La ciencia y Canadá tienen una historia hermosa. Y es que el Crawford Lake es un lago especial. No solo por su belleza natural, sino también por lo que esconde en sus profundidades. Este pequeño lago contiene un registro único de la historia de la Tierra y de los cambios provocados por el ser humano.
Un lago sin fondo
Según The Washington Post, los lugareños solían decir que Crawford Lake no tenía fondo. Sus aguas eran más profundas de lo que la gente podía alcanzar. Cualquier cosa que cayera en la palangana, al parecer, caería hasta el final de los tiempos.
Pero lo que hace especial a este lago no es su profundidad, sino su condición de meromíctico. Esto significa que sus aguas no se mezclan entre sí, sino que permanecen estratificadas en capas con diferentes densidades y temperaturas.
Esto hace que el fondo del lago sea un lugar sin oxígeno, donde se conservan intactos los sedimentos que se han ido depositando a lo largo de los siglos. Estos sedimentos contienen información valiosa sobre el clima, la vegetación y la actividad humana en la zona.
Un libro abierto
En 1971, un grupo de científicos realizó una perforación en el lago y extrajo una muestra de sedimento de más de 15 metros de largo. Al analizarla, descubrieron que cada año se formaba una capa distinta, como los anillos de un árbol.
Así, pudieron reconstruir la historia del lago y de su entorno desde hace más de 10.000 años. Usando técnicas como el análisis de polen, el carbono 14 y los isótopos estables, pudieron determinar las variaciones climáticas, los cambios en la vegetación y la presencia humana en la zona.
Uno de los hallazgos más sorprendentes fue el descubrimiento de polen de maíz en las capas correspondientes al siglo XV. Esto indicaba que había habido una aldea indígena cerca del lago, donde se cultivaba este cereal.
Una aldea reconstruida
La sospecha se confirmó cuando se encontró una piedra de moler cerca del lago. Al excavar en la zona, se hallaron los restos de once casas largas, típicas de las culturas iroquesas que habitaban la región.
La aldea fue reconstruida en el área de conservación del lago, basándose en las investigaciones arqueológicas. Se trata de un testimonio vivo de la cultura y el modo de vida de los pueblos originarios que vivieron allí hace más de 500 años.
Un punto de partida
Según los científicos, en solo siete décadas hemos producido cambios mayores que los registrados en más de siete milenios. Nunca en la historia de la Tierra el mundo ha cambiado tanto y tan rápido. Jamás en la historia del planeta una sola especie ha tenido la capacidad de causar tanto daño, o la posibilidad de evitarlo.
Acá un video en el que se puede apreciar cómo avanzan los descubrimientos:
Crawford Lake es un lago que nos habla de la Tierra. De su pasado, de su presente y de su futuro. Un lago que nos invita a reflexionar sobre nuestro papel como habitantes y responsables de este planeta.