y la celebración de la ONU por el papel mediador ejercido por China que cree en una futura estabilidad en la región.

El 7 de abril ambas países del Islam dieron un paso a más en Beijing y formalizaron la reconciliación con un encuentro entre el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Hosein Amir Abdolahian, y su homólogo saudita, Faisal bin Farhan al Saud mediante la mediación de Qin Gang.

Allí delegaciones privadas y públicas de ambos países expresaron sus deseos de mantener conversaciones sobre la expansión de la cooperación comercial, económica y de inversión y facilitación del transporte aéreo entre Arabia Saudita e Irán. También la emisión de visas y otros servicios relacionados a los ciudadanos de ambos estados para llevar a cabo intercambios económicos y comerciales, así como la peregrinación Umrah (a la Meca).

Asimismo Riad y Teherán acordaron reabrir embajadas y consulados y expresaron su disposición a eliminar los obstáculos para mejorar las colaboraciones.

En esa ocasión el ministro de Relaciones Exteriores chino había reivindicado el rol relevante del gigante asiático en la región: «Beijing apoya a los países de Medio Oriente para que defiendan su independencia estratégica, se deshagan de la ‘interferencia’ externa y mantengan el futuro de la región en sus propias manos».