35 depredadores sexuales y 1 diario delator

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La revelación del diario íntimo del sacerdote jesuita Alfonso ‘Pica’ Pedrajas -fallecido en 2009- en el que confiesa múltiples abusos sexuales a menores en diversos colegios de La Paz y Cochabamba (Bolivia) develó otro escándalo turbio en la Iglesia católica, un institución cada vez más desprestigiada y enredada en sus ideas anticuadas y conductas perversas encubiertas.

“Hice daño a mucha gente (¿85?), demasiada”, dice un fragmento del escrito de 383 páginas en una computadora portátil que el sobrino del sacerdote, Fernando Pedrajas, entregó al diario El País

Tras el escándalo, la fiscalía del ministerio público abrió una investigación por 8 denuncias de abuso sexual a menores en 5 departamentos del país por parte de altos jerarcas católicos que ejercieron su oficio sacerdotal en La Paz, Cochabamba, Santa Cruz, Tarija y Sucre.

En su momento, el fiscal general del Estado Juan Lanchipa citó como los implicados a los difuntos jesuitas Pedrajas, Antonio ‘Tuco’ Gausset Capdevila, Alejandro Mestre y Luis María ‘Lucho’ Roma Padrosa. Otros curas jesuitas que están imputados por abuso sexual en Bolivia: Francesco ‘Chesco’ Peris, Carlos ‘Vicu’ Villamil (fallecido) y Francisco ‘Pifa’ Pifarré.

Infierno en la iglesia celestial

Cada uno de ellos, resguardados por la estructura lineal, jerárquica y hermética que caracteriza a la iglesia católica, se servía de su sotana autoritaria para impartir clases de anatomía infantil, un campo de disciplina ajeno a las sagradas escrituras.

En los internados, donde presumían acoger a niños y niñas de bajos recursos y zonas rurales para formarlos o adoctrinarlos académicamente con contención alimentaria-social, cometían los hechos más aberrantes a criaturas inocentes e indefensas ante los ojos de su Dios ¡Cuántos de ellos habrán rezado tras sus actos perversos para calmar su conciencia en un intento de borrarlos mágicamente de su mente ¡ 1 de ellos eligió confesarse en un diario íntimo.

Contó que el sacerdote pederasta Pedrajas pisó Bolivia en 1971 para realizar labores de sacerdocio y educativas en los colegios de Fe y Alegría. La mayor cantidad de abusos sexuales de menores los cometió en el Colegio Juan XXIII de la ciudad de Cochabamba, centro del país.

A pesar de que Pedrajas notificó a sus superiores de sus abusos, según lo escrito en su diario, nunca fue sancionado ni apartado de su rol de docente. “La orden (al menos siete superiores provinciales y una decena de clérigos bolivianos y españoles) encubrió sus delitos y las denuncias de algunas víctimas».

En cuanto al cura Carlos ‘Vicu’ Villamil (fallecido) ofició también en el Colegio Juan XXIII y solía llevar a los niños para abusarlos al gallinero del establecimiento. Los ejemplos abundan, los nombres de los curas crecen con el de las víctimas que desgraciadamente los superan.

Más sospechosos y víctimas

La mediatización de los atroces hechos provocaron una larga lista de denuncias que semana tras semana no deja de abultarse y con ella los nombres de los “santos” depredadores sexuales.

En medio de las investigaciones, el martes 27 de junio de 2023, el ministerio público informó que hasta el momento 35 religiosos de la Iglesia católica han sido denunciados por abusos sexuales por 17 presuntas víctimas.

La directora de la Fiscalía General del Estado Daniela Cáceres, afirmó: “En la actualidad tenemos 35 personas denunciadas y que están investigadas, dentro de este proceso de pederastia. Tenemos 17 personas, víctimas identificadas, por respeto y la precaución de protección a las víctimas no se va a dar datos específicos».

No basta el perdón

Casi 2 meses atrás, La Compañía de Jesús en Bolivia pidió perdón por el escándalo de pederastia que involucra al sacerdote español fallecido y anunció la suspensión inmediata de un número indeterminado de religiosos por el encubrimiento.

Es que la orden jesuita no sólo desoyó sino que naturalizó y mantuvo con el encubrimiento la perpetuación de los abusos sexuales sistemáticos de menores a los que se jactaba de proteger ante Dios.

«Pedimos perdón por el dolor causado», enfatizaron.

El presidente de los exalumnos del colegio Juan XXIII Hilarión Baldivieso respondió:

«Denunciamos el encubrimiento de parte de la Compañía de Jesús que tenía pleno conocimiento, no sólo por las reiteradas confesiones de Pedrajas Moreno a los Provinciales catalanes y sacerdotes, sino por las denuncias interpuestas por los estudiantes».

La sociedad harta de los abusos sexuales de los clérigos.

La sociedad harta de los abusos sexuales de los clérigos.

A principios de mes, frente al creciente escándalo, la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) creó cuatro comisiones para prevenir, investigar y generar «espacios seguros» para evitar delitos de pederastia en la Iglesia católica. «Comisión Nacional de Prevención y Formación, «Comisión Nacional de Escucha y «Comisión Nacional de Investigación».

Más allá de la disposición, tal vez impulsada por el máximo Pontífice, que también repudió los actos delictivos, ¿creen que las víctimas o sus familiares acudirán solícitamente a la misma institución que les arruinó la vida? ¿Acaso piensan que depositarán en ellas una confianza plena en la investigación y asesoramiento? ¿Cómo delegar al “monstruo” la relativa reparación de años de sufrimientos y traumas?

El Sagrada Magisterio no acaba de comprender que no bastan las buenas intenciones ni tampoco el discurso. Muchas veces los actos que las suceden (que son los que cuentan) en nombre de una idea suprema las terminan contradiciendo e invalidando. Los curas pedófilos son la máxima prueba de ello.

Sin embargo, el compromiso de la Iglesia es dudoso. La Fiscalía informó días atrás que recibió una copia inacabada y abreviada del diario delator del perverso sacerdote Pedrajas de parte de parte de la Compañía de Jesús local.

“La Fiscalía ha evidenciado que el diario no es completo, existe un salto de páginas, además hay sectores tachados y borrados».

2 semanas atrás, el papa Francisco a modo de respuesta del pedido formal del gobierno boliviano de Luis Arce, transmitió su consternación y deploró las tribulaciones infantiles generadas por los miembros de la orden a la que él pertenece.

En su nota, Francisco califica estos hechos como «deplorables» y las acciones de los sacerdotes como nefastas. También repudia «la negligencia de quienes tendrían que haber vigilado».

En ese sentido expresó su «firme deseo de responder con la promesa de la total disponibilidad de la Iglesia para trabajar junto con el gobierno» de Bolivia.

Lamentablemente esta serie de casos de pederastia en la sagrada pederastia institución no será la última. Cada año, el papa Francisco se ve obligado a reprobar el encubrimiento de abusos sexuales de diversas órdenes eclesiásticas en muchas regiones del mundo.

Además de intentar enmendar las experiencias trágicas de los fieles y condenar las conductas perversas de los curas, la Iglesia junto a la sociedad deben meditar sobre el motivo de aquel patrón depravado que se oculta bajo los altares de los numerosos establecimientos católicos del mundo.