La reforma previsional consume a Emmanuel Macron y a Francia

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El presidente de Francia, Emmanuel Macron, propuso una revisión delsistema previsional del país centrada en aumentar la edad legal de jubilación en 2 años, a 64. La legislación, que se encuentra ante el Parlamento, ha desencadenado oleadas de protestas y huelgas. Los sindicatos se han comprometido a mantener la movilización permanente mientras Macron se niegue a cambiar de rumbo, con una nueva protesta prevista para el miércoles 15/03.

Macron dice que los cambios son necesarios para salvar el sistema de pensiones de Francia del colapso y mantener la disciplina fiscal. El déficit fiscal, que fue del 5% del PBI en 2022, debería regresar a 3% del PBI, en línea con el objetivo de la Unión Europea. Un problema no menor es que Macron quiere incrementar el presupuesto militar de Francia, en medio de la guerra en Ucrania. ¿Quitarle a los jubilados para equipar más a las FF.AA.?

Pero Francia tiene un problema demográfico cierto: destina 14,5% de su producción económica a su sistema jubilatorio, en comparación con el 7,5% de USA y el 10,4% de Alemania, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), un club de naciones ricas. Y destina el 1,9% del PIB a su ejército.

Capitalización vs. Reparto

Sin embargo, el diario Le Monde recuerda que todos los países europeos tienen un sistema de pensiones de reparto mezclado con capitalización en diversos grados. En el Reino Unido y Países Bajos, el volumen de dinero gestionado por fondos de pensiones o fondos de pensiones privados representan más de la mitad del gasto total en pensiones.

Francia es la excepción al avance de la capitalización en la Unión Europea, y opera 100% sobre la base de reparto, tanto para su régimen básico como para los regímenes complementarios, lo que, por supuesto, no le impide a alguna gente acumular sus propios ahorros para su jubilación. Este principio no es cuestionado por la reforma propuesta por el gobierno.

Un tema no secundario, para Le Monde, consiste en que la edad legal –a la que se puede reclamar los derechos de pensión– es diferente de la edad real o efectiva –el momento en que los trabajadores eligen jubilarse. La brecha que suele citarse entre los 62 años de edad legal en Francia y los 67 años en Alemania se reduce bastante si comparamos las edades efectivas de salida de los 2 países: 63 años y 65 años. En Alemania, Luxemburgo o Austria, la mayoría de los trabajadores se jubilan antes de la edad legal de jubilación, mientras que en Francia, Suecia o Grecia lo hacen después.

Esta elección a menudo está influenciada por la existencia de descuentos que retrasan la edad en la que uno puede reclamar la jubilación completa. Los trabajadores prefieren entonces trabajar más tiempo para aumentar el nivel de su pensión futura.

La embestida

Francia tiene una de las tasas más bajas de jubilados en riesgo de pobreza en Europa, y la pregunta a The Wall Street Journal que lo destacó es: ¿un jubilado que trabajó y aportó durante toda su vida activa tiene que ser pobre? ¿Cuál es el objetivo del WSJ al destacarlo?

WSJ también señaló que Francia tiene una tasa neta de reemplazo de pensión del 74%. Es un indicador de la pérdida del poder adquisitivo que supone para un trabajador acceder a la jubilación. En otras palabras, es la cantidad que cobrará una persona cuando se jubile en comparación con el último sueldo que percibía cuando estaba en activo. En la OCDE el promedio de la organización de 62%.

Pero en Francia se espera que el sistema de jubilaciones y pensiones tenga un déficit de 1.800 millones de euros en 2023, que aumentará a 10.700 millones de euros en 2025 y 21.200 millones de euros en 2035: es necesario tomar decisiones.

Los jubilados franceses tienen pocos costos fijos porque el sistema de salud social les ahorra facturas médicas, y 80% de los jubilados franceses son dueños de sus casas, insiste WSJ: ¿es suficiente argumento para reducir las jubilaciones? Polémico.

¿Suficiente o insuficiente?

