El nacionalismo israelita tiene su evento icónico en el suicidio masivo de judíos sicarios en Masada, hasta donde llegó una parte de de la X Legión del Imperio Romano porque quienes ocupaban la fortaleza practicaban el pillaje en la zona. Sin embargo, ellos devinieron en héroes del Israel contemporáneo.
Antes hay que ir a la historia de Masada.
Alrededor del año 40 a.C., el rey Herodes el Grande decidió construir una gran fortaleza en el desierto de Judea para escapar si sus enemigos lo atacaban. Él decidió hacerlo en la cumbre de una montaña a 450 metros sobre el nivel del mar, un desafío de ingeniería para la época.
Dentro del predio inclusive fueron creados almacenes que permitían conservar los alimentos durante años y diseñaron un sistema de canalización para retener las escasas lluvias del desierto, con capacidad hasta 40.000 m3 de agua.
Desde el siglo II a.C. había sido utilizada como fortaleza. Pero Herodes la habilitó como una ciudadela real: muralla, torre de defensa, almacenes, cisternas, cuarteles, arsenales y residencias para los miembros de la familia real.
Los sicarios
Al comenzar la rebelión judía en el año 66 d.C., un grupo de judíos se apoderó de la plaza fuerte y pasó a cuchillo a toda la guarnición romana. Los sicarios, denominados así por el puñal (sica) que solían emplear, era un movimiento que proponía el uso de la violencia para liberarse de la opresión romana.
Los sicarios eran una fracción de los zelotes, nacionalistas judíos que justificaban el uso de la violencia y creían que un día habría un Mesías guerrero.
Para los romanos, los sicarios eran delincuentes comunes, criminales que utilizaron la revuelta contra Roma para sus delitos.
Los sicarios se dedicaron a asolar la región del Mar Muerto durante 7 años, protagonizando el saqueo de la vecina población de Ein Gedi, donde mataron a 700 personas, según relatos de la época. Sucede que para los sicarios, los judíos que convivían con los romanos eran traidores. Es un pensamiento similar al de los islámicos extremos, tanto Al Qaeda como Talibán.
Legión X Fretensis
Luego de la caída de Jerusalén, quedaban 3 enclaves judíos: Herodión, Maqueronte y Masada.
Los sicarios se organizaron en Masada, y en octubre del 72 d.C. el comandante de la Legión X Fretensis, Flavio Silva, inició una campaña al frente de 7.000 soldados para recuperar la ciudad y restablecer el comercio.
Los romanos establecieron un perímetro en la zona y, según las leyendas y relatos orales, los judíos, encabezados por Eleazar Ben Yair, llegaron a la conclusión de que era mejor suicidarse antes que ser humillados y asesinados por los romanos.
Según los relatos de la época, así lo hicieron. Las investigaciones arqueológicas no pudieron confirmar esta versión.
La ley judaica prohibía el suicidio. Entonces, según el relato, cada hombre tuvo que matar a su familia y luego se sortearon 10 hombres que mataron a todos los que seguían vivos. Más tarde se sorteó 1 que mató a los otros 9. Y el último prendió fuego a toda la fortaleza y se traspasó con su propia espada.
La caída
La forma irregular de Masada, es similar a la de una pirámide truncada, con una meseta de 645 m de longitud y 315 m de anchura: 9,3 hectáreas.
Los acantilados del borde oriental miden 400 metros de altura,4 mientras que los del lado occidental miden 100 m: son los 2 únicos accesos naturales a la cima:
- el»Camino de la Serpiente» y
- el «Camino de la Roca Blanca» en su lado occidental, sobre el cual la Legión romana construyó un agger (terraplén, rampa) para el asalto a la fortaleza.
Al final, Masada cayó en manos romanas. Y su recuerdo se perdió hasta su redescubrimiento a mediados del siglo XX, cuando fue convertida en símbolo de la tenacidad judía por conservar su libertad.
Masada es un yacimiento arqueológico en la región oriental del desierto de Judea, a 5 Km. de una costa del mar Muerto, frente a la península de Lisán, próxima a la frontera con Jordania. Parte de la Reserva Natural del Desierto de Judea desde 1983, y del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde el año 2001