La Fuerza Aérea, tuvo que trasladar a Trelew a familiares y amigos de guerrilleros que querían rendirles homenaje

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El ministro Jorge Taiana conoce la historia. En 1972, el general Alejandro Agustín Lanusse intentaba, con limitaciones pero voluntad, cerrar el capítulo de la Revolución Argentina y reinstalar la democracia: muchos militares no querían, Juan Perón tampoco acompañaba alentando a las ‘formaciones especiales’ que luego le amargarían la vida a él, y además había guerrilla marxista. Utilizando los mecanismos del Poder Judicial, el gobierno de Lanusse había logrado detener a una buena cantidad de guerrilleros / terroristas (todo depende desde dónde se evalúe a quienes toman las armas para imponer a la sociedad otra organización institucional).

En el Penal de Rawson, capital de la Provincia de Chubut, estaban detenidos cerca de 200 integrantes del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y Montoneros, custodiados por 70 guardiacárceles y una compañía militar de 120 hombres, a 3 cuadras.

Marcos Osatinsky (FAR) comenzó a planificar una fuga, que le provocaría un daño considerable a los militares en general, sin considerar lo elemental: debilitar a quienes querían negociar sólo fortalecería a los ‘duros’ o ‘halcones’ en las Fuerzas Armadas.

Sin embargo, si ellos hubiesen sido racionales jamás serían guerrilleros / terroristas (según desde dónde se evalúe), en especial cuando el período histórico avanzaba hacia alguna forma de democracia representativa en la que ya estaba involucrada la Unión Cívica Radical a través del ministro Arturo Mor Roig.

Y si ellos hubiesen sido racionales no habrían fallado en forma tan elemental en su fuga.

Cuando Mario Roberto Santucho, del Partido Revolucionario de los Trabajadores (ERP), llegó como detenido, intentó acelerar la planificación y ejecución de la fuga.

Al Comité de Fuga se sumó a Fernando Vaca Narvaja (Montoneros), Roberto Quieto (FAR), Enrique Gorriarán Merlo (ERP) y Domingo Menna (FAR), y la acción se ejecutó el 15/08/1972 a las 18:05: 110 detenidos debían fugarse en 3 camiones, pero un tiroteo entre el guardiacárcel Juan Gregorio Valenzuela y Marcos Osatinsky provocó una confusión insólita entre delincuentes profesionales… y los 3 camiones se retiraron.

Los guerrilleros tomaron la cárcel rápidamente, pero ¿cómo trasladarse hasta el aeropuerto? Los integrantes del Comité de Fuga subieron a un Ford Falcon.

En el aeropuerto se encontraba en la pista un avión Bac 1-11 de la empresa Austral Líneas Aéreas (matrícula LV-JNS), que realizaba el vuelo 811, desde el Aeropuerto General Mosconi, de Comodoro Rivadavia, hacia el Aeroparque Jorge Newbery, de Ciudad de Buenos Aires, con escalas en Trelew y Bahía Blanca.

Los guerrilleros Víctor Fernández Palmeiro (ERP) y Anita Weissen (FAR) debían capturar el avión que transportaba a 96 personas entre pasajeros y tripulantes. El Comité de Fuga abordó el avión y decidieron esperar el arribo de quienes habían quedado en Rawson.

A las 19:27, luego de una hora y media de iniciada la fuga, los miembros del Comité de Fuga decidieron despegar, sin conocer que 19 guerrilleros habían conseguido 3 automóviles para fugarse y estaban a 5 minutos del aeropuerto.

Sin duda había una precariedad llamativa que, años después, y ya enfrentados a las fuerzas militares y de seguridad, provocarían su derrota militar.

El avión voló hasta Puerto Montt, Chile, gobernado por el socialista Salvador Allende, donde pidieron asilo.

Los otros 19 decidieron comunicarse con un juez y hacer pública la situación para evitar que los ejecutaran ‘por izquierda’.

La alternativa era capturar un avión de Aerolíneas Argentinas que se encontraba próximo pero no pudieron capturar la torre de control, que le advirtió al AR que cambiara su rumbo.

Hubo una conferencia de prensa a cargo de Rubén Pedro Bonnet y se entregaron a los efectivos de la Armada, que mantenían rodeada la zona.

