META le planta guerra a Neuralink con dispositivo neuronal

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La nueva era digital se asoma con el Metaverso, prometiendo revolucionar la interacción humana con la tecnología. La compañía META, liderada por Mark Zuckerberg, está en el ojo del huracán con su pulsera de interfaz cerebro-computadora (ICC), que permite operar en el Metaverso a través del pensamiento. ¿Guerra a Elon Musk?

Este dispositivo, que interpreta las ondas cerebrales para ejecutar órdenes, abre un debate sobre la privacidad y los derechos neuronales.

La pulsera ICC de META representa un salto cualitativo en la forma en que nos relacionamos con el mundo virtual. Al captar y traducir las señales neuronales en acciones dentro del Metaverso, elimina la necesidad de dispositivos físicos, ofreciendo una experiencia de inmersión total.

Sin embargo, esta tecnología no está exenta de controversias. El acceso a los datos neuronales por parte de las empresas suscita serias dudas sobre la neuroprivacidad. ¿Estamos preparados para compartir nuestros pensamientos más íntimos con corporaciones tecnológicas?

Meta quiere revolucionar, pero, sí, hay un pero…

Los neuroderechos, como la privacidad mental y la integridad psicológica, emergen como conceptos clave en esta discusión. La protección contra la discriminación y el acceso equitativo a estas tecnologías son aspectos que requieren una regulación cuidadosa. Parece algo salido de un manual de ciencia ficción, pero el futuro se empieza a perfilar en esa dirección.

Resulta, indispensable, la regulación normativa de los denominados Neuroderechos, tales como:

  1. Derecho a la privacidad mental o Neuroprivacidad;
  2. Derecho a la integridad mental o Neurointegridad;
  3. Derecho a la identidad o continuidad psicológica;
  4. Acceso equitativo a la tecnología de incremento de capacidad cognitiva;
  5. Derecho a la protección contras sesgos y discriminación.

Un fallo de la Corte Suprema de Chile resalta la importancia de estos temas, al ordenar la eliminación de datos neuronales de un usuario. Este caso sienta un precedente vital para la neuroprivacidad.

La pulsera ICC de META, si bien abre posibilidades fascinantes para el Metaverso, también plantea cuestionamientos éticos y legales. La protección de la privacidad mental y los derechos neuronales de los usuarios es un desafío que la sociedad debe enfrentar.

El Metaverso se perfila como el próximo horizonte de internet, pero su llegada trae consigo dilemas que deben ser abordados. La tecnología avanza, pero ¿está la legislación a la altura para proteger nuestra intimidad mental en este nuevo mundo virtual?

Hay que recordar que en el otro cuadrilátero de esta ‘batalla a contrarreloj por el Metaverso’ está Elon Musk. El CEO de Twitter/X y SpaceX apuesta fuerte por el chip de Neuralink, todo en pos del control del Metaverso virtual que viene en camino: realidad aumentada e internet fusionado, en un único espacio (todavía en construcción).