Nicolás Maquiavelo y la política argentina: ¿Sigue siendo relevante «El Príncipe»?

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Nicolás Maquiavelo, el florentino que nos enseñó sobre el poder, nació el 3 de mayo de 1469 en una época de convulsiones políticas en Italia. Su obra más famosa, «El Príncipe», escrita en 1513, sigue siendo una referencia crucial para entender la política actual, incluso en un país como Argentina con una historia tan compleja.

La «sorpresa» de Maquiavelo al conocer la política

Nicolás Maquiavelo nació en el seno de una Florencia turbulenta bajo el dominio de los Médici, una poderosa familia que había logrado consolidar su poder a través de intrigas, alianzas y, en ocasiones, violencia. Educado en la riqueza de la literatura clásica, este hijo de una familia clase media ingresó en la política florentina con tan sólo 25 años, lo que le permitió adquirir una profunda experiencia en el funcionamiento del Estado en sus años posteriores.

Nicolás Maquiavelo creció en la Florencia gobernada por los Médici, una familia que recurrió a todo para mantener su poder: desde alianzas, intrigas y mecenazgo hasta la violencia.

Nicolás Maquiavelo creció en la Florencia gobernada por los Médici, una familia que recurrió a todo para mantener su poder: desde alianzas, intrigas y mecenazgo hasta la violencia.

Por los siguientes catorce años de su vida, tuvo un asiento en primera fila para vivir las luchas entre facciones, las intrigas palaciegas y las guerras entre ciudades-estado. También fue testigo de la corrupción y la ineficiencia que imperaban en la administración pública. De esta manera, Maquiavelo se forjó una visión pragmática y realista del poder, comprendiendo que no se basaba en la moral o la ética, sino en la eficacia de las acciones. Un gobernante que quería mantener el poder debía estar dispuesto a hacer lo que fuera necesario, incluso si eso significaba actuar de manera cruel o inmoral.

La importancia de «El Príncipe» en la Florencia renacentista

«El Príncipe», la obra cumbre de Maquiavelo, es un tratado sobre la política que desafió las convenciones éticas de su tiempo al explorar la naturaleza del poder. Aunque entonces no fue bien recibida, atrajo la atención de generaciones posteriores de pensadores y líderes al explorar la relación tan compleja entre la moralidad y la eficacia en el ejercicio del poder.

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En «El Príncipe», Maquiavelo ofreció una especie de manual de política en el que explicó cómo mantener el poder de manera eficaz, conquistando a los adversarios pero sin ganarse la antipatía del pueblo.

A través de «El Príncipe», Maquiavelo ofrece un manual franco y muchas veces brutal sobre cómo mantener y expandir el poder en un entorno de internas políticas.Haciendo foco en la noción de que el príncipe debe asegurar su dominio a costa de la crueldad, planteó un debate hoy todavía vigente sobre la naturaleza del liderazgo (aunque siempre buscando un equilibrio entre ser temido y amado).

«El Príncipe» en la Argentina actual: ¿Un referente para entender la política?

¿Qué vigencia tiene «El Príncipe» en la Argentina actual? Mucho más de lo que podríamos pensar. La política argentina está llena de las mismas luchas por el poder, las mismas alianzas y traiciones que Maquiavelo observaba en la Florencia de su época.

Uno de los principales flagelos que asola a la Argentina es la corrupción, que erosionó la confianza en las instituciones públicas y frenó el desarrollo económico y social del país. Los políticos argentinos, en muchos casos, utilizan el poder para enriquecerse a sí mismos y a sus allegados, a costillas del resto de la población que termina pagando los platos rotos. El caso de los cuadernos de las coimas, por ejemplo -que destapó una red de pagos ilegales entre empresarios y funcionarios públicos durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner- es un ejemplo emblemático de la corrupción en la política argentina.

La causa de los cuadernos, durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, es un de los ejemplos más claros de corrupción en Argentina.

La causa de los cuadernos, durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, es un de los ejemplos más claros de corrupción en Argentina.

El clientelismo político es otra práctica bastante común, en la que los políticos intercambian favores por votos. Les ofrecen a sus seguidores beneficios económicos o sociales a cambio de que los apoyen electoralmente,como planes sociales y programas de asistencia estatal. Gracias a este hábito, tenemos algunos ciudadanos con una enorme dependencia social que no exigen políticas públicas de calidad.

¿Y qué decir de la demagogia? Para que se entienda, la demagogia es la forma que tienen algunos de hacer política apelando a las emociones y a los prejuicios del público para conseguir el apoyo popular. Cuando los políticos hacen promesas que no pueden cumplir y usan un lenguaje incendiario para dividir a la sociedad, está siendo demagogos. Lo hemos visto muchas veces en los discursos de algunos líderes políticos que victimizan a ciertos grupos minoritarios o que promueven el odio y la violencia.

Las enseñanzas que nos transmitió Maquiavelo pueden ser útiles para comprender estos desafíos y ser pueden aplicar a la política argentina actual:

  • La necesidad de un liderazgo fuerte y efectivo: Maquiavelo argumentaba que un príncipe debe tomar las riendas con decisión para mantener el orden y la estabilidad. En el contexto actual, se necesita un liderazgo fuerte que pueda combatir la corrupción, el clientelismo y la demagogia.

  • La importancia de la transparencia y la rendición de cuentas: Maquiavelo creía que un príncipe debe ser transparente en su gestión y rendir cuentas a sus súbditos. En la Argentina actual, es necesario fortalecer las instituciones democráticas y promover la transparencia en la gestión pública.

  • La necesidad de un Estado fuerte y eficiente: Maquiavelo defendía la idea de un Estado que pueda garantizar la seguridad y el bienestar de sus ciudadanos. En nuestro país, es necesario fortalecer el Estado para que pueda cumplir con sus funciones de manera más eficiente y justa.

Las ideas de Maquiavelo en «El Príncipe» nos pueden ayudar a comprender los desafíos que enfrenta el país y a exigir a nuestros políticos que actúen de manera ética y responsable.Es importante leerlo con una mente crítica y no tomar sus ideas como una receta para el éxito político. Sin embargo, sus enseñanzas nos pueden servir para entender la realidad del poder y reflexionar sobre cómo podemos construir una Argentina mejor.