Tras Ohio, Minnesota: Por qué descarrilan trenes en USA

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Esta vez, el desastre medioambiental se ha producido en el Estado de Minnesota, donde un tren cargado de etanol ha descarrilado, explotado e incendiado este jueves, lo que llevó a que las autoridades ordenaran la evacuación de residentes del área. Hasta el momento no hay reportes de heridos ni víctimas mortales.

El accidente sin víctimas ocurrió en la ciudad de Raymond, donde se descarriló el tren aproximadamente a 161 kilómetros (100 millas) al oeste de Minneapolis, alrededor de la 1:00 am, según un comunicado del alguacil del condado de Kandiyohi, Eric Tollefson. Según el alguacil, varios vagones se descarrilaron y se incendiaron. Las casas en un área de 800 metros alrededor del sitio fueron evacuadas y los residentes fueron llevados a un refugio en las cercanías de Prinsburg.

El convoy de 22 vagones transportaba etanol y jarabe de maíz, informó el BNSF Railway, la compañía de ferrocarriles especializada en transporte de mercancías. Según detalló la CNN, el etanol es altamente inflamable y la inhalación de los gases venenosos emitidos tras el incendio puede ocasionar, tos, mareos, irritación de ojos, somnolencia e inconsciencia.

El secretario de Transporte de Estados Unidos, Pete Buttigieg, le dijo a CNN que alrededor de 14 automóviles transportaban materiales peligrosos, incluido etanol. El mismo también difundió la noticia a través de la red social Twitter.

«FRA está en el suelo después de que un tren BNSF que transportaba etanol se descarriló temprano esta mañana, lo que provocó una evacuación en el área de Raymond, MN. Por el momento no se han reportado heridos ni muertos. Estamos siguiendo de cerca a medida que surjan más detalles y participaremos en la investigación.»

“Hemos estado en contacto con el gobernador”, dijo Buttigieg a CNN, y los funcionarios de la Agencia de Protección Ambiental se dirigían al sitio debido a que el tren transportaba «materiales peligrosos”.

El gobernador de Minnesota, Tim Walz, y los líderes estatales de gestión de emergencias viajarán a Raymond el jueves para visitar el lugar del descarrilamiento, dijo la oficina del gobernador.

La vía principal está bloqueada y no se disponía de un tiempo estimado para la reapertura de la línea.

“La ciudad de Raymond no es accesible al público, por lo que Unity Church en Prinsburg está dispuesta a ser un lugar de entrega de agua embotellada y refrigerios para los bomberos”, dijo la esposa de un miembro del departamento de bomberos, según la página de Facebook del departamento. “Estas almas valientes ya han estado trabajando duro durante horas y tienen varias horas de trabajo por delante”.

La seguridad ferroviaria ha estado en el centro de atención a nivel nacional desde el feroz descarrilamiento de un tren en Ohio en febrero pasado. Aproximadamente la mitad de esa ciudad de unas 5.000 personas tuvo que ser evacuada después de que las autoridades decidieran liberar y quemar sustancias químicas tóxicas.

Los residentes de esa ciudad siguen preocupados por los efectos persistentes en la salud después de que las autoridades decidieran liberar y quemar sustancias químicas tóxicas para evitar la explosión de un vagón cisterna. Los funcionarios estatales y federales sostienen que no se han encontrado niveles nocivos de sustancias químicas tóxicas en el aire o el agua allí, pero los residentes están inquietos.

Los principales ferrocarriles de carga han dicho que planean agregar unos mil detectores más en las vías en todo el país para ayudar a detectar problemas en los equipos, pero los reguladores federales y los miembros del Congreso han propuesto reformas adicionales para evitar futuros descarrilamientos.

BNSF dijo en un comunicado que 22 vagones se descarrilaron y cuatro se incendiaron, pero que no se reportaron heridos. No quedó claro de inmediato cuántos carros descarrilados transportaban etanol.

Este accidente en Minnesota, se posiciona como el quinto tren descarrillado en EEUU solo en 2023

Este es el quinto descarrilamiento de tren en Estados Unidos en lo que va de 2023, solo en marzo han ocurrido cuatro accidentes de este tipo y el primero fue el 3 de febrero, cuando un tren de carga de Norfolk Southern que transportaba materiales peligrosos se volteó en East Palestine, Ohio

Este accidente provocó que aproximadamente 5 mil residentes de la ciudad fuesen desalojados y emitió alertas sobre los problemas de salud que presentaron tanto los trabajadores del compañía, como los habitantes. Posteriormente, el 5 de marzo 20 vagones de un tren de carga de la empresa ferroviaria de Ohio, Norfolk Southern, se descarrilaron cerca de Springfield, a 74 kilómetros al oeste de Columbus.

