No habrá Plan Platita 2023, déficit 1,9% y salir al mercado

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Una de las grandes preguntas en el mercado durante las últimas semanas tenía que ver con el nivel de gasto que iba a generar la Administración Fernández en el año electoral y si su ministro de Economía, Sergio Massa, iba a convalidar un eventual Plan Platita 2023. Fue el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, quien envió un claro mensaje al mercado y al propio Frente de Todos que, entrelíneas, se puede traducir como una frase contundente: «No habrá Plan Platita».

En una columna de opinión publicada en Infobae luego de que el oficialismo denunciara que la mesa nacional de Juntos por el Cambio agita fantasmas para generar una corrida cambiaria y bancaria, Rubinstein resaltó lo que se evitó y lo que también se evitará:

Reafirmamos la meta de lograr un déficit de 1,9% para 2023. Aunque estemos lejos del objetivo de superávit fiscal primario, estamos allanando el camino para que en 2024 se pueda construir sobre los logros de 2023

Según el funcionario nacional, al momento de la renuncia de Martín Guzmán, «en julio 2022, la inercia llevaba a un déficit fiscal primario para 2022 del orden del 3,5% del PIB, con el gasto público que crecía 10 puntos por sobre la inflación. Gracias a las medidas tomadas, encuadramos el déficit en 2,5% del PBI, con el gasto creciendo a un ritmo de 6 puntos por debajo de la inflación».

Subir tasa de interés, déficit fiscal y eliminar cepo

Luego, pareció haber dejado una ventana abierta a la posibilidad de una nueva suba de tasa de interés. Teniendo en cuenta que la inflación interanual ronda el 99% (enero 2022-enero 2023) y que los tipos del BCRA están en 75%, Rubinstein definió:

Las cuestiones más relevantes en esta área son: a) normalizar las tasas de interés desde valores reales muy negativos, a valores reales positivos (como manera de no incentivar la demanda de dólares, ni una excesiva demanda de bienes), y b) bajar al mínimo el uso de Adelantos Transitorios

En su objetivo de rescatar la normalización de la deuda con el FMI y de haber logrado nuevos desembolsos de organismos multilaterales, el economista subrayó que «la deuda en bonos y Letras del Tesoro en pesos en privados terminaría en 2023 cerca del 8% del PIB, y si agregamos deuda de largo plazo en privados (Discount, PAR y Cuasi Par), al 12% del PIB. Mantener el ratio deuda/PBI en 12% supone un esfuerzo fiscal del orden del 0,2% del PBI, lo cual, a nuestro juicio, es bien sostenible».

En este marco, sorprendió una definición: la intención del equipo económico de eliminar el cepo y de no atrasar tipo de cambio:

Nuestra idea rectora es poder dejar de lado los controles de cambio (cepos) en cuanto sea posible, de modo que no haya brechas cambiarias

«Pero para que liberar el cepo no sea un operativo de alto riesgo, se necesitaría contar con un stock de dólares mucho más alto que el actual (para poder intervenir exitosamente de ser necesario), y sería altamente conveniente no tener déficit fiscal primario (para no tener que aumentar el stock de pesos por motivos fiscales).

Estamos trabajando activamente en ambos frentes (fiscal y de reservas), y en mecanismos que esperamos permitan bajar las muy altas brechas cambiarias actuales».

En cuanto al crawling peg, se ha dejado de lado la política de atrasarlo

Sobre el final de una larga nota, Rubinstein dedicó unas líneas a Juntos por el Cambio:
Esperamos, nuevamente, dejar a diciembre de este año, una situación mucho mejor que la que vivimos en junio-julio de 2022. No estamos en modo ‘llegar’, ni en modo ‘aguantar’, ni estamos dejando ‘bombas’ a estallar en 2024, cualquiera sea el resultado electoral en octubre. Estamos en modo ‘mejorar lo más que se pueda, y en el menor tiempo posible’. Nuevamente, para beneficio de todos los argentinos y habitantes del país

Sergio Massa sale al mercado y evita el waiver del FMI

La delicada situación del BCRA -en lo que va del 2023, al 13/02, lleva vendidos US$900 millones y usó US$600 millones para la recompra de bonos- pudo en crisis la meta de reservas con el FMI. Esto motivó rumores en el mercado de un posible waiver pero tanto Massa como su equipo buscan evitarlo por todos los medios.

Infobae confirmó que el ministro busca un préstamo de bancos internacionales. El periodista económico, Pablo Wende, informó:

Aunque en el equipo económico mantienen el hermetismo sobre estas negociaciones, Infobae pudo averiguar que el monto superará los USD 1.000 millones, la tasa será de un dígito (Libor más 4,5% ó 5%) y el plazo superará los dos años. Los dólares ingresarán directamente al Tesoro y no al Banco Central, un pedido expreso del ministro. Se trataría del primer préstamo internacional por parte de inversores privados desde que arrancó el actual Gobierno, en diciembre de 2019

Una posibilidad es que al menos parte de esas divisas se utilicen para seguir comprando deuda. Pero no está claro si habrá demasiado margen, ya que el compromiso de acumulación de reservas asumido con el FMI es muy significativo. Para la meta del primer trimestre todavía faltan más de US$2.000 millones. Sin embargo, los préstamos del exterior que espera recibir el Gobierno en las próximas semanas (incluyendo nuevos desembolsos de organismos internacionales), reducen las compras que debería efectuar el Central hasta fin de marzo a unos US$750 millones.

Para junio se vuelve todavía más complejo cumplir con el FMI. El organismo exige un salto de reservas netas desde USD 7.800 millones a USD 10.800 millones. “Si hay algún incumplimiento recién se sabrá después de las PASO, así que tal vez no sea demasiado preocupante el tema para este Gobierno”, explicaba en un encuentro con clientes un influyente economista.