Una patrulla militar bajo las órdenes del capitán de corbeta Luis Emilio Sosa, jefe N°2 de la Base Aeronaval Almirante Zar, de Trelew, condujo a los prisioneros recapturados hacia esa dependencia militar y no al penal de Rawson.

No pudieron verificar la situación en la base las personas designadas como garantes: el juez Alejandro Godoy, el director del diario Jornada, el subdirector del diario El Chubut, el director de LU17 y el abogado Mario Abel Amaya.

En todo el país la situación era de enorme tensión.

A las 03:30 del 22/08/1972, los 19 detenidos fueron despertados, trasladados a un patio y mientras estaban formados y obligados a mirar hacia el piso fueron ametrallados por una patrulla a cargo del capitán de corbeta Sosa y el teniente Roberto Bravo.

Al terminar los disparos, 7 sobrevivientes fueron llevados a la enfermería pero sin asistencia médica murieron 4 y los 3 restantes fueron trasladados al día siguiente a Puerto Belgrano.

La torpeza de los ‘halcones’ fue extraordinaria porque ellos ignoraron una clave de todo proceso de tensión: gana quien pueda legitimarse como víctima. La ejecución confirmaba todo lo que los guerrilleros decían de los militares, aún cuando fuesen mentiras.

Juan Domingo Perón dijo que había sido «un asesinato», y tuvo razón.

Murieron:

  • Alejandro Ulla (PRT-ERP)
  • Alfredo Kohan (FAR)
  • Ana María Villarreal de Santucho (PRT-ERP)
  • Carlos Alberto del Rey (PRT-ERP)
  • Carlos Astudillo (FAR)
  • Clarisa Lea Place (PRT-ERP)
  • Eduardo Capello (PRT-ERP)
  • Humberto Suárez (PRT-ERP)
  • Humberto Toschi (PRT-ERP)
  • José Ricardo Mena (PRT-ERP)
  • María Angélica Sabelli (FAR)
  • Mariano Pujadas (Montoneros)
  • Mario Emilio Delfino (PRT-ERP)
  • Miguel Ángel Polti (PRT-ERP)
  • Rubén Pedro Bonnet (PRT-ERP)
  • Susana Lesgart (Montoneros).

Sobrevivieron:

  1. Alberto Miguel Camps (FAR – asesinado en 1977)
  2. María Antonia Berger (FAR – desaparecida en 1979)
  3. Ricardo René Haidar (Montoneros – desaparecido en 1982).

Sin embargo es necesario recordar que los 19 eran combatientes irregulares que reconocían en la Cuba de los Castro Ruz el espejo más cercano donde reflejarse, reivindicaban las acciones de Ernesto Guevara y creían en la toma del poder por las armas.

Marcos Osatinsky, Roberto Mario Santucho y Fernando Vaca Narvaja, antes de salir hacia Cuba, en aquel 1972.

Marcos Osatinsky, Roberto Mario Santucho y Fernando Vaca Narvaja, antes de salir hacia Cuba, en aquel 1972.

El presente

La historia es más compleja, y las repercusiones también. Aquí sólo se intentó realizar una breve introducción de recordación de los acontecimientos para explicar la noticia:

Jorge Taiana, ministro de Defensa de la Nación, ordenó el lunes 15/08 a la Fuerza Aérea Argentina disponer un avión de transporte para el traslado de familiares y amigos de los 19 del ERP, FAR y Montoneros que deseaban rendirles un homenaje en Trelew a sus combatientes.

No se entiende cuál es el motivo para que el Estado tenga que utilizar recursos propios para un acto privado.

Mucho menos que el Estado legitime los delitos que llevaron a prisión a aquellos guerrilleros / terroristas.

La decisión de Taiana no fue una reconciliación sino una venganza y una reivindicación de los guerrilleros / terroristas, coprotagonistas de una violencia extrema en la Argentina.

En la persona del ministro Taiana, el Estado Nacional le concede un reconocimiento a quienes, en definitiva, atentaban contra él y fueron coprotagonistas de la tragedia que terminó en los atentados, los detenidos desaparecidos, el Proceso de Reorganización Nacional, etc. etc.

Ya que estamos con Taiana: este Boeing 737 fue comprado durante los días de Mauricio Macri pero recibido por Agustín Rossi en días de Alberto Fernández. En teoría, es para Aérea, pero en la práctica lo utilizan políticos, gobernadores y también amigos y familiares de enemigos de la Fuerza Aérea.