La noticia del embarazo de Lindsay Lohan con su actual esposo tomó por sorpresa a las redes sociales, que terminaron por volver tendencia el nombre de la pelirroja ex-chica Disney. Actualmente, ella se encuentra casada con el financista Bader Shammas, pero, ¿Qué tan fortuito es este anuncio para su marido, que ahora se muestra como hombre de familia tras una vida discreta?
Una de las consignas de la actriz de 35 años fue marcharse hace algunos años a residir a Dubái, donde ha podido mantener un alto nivel de vida pero un perfil bajo. Alejada de los paparazis ha sido mucho más sencillo ser discreta con este amor que es aún más hermético.
A sus 34 años, Bader Shammas no solo tiene el Instagram con una cuenta privada sino que no sale nunca en las fotografías de su futura esposa (a excepción de las instantáneas con las que han anunciado su compromiso en 2021).
En su escueta información pública, Shammas es un financiero de ascendencia libanesa, nacido de una familia pudiente, afincado en los Emiratos Árabes Unidos. Actualmente, trabaja como vicepresidente adjunto en la firma bancaria Credit Suisse, puesto que ocupa en Dubái desde agosto de 2018.
Lo curioso de todo este asunto no es que haya decidido formar familia con uno de los personajes más mediáticos de Hollywood en su historia, sino que también aparezca este anuncio justo después del estrepitoso desplome accionario de la empresa para la que trabaja.
Lindsay Lohan: Sorpresa por embarazo, pero más por el marido
Lo cierto es que ante el anuncio de la descendencia de Lindsay Lohan, su marido no se encuentra en el foco del ojo público, o tal vez sí. Es interesante que esta noticia se supiera justo después de la histórica caída de Credit Suisse, tras el colapso del Silicon Valley Bank.
Credit Suisse cerró su jornada bursátil en la bolsa de Zúrich con grandes pérdidas del 9,58%, arrastrado (como el resto del sector bancario) por el cierre del banco estadounidense, tras haber alcanzado varias veces su mínimo histórico a lo largo del día.
Según el medio español El economista, la entidad está inmersa en una grave crisis financiera y reputacional, cotizando esta jornada en mínimos históricos, lo que está generó cierto nerviosismo.
En los últimos 6 meses, las acciones de Credit Suisse han perdido más de un 55%, terreno más que propicio para que uno de sus altos ejecutivos se muestre como un padre primerizo con una figura mundialmente conocida, en pos de entregar algo de estabilidad a la imagen pública o tal vez desviar la atención.
Potencialmente, quizás estemos delante de una power couple, que busca elevarse con las influencias del otro para solventar las falencias que enfrentan. Es llamativo que este personaje cuyo perfil sobrio y por fuera de la vista pública, permita que su esposa anuncie su paternidad con bombos y platillos por Instagram, cuando el informe anual de la empresa en la que trabaja estuvo marcado por el escándalo.
De acuerdo con Wall Street Journal, Credit Suisse identificó “deficiencias importantes” en sus controles internos sobre la información financiera y dijo que aún no ha frenado los retiros de depósitos, aunque se han esatabilizado.
El escrutinio sobre el banco suizo en problemas, ya perdió más del 80% de su valor de mercado por el derrumbe de su acción, se redobló luego de que los reguladores de Estados Unidos tuvieran que cerrar las operaciones de Silicon Valley Bank y Signature Bank.
Sin duda, si es una pareja de poder o no, o si el embarazo es una estrategia deliberada para limar asperezas en la imagen pública, las dudas están allí: Porque nada enamora más que una estructura familiar potencial, y más aún cuando uno de los miembros de esa familia pasa por un período de rennasance en su trayectoria laboral.