El 16 de febrero de 1968, el teléfono del 9-1-1 sonó por primera vez en Estados Unidos. Pero la persona que llamaba no era alguien en una emergencia: era el legislador Rankin Fite, y su llamada se convertiría en el primer uso del número de emergencia 9-1-1 de la historia.
Un problema, una solución
Antes de la llegada del 9-1-1, la situación de emergencias era caótica: las personas que necesitaban ayuda debían identificar la agencia adecuada -policía, bomberos o servicios médicos- y luego recordar el número local correspondiente. Esto resultaba especialmente difícil en momentos críticos, como accidentes, incendios o problemas médicos urgentes.
La Asociación Nacional de Jefes de Bomberos identificó este problema en 1957 y propuso la creación de un número único para emergencias; no obstante, la idea tardó más de una década en materializarse. La ciudad de Haleyville, con menos de 5 mil habitantes en ese entonces, desempeñó un papel clave en la implementación del 9-1-1. El presidente de la compañía telefónica local, una empresa independiente, luchó por ser el pionero en lanzar este nuevo sistema.
El primer «9-1-1, ¿cuál es su emergencia?»
Finalmente, el 16 de febrero de 1968, un teléfono rojo especial sonó en la estación de policía de Haleyville. Quien estaba del otro lado de la línea era Rankin Fite, Presidente de la Cámara de Representantes de Alabama, realizando la primera llamada de prueba oficial al 9-1-1. Su llamado fue atendido por el congresista Tom Bevill, quien años después recordó el evento con una taza de café y donas.
Ahora, ¿por qué se eligió el número «9-1-1»? En la década de 1960, los teléfonos rotatorios eran comunes y aquellos números eran fáciles de recordar y rápidos de marcar, teniendo en cuenta que utilizaban el extremo de la rotación del teléfono y el número más rápido de marcar.
Con el tiempo, el 9-1-1 se convirtió en un símbolo de seguridad y rápida respuesta en situaciones de emergencia. Desde aquel primer llamado en Haleyville, el sistema fue evolucionando para incluir servicios de localización y tecnología avanzada, permitiendo salvar innumerables vidas en todo el país.
Hoy en día, la mayoría de los lugares en Estados Unidos cuentan con el «9-1-1 mejorado», un sistema que proporciona al operador la ubicación del llamante, facilitando una respuesta aún más rápida y precisa.