Por qué estamos tan irritables: El calor afecta el ánimo

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La alerta roja emitida desde hace doce días ante la ola de calor que azota Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes, con temperaturas máximas medias alcanzadas de entre 30 y 40, se cobraron la vida de dos personas tras un golpe de calor: uno de ellos, un maratonista de la ciudad de La Plata que sufrió un paro cardiorrespiratorio. “Una ola de calor es un período excesivamente cálido que puede tener un impacto en la salud de leve a alto sobre todo para grupos de riesgo (niños y niñas, adultos mayores de 65 años con enfermedades crónicas como cardiovasculares, respiratorias, diabetes y obesidad). Los efectos van desde deshidratación, golpes de calor o complicaciones, hasta un aumento de la mortalidad”, declaró el Ministerio de Salud en su página web oficial.

Pero no solo existe un riesgo para la salud física, ya que según los psiquiatras que dialogaron en exclusiva con Urgente 24, las altas temperaturas (pasados los 38/40 ), producen desórdenes en la atención, alteran las jornadas de sueño y la salud mental —más agresividad e irritabilidad y aumento de tasas de suicidio—.

De igual manera, la Universidad de Boston observó que aumentan las consultas psiquiátricas por ansiedad, estrés, depresión y abuso de sustancias en los días más extremos de calor, tras el análisis de 3,5 historias clínicas de urgencias. Las altas temperaturas generarían episodios de manía a quienes padecen un trastorno bipolar, según los últimos estudios.

Mientras que la Universidad de Berkeley sostiene que durante las olas de calor, se han registrado un mayor índice de homicidios y violaciones a nivel local. Asimismo, crece el número de urgencias psiquiátricas por trastornos obsesivos compulsivos en días de calor extremo, según lo reportó el Centro de Salud La Unión de Murcia.

“Aumentan las descompensaciones, la agresividad, la irascibilidad… Hay menos tolerancia a la frustración y, en definitiva, se dan más brotes. Incluso se necesitan ajustes de medicación más frecuentemente”, explica Roselin Miranda, psicóloga sanitaria de Center Psicología Clínica a RTVE.

La profesional de la psicología española expuso que se exacerba el consumo de cocaína y alcohol en los adictos, porque el calor aumenta la ansiedad que impulsa al abuso en “grandes cantidades” y que “puede favorecer el golpe de calor con síntomas graves”

Un estudio realizado en Nueva York descubrió una mayor mortalidad por el consumo de cocaína durante los días calurosos (>31,1 °C) en comparación con otros días, y planteó la hipótesis de que el estrés adicional añadido al sistema cardiovascular por la alta temperatura podría empeorar las condiciones cardiovasculares existentes causadas por el consumo de cocaína

Este cambio en el estado de ánimo de las personas, que comúnmente se manifiesta en la estación de verano, se conoce medicamente como Trastorno Afectivo Estacional de Verano (SAD), y refiere a la modificación conductual de la persona en un contexto ambiental caluroso, con cuadros de irascibilidad, insomnio, ansiedad, decaimiento, fatiga y bajo rendimiento laboral.

“En todo el espectro de la salud mental observamos que el calor extremo es dañino para el bienestar mental”, señaló Nick Obradovich, sociólogo computacional del Instituto Max Planck para el Desarrollo Humano y coautor de una investigación (2018) de análisis de los riesgos del cambio climático para la salud mental.

En esa misma línea, un estudio realizado por los investigadores Liuba Belkin y Maryam Kouchaki, de la Universidad de Lehigh y la Universidad de Northwestern (Estados Unidos), descubrió que el 95 % de su muestra de alumnos expuestos a un salón fresco (con aire acondicionado) respondían adecuadamente a la totalidad de una encuesta escrita, mientras que el 64 % de los del aula calurosa sólo pudieron responder una, lo que arrojó que los índices de apatía social se incrementan por el calor.

Las temperaturas extremas pueden influir en varios aspectos, desde tu humor cotidiano hasta la probabilidad de experimentar una crisis grave de salud mental

Adrenalina se activa con el calor extremo

Una de las principales hipótesis del aumento de la agresividad en olas de calor, tiene que ver con el aumento de la hormona adrenalina. Como es sabido, la secreción de ella sucede a través de las glándulas suprarrenales, cuando la persona se siente en peligro o está en una situación de estrés o deporte, pero también ante un calor extremo. Entonces, el cuerpo comienza a sudar para enfriar los músculos, las pupilas se dilatan más, y se incrementan los latidos cardiacos, la presión arterial y el intercambio respiratorio, lo que se traduce en aumento de irritabilidad y somnolencia.

“El incremento de temperatura implica problemas psíquicos im­portantes: depresión, irritabilidad, problemas de sueño (…) También acentúa la impulsividad, ya que crea actos que no se controlan. Como si la libertad de las personas se inhibiera: unos se vuelven impulsivos, otros apáticos. En los primeros, este impulso se transforma en violencia”, asevera José Luis Labajo Salazar, físico y experto en cambio climático de la Universidad de Salamanca.

Los especialistas de la Salud Mental sostienen que la mayoría de los humanos somos meteorosensibles, es decir, que con las temperaturas extremas —tanto frío como calor—nuestro estado de ánimo se modifica. Aunque la exposición a la luz solar ayuda a fijar la Vitamina D que es responsable de la reconversión del aminoácido triptófano en serotonina y es reguladora del eje hipotalámico-pituitario-adrenal que produce adrenalina, noradrenalina dopamina, el excesivo calor alteraría los niveles adecuados de estos neurotransmisores, con consecuencias negativas en nuestro estado comportamental. “El porqué no se sabe en detalle, pero parece que puede estar relacionado con personas que tienen una regulación anómala de la serotonina”, expone el catdrático en Psiquiatría Antonio Bulbena de la Universidad Autónoma de Barcelona.