El PRO y un inesperado cuarto en discordia para Bullrich

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CÓRDOBA. Mientras el PRO se debate entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta a la hora de presentar un candidato presidenciable para Juntos por el Cambio, un dirigente inesperado apareció en las últimas horas con evidentes intenciones de condicionar esa pelea interna. Se trata de Juan Schiaretti, el precandidato a presidente y gobernador de Córdoba, que en sus últimas apariciones lanzó guiños a los sectores más moderados de Juntos por el Cambio, espacio que a nivel provincial le oficia de oposición. El mandatario cordobés empezó a instalar en los últimos días la posibilidad de un gran acuerdo opositor, bajo la frase “frente de frentes”, donde se puedan reunir todos los sectores moderados de la “grieta”, tanto del peronismo como de Juntos por el Cambio. Con ello, el ‘Gringo’ rechazó la posibilidad de radicalizar las opciones de Gobierno, camino al que marcó como “incorrecto”.

La propuesta, lanzada públicamente, pareció estar especialmente apuntada a Horacio Rodríguez Larreta. El precandidato a presidente porteño es quien, hasta ahora, encarna una opción más amplia en términos ideológicos dentro del arco opositor presidenciable que también contiene a Patricia Bullrich, Gerardo Morales y Javier Milei.

El PRO, tambaleado por Schiaretti. 

El PRO, tambaleado por Schiaretti.

De hecho, el diputado y mano derecha de Juan Schiaretti, Carlos Gutiérrez, admitió a los medios que “no es imposible” una fórmula entre Schiaretti y Larreta, pensando que el cordobés podría encajar como opción vicepresidencial del porteño. Las declaraciones del legislador cayeron de sorpresa en el arco de Patricia Bullrich, quien está intentando trabajar una interna más moderada con el jefe de Gobierno porteño.

En su último paso por Córdoba, Larreta aclaró estar de acuerdo con la necesidad de lograr un consenso opositor. Si bien evitó acercarse a las palabras del gobernador cordobés para no generar tensión con los amarillos locales, el alejamiento no tuvo la contundencia esperada por el bullrichismo.

A nivel local, Juan Schiaretti y su candidato, Martín Llaryora se encargaron de borrar los límites partidarios mediante la inclusión de dirigentes del PRO y el radicalismo a la nueva coalición que intentará gobernar Córdoba nuevamente. De hecho, el caso más resonante fue el del ex presidente del PRO en la provincia, Javier Pretto, quien ahora es candidato a vice intendente del PJ.

Martín Llaryora bajo carteles del PRO. 

Martín Llaryora bajo carteles del PRO.

Precisamente ese traspaso no fue condenado por Larreta, lo que elevó las alarmas en el arco de la ex ministra de Seguridad de la Nación. Según el jefe de Gobierno, lo de Pretto fue “un caso aislado”.

En el plano nacional, Juan Schiaretti parece dispuesto a invertir la misma estrategia, con intenciones de sumarse a un espacio que abarque muchas banderas (en la provincia, él sumó gente a su espacio). Algo que genera desconcierto en el ala más dura del PRO actualmente.

La lectura bullrichista se basa en las posibilidades de un tándem Larreta-Schiaretti que, a priori, parece lejano pero no imposible. Desde ese arco, entienden que la movida de Schiaretti pretende oficiar de catapulta para el cordobés y blindaje a su candidato Llaryora, mientras genera la oferta de un “plan b” contundente para Larreta en caso de quedar en tensión total con la ex ministra de Seguridad.

Así las cosas, el gobernador de Córdoba apareció en los últimos días como un factor inesperado de discordia, al que el larretismo desestima y al que el bullrichismo comenzó a medir con cautela. Algo similar a lo que sucedió con la inclusión de José Luis Espert, que desató la furia de la ex funcionaria.

Aunque, claro, en ese caso se sucedió el enojo por tratarse de un «pianta voto» liberal. En el caso de Schiaretti, la amenaza no se posa sobre los potenciales votantes de Bullrich, sino sobre su pertenencia a la propuesta opositora que encierre a Larreta.