El fenómeno conocido como El Niño, es una cuestión que de ahora en adelante nos acostumbraremos a escuchar en la televisión o a leer en portales de noticias. La realidad es que este fenómeno, o bien su inversa, que es La Niña, son factores protagonistas a la hora de hablar de variabilidad climática en el mundo con su consecuente impacto en la macroeconomía.
Es por esto que la Comisión Multisectorial del Estudio Nacional de Fenómeno El Niño (ENFEN) de Perú, cambió el estado del sistema de alerta ‘No activo’ a ‘vigilancia de El Niño costero’, ya que existe una mayor probabilidad de que continúe el calentamiento anómalo observado entre lo que resta del verano y, por lo pronto, hasta mediados de otoño de 2023.
La entidad explicó que este cambio de alerta se debe a la evolución reciente de las condiciones océano-atmosféricas en el extremo del Pacífico ecuatorial oriental, que incluye las costas de Perú y Ecuador, y el pronóstico de ondas kelvin cálidas que arribarían entre marzo y mayo
La definición de ‘vigilancia de El Niño costero’ implica que es más probable que ocurra El Niño costero a que no ocurra.
“Asociado a este calentamiento, y de acuerdo al pronóstico estacional vigente de lluvias de marzo-mayo 2023, se espera que, en la costa norte y centro, además de la sierra norte y centro occidental del país, se presenten episodios de lluvias de moderada a fuerte intensidad especialmente en marzo”, sostuvo la comisión.
La posible llegada de este fenómeno Costero a Perú generaría un impacto de entre uno y dos puntos porcentuales del Producto Bruto Interno (PBI), según informó el titular del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Alex Contreras.
El Niño en Argentina: Qué pronostica el Servicio Meteorológico Nacional
En este marco, se considera que el comportamiento de la lluvia y la temperatura puede tener tres categorías posibles: inferior a lo normal, normal y superior a lo normal. Sin factores que modifiquen la circulación atmosférica típica del trimestre, cada categoría tiene la misma probabilidad de ocurrencia: un 33,3%. Pero cuando actúan forzantes atmosféricos, como El Niño o La Niña, la circulación planetaria cambia y la ocurrencia de alguna de esas categorías se hace más -o menos- probable.
Durante este trimestre hay una mayor probabilidad de registrar temperaturas superiores a lo normal en gran parte del centro y norte de Argentina
En el NOA (Noroeste Argentino) y el centro y norte de Patagonia, éstas pueden ser normales o superiores a lo normales. Debido a esta situación pueden desarrollarse, especialmente en la primera parte del otoño, eventos tardíos de ola de calor, por lo que se recomienda informarse con el SAT por temperaturas extremas
Por otro lado, en Tierra del Fuego y el centro y sur de Santa Cruz, las temperaturas pueden estar dentro del promedio para esta época del año.
El periodo diciembre 2022–febrero 2023 fue extremadamente seco, costando alrededor de US$20.000 millones al BCRA. El este del NOA, sectores del Litoral y la región pampeana registraron precipitación acumulada entre 200 y 400 mm por debajo de lo normal para esta época. Si bien se registraron eventos de lluvia, estas fueron escasas para el trimestre.
Qué provoca El Niño en la macroeconomía argentina
Las principales consecuencias detectadas desde su registro son: aumento de las lluvias de moderadas a intensas; incremento de la temperatura del mar y del aire; aparición de especies marinas de aguas cálidas.
También acelera el retroceso glaciar: se pierden terrenos agrícolas; destruye infrestucturas y vías de comunicación; muerte o migración de especies vegetales y animales; altas probabilidades de incendios forestales; disminución de la producción de papa; incremento de enfermedades como las infecciones estomacales, entre otras.
Todo esto pone en alerta a la Argentina en pleno año electoral, mientras especialistas advierten que la dirigencia política no está a la altura de los efectos que generó la sequía.
El economista Mauro Roca, exGoldman Sachs, insistió desde su cuenta en Twitter:
«Primero, la recesión va a ser muy importante por los efectos directos e indirectos de la cosecha: pérdida de US$23.000 millones de granos deprime exportaciones y toda la actividad relacionada al agro.
Tercero, sin financiamiento externo de ningún tipo y con problemas de rolleo de deuda local, el mayor déficit fiscal se cubrirá con mayor emisión, alimentando dinámica inflacionaria que ya ha entrado en etapa pre-hiperinflacionaria.
En definitiva, la absorción domestica tiene q caer considerablemente para acomodarse al shock de balanza de pagos. El consumo tiene que contraerse junto a caída de salarios reales, que se acelerará por caída de actividad (mayor desempleo) y salto inflacionario. Difícil ver inversión.
En definitiva, la sequía histórica va a impactar una economía que ya venía sufriendo una estanflación preocupante. La administración entrante recibirá una estanflación todavía más profunda. La selección y secuencia de políticas de estabilización serán cruciales».