Algunos economistas dicen que los cambios propuestos por Macron no mantendrán el sistema a flote por mucho tiempo. Que son apenas parches.

Si se aprueba la legislación, proporcionará un período de alivio fiscal antes de que el sistema vuelva a la insolvencia después de 2030, según Frédéric Bizard, profesor de Economía en la escuela de negocios ESCP con sede en París.

El gobierno descartó aumentar los impuestos para apuntalar los déficits, diciendo que los impuestos en Francia ya son altos.

Francia ocupó el 2do. lugar entre los 38 países de la OCDE en términos de relación impuestos/PIB en 2021, con 45,1%. El promedio de la OCDE de 34,1% y en USA es 26,6%.

Descontento juvenil

La edad de oro de las pensiones francesas está llegando a su fin, consecuencia del estrés demográfico que sufre los sistemas de jubilación de las economías avanzadas de todo el mundo. Para los jóvenes, un motivo de descontento futuro.

A medida que las personas viven más y la población envejece, la cantidad de trabajadores activos que financian cada cheque de pensión se reduce.

Francia tenía más de 4 trabajadores por cada jubilado a principios de la década de 1960, según el gobierno. Esa cifra fue de 1,7 en 2020 y se prevé que caiga a 1,5 durante la próxima década, según un panel independiente de economistas, legisladores y líderes sindicales que asesoran a Macron sobre pensiones.

Además de la carga fiscal de Francia, millones de trabajadores también tienen derecho a jubilarse años antes de la edad legal de jubilación, porque pertenecen a sectores tales como el transporte y la energía que se consideraban más exigentes para el físico de los trabajadores.

Entonces, son décadas de cheques de jubilación y pensión, ya que la esperanza de vida promedio de Francia es de 82,5 años en comparación con el promedio de USA que, fentanilo mediante, cayó a 77 o 75, depende.

El reclamo

La protesta es intensa, de todos modos. Es más: Karel Yon, sociólogo y profesor de la Universidad Paris-Nanterre, se plantea una “diversificación de las formas de protesta, con acciones simbólicas, que se apoyan en puñados de activistas más comprometidos que los demás.»

La táctica del gobierno puede funcionar en lo institucional. Nada le impide aprobar la reforma, sea por mayoría de votos, sea por un 49,3%. Pero puede ser un golpe terrible para la popularidad de Macron.

El descrédito sería grande en la opinión pública, mientras que una gran mayoría de los trabajadores, y de la población en general, se opone a esta reforma e incluso está a favor de huelgas y ocupación de espacios públicos. El actual gobierno renovó su mandato con muy poca legitimidad, aún más contaminada por estos acontecimientos.

Karel Yon le dijo a Sabrina El Moselli, en Le Monde:

  • «Creo que la gran diferencia entre un movimiento como éste y el de los ‘chalecos amarillos’, por ejemplo, es la infraestructura que brindan los sindicatos, que tienen experiencia en cuanto a la organización de movimientos de protesta. Históricamente, el sindicalismo ha servido más para encauzar la violencia que para alentarla. Es gracias al sindicalismo que la huelga permite llevar a la negociación.»
  • «De la misma manera que participar durante meses en el movimiento de los ‘chalecos amarillos’, reuniéndose en las rotondas, tuvo efectos duraderos de politización en los individuos, este movimiento dejará su huella, que pueden parecer contradictorias, entre la participación de los sindicatos y la decepción política. De hecho, esta secuencia también puede alimentar la abstención electoral, un descrédito político alimentado por la decisión del Ejecutivo de hacer oídos sordos.»
  • «Durante un cuarto de siglo, el movimiento sindical se había reorientado para que, fuera cual fuera el gobierno en el poder, pudiera negociar y hacer valer los derechos de los trabajadores, sin plantearse necesariamente la cuestión de un futuro mejor, de una transformación social más amplia. Pero frente a instituciones que se han vuelto tan herméticas a las demandas sociales, puede haber llegado el momento de que los sindicatos vuelvan a conectar socialdemocracia y democracia política de manera más directa.»