Escándalo en México con ministra de la Corte: Plagió tesis

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Un escándalo manchó la investidura de la ministra y aspirante a presidir la Suprema Corte de México (SCJN), la magistrada Yasmín Esquivel. La abogada plagió su tesis doctoral con la que obtuvo su grado de doctora en Derecho por la Universidad Anáhuac en el 2009, así lo reveló en exclusiva el diario El País, el cual accedió a las 209 de las 456 páginas, y afirmó que eran un ‘copia y pega’ de otras obras de juristas y funcionarios mexicanos, españoles y alemanes. La tesis “Los derechos fundamentales en el sistema jurídico mexicano y su defensa” que coronó a Esquivel como doctora en Derecho, no es más que un burdo plagio de capítulos enteros de “Los derechos fundamentales en México”, del jurista Miguel Carbonell, entre otros textos de academicistas que usó sin referirlos. No solo Yasmín Esquivel plagió entera su tesis doctoral, sino que habría ejecutado esa misma modalidad de hacer una ‘copia sustancial’ del trabajo de otro estudiante, y así poder recibirse de la Licenciatura en 1987.

El destape inició cuando el periodista Guillermo Sheridan denunció en Latinus que accedió a la tesis de graduación de un sujeto llamado Esquivel Mossa, publicada un año antes (1986), y notó que era exactamente igual que la de la actual ministra de la Suprema Corte, Yasmín Esquivel. Ello desembocó en una investigación periodística que acreditó, también, que la ministra había plagiado la tesis doctoral.

A la izquierda, la tesis de doctorado de la ministra Yasmín Esquivel Mossa contrastada con una página de libro 'Los derechos fundamentales en México', del jurista Miguel Carbonell.

A la izquierda, la tesis de doctorado de la ministra Yasmín Esquivel Mossa contrastada con una página de libro ‘Los derechos fundamentales en México’, del jurista Miguel Carbonell.

“Es plagio. Si entendemos por plagio el publicar con tu nombre un texto que tú no redactaste de manera original, es plagio. No hay otra manera de definirlo. Y ahí hay un aprovechamiento tanto del texto principal, que involucró un esfuerzo que yo hice al redactarlo, como de las fuentes que yo revisé para que nutrieran mi propio texto. Me parece un doble plagio, por el aprovechamiento de fuentes que no se revisaron de manera personal y que corresponden a un esfuerzo ajeno, un esfuerzo que me implicó tiempo, revisar acervos bibliográficos de otros países, dinero para sacar copias de los artículos, y que alguien llegue y se aproveche de esto, me parece que no hay otra manera de calificarlo”, sostuvo el jurista e investigador mexicano Miguel Carbonell, víctima del plagio.

A la izquierda, la tesis de Yasmín Esquivel, y a la derecha, su título expedido por la Universidad Anáhuac.

A la izquierda, la tesis de Yasmín Esquivel, y a la derecha, su título expedido por la Universidad Anáhuac.

No obstante, El País consultó a la actual ministra mexicana sobre esta situación, a lo que ella respondió a través de su letrado Alejandro Romano, quien envió una carta en defensa, aludiendo que no se trataría de plagio sino de una ‘deficiencia’ o ‘descuido’ al omitir citas y referencias de los autores originales.

“Si una institución universitaria validó un trabajo de investigación, y consideró que cumplía con los estándares para ser aceptado, y servir de documento base para examinar las capacidades profesionales de la persona investigadora, la posible existencia de omisiones en las citas de autores, o de errores en su redacción, solo tienen ese significado —el de deficiencias o descuidos—, pero jamás una forma de plagio, porque técnicamente esta figura jurídica implica la publicación de una obra completa a nombre de otro”, expresó el abogado Romano.

Sin embargo, los autores que Esquivel tomó sin referirlos ni citarlos, consideran que efectivamente se trató de un grosero plagio, tal como argumentó el ex ministro de Cultura y Deporte del Gobierno de España de 2020 a 2021 y actual embajador ante la UNESCO, José Manuel Rodríguez Uríbe, de quien la funcionaria mexicana tomó su texto “Rousseau y los derechos humanos”—publicado en Historia de los derechos fundamentales (Dykinson, 1998)— sin mencionarlo en la bibliografía ni citarlo entre comillas que sería un discurso referido.

No se puede considerar un error de citación porque es un patrón de utilización de ideas y párrafos completos de otros libros. Yo lo consideraría un texto de plagio, no es un texto de autoría propia, no debería poder ser evaluado

A la izquierda, la tesis de la ministra Yasmín Esquivel, a la derecha, una página del capítulo 'Estado de derecho, democracia y derechos' del exministro español José Manuel Rodríguez Uribes.

A la izquierda, la tesis de la ministra Yasmín Esquivel, a la derecha, una página del capítulo ‘Estado de derecho, democracia y derechos’ del exministro español José Manuel Rodríguez Uribes.

Autores plagiados para la tesis doctoral ‘sin códigos’

“Una tesis de doctorado no puede tener estas fallas: no puedes tener casi un 50% de la totalidad que pertenece a otra autoría. Yo pensaría que esto es un plagio. Son demasiados problemas de citación. Demasiados elementos que te permiten mirar la falta de técnica y la mala fe, de que te quieres apropiar de otro trabajo”, sentenció un académico de la UNAM a El País, sujeto que ha dirigido cuatro tesis de doctorales y maestrías.

Según los analistas de la tesis de Esquivel, el plagio equivale al 46, 5% de las páginas escritas totales.

A la izquierda, la tesis de Esquivel, a la derecha, el ensayo 'Los fundamentos de los derechos humanos' de Antonio Enrique Pérez