El 16 de marzo un tren de carga de la empresa BNSF Railway que transportaba jarabe de maíz se descarriló en el oeste de Arizona, en el condado de Mohave, cerca de la frontera del estado con California y Nevada. El 27 de marzo un tren de 70 vagones que transportaba materiales peligrosos descarriló en Dakota del Norte. La carga era propiedad de la empresa Canadian Pacific.

El lobby ferroviario frenó las regulaciones de seguridad

Los trenes de las siete compañías de carga más grandes en EE.UU transportan por año un promedio de 4,5 millones de toneladas de sustancias químicas. Son 12 mil vagones que cada día pasan por zonas urbanas. La cifra es del Departamento de Transporte que además reportó más de una docena de accidentes ferroviarios en Estados Unidos en lo que va de 2023.

La demora en reconocer lo que pasó sobre las vías el 3 de febrero obedece a la forma en que buscaron preservarse los dos principales partidos políticos del sistema y la influyente empresa ferroviaria Norfolk Southern, que aporta a la caja de la política para conseguir leyes favorables como el resto de sus competidoras.

Los republicanos recibieron de esa empresa más de 6 millones de dólares para sus campañas. El senador por Dakota del Sur, John Thune, fue uno de los que más recaudó. Lo reveló el sitio digital The Lever (La Palanca) que investigó el caso y publicó informes detallados sobre estas maniobras, a partir del desastre ecológico producido en East Palestine que ya contaminó tierras y desagües pluviales.

El mismo día Donald Trump (Jr), el primogénito del expresidente, se preguntó: “¿Estamos bajo ataque? ¿Alguien cree que puedes tener todos estos grandes descarrilamientos de trenes, todos con graves consecuencias ambientales, y es solo una coincidencia total? ¿Por qué no hemos visto a nadie preguntando si esto es quizás una retribución por nuestro supuesto ataque a Nordstream 2?”.

Una hora y media después anunciaba que su padre visitaría East Palestine: “Si nuestros ‘líderes’ tienen demasiado miedo de liderar, los verdaderos líderes darán un paso al frente y llenarán el vacío”. La política partidaria se metió con todo en el desastre ambiental.

Trump del lado de los intereses de las empresas

Se discutió la obligatoriedad de exigirle a las compañías un sistema de frenado electrónico, en lugar de uno convencional, de aire. El primero detiene los vagones en conjunto al mismo tiempo. El segundo los frena uno por uno. Pero el gobierno de Trump lo rechazó por el alto costo para la industria.

The Lever señaló, basado en una fuente del gobierno demócrata, que el tren de 150 vagones (descarrilaron un tercio de ellos) llevaba poco más de diez con material “inflamable de alto riesgo” y no estaba regulado por controles adecuados. Una de las notas publicadas en ese sitio digital estadounidense afirma que “Norfolk Southern pagó millones a sus ejecutivos y gastó miles de millones en recompras de acciones, todo mientras la compañía despidió a miles de empleados, a pesar de las advertencias de que la falta de personal está intensificando los riesgos de seguridad”.

La desregulación como dogma

Una serie de accidentes ferroviarios ocurridos hace más de una década, llevaron al gobierno de Barack Obama a proponer mejoras en el sistema de cargas en 2014. Pero el lobby empresario rechazó la propuesta, que solo alcanzó al transporte de petróleo crudo. Los demás trenes, aun cuando llevaran otros productos inflamables, no quedaron bajo esa regulación.

Trump se entregó al poderoso sector que apoyó sus políticas, pero el gobierno de Biden nunca apostó hasta hoy por reglas más estrictas en el transporte de cargas. “¿Los frenos ECP habrían reducido la gravedad de este accidente?” le preguntó The Lever a Steven Ditmeyer, ex alto funcionario de la Administración Federal de Ferrocarriles (FRA). Su respuesta fue “sí”. Pese a que carecía de esa condición de seguridad, el tren que descarriló en Ohio no era considerado “inflamable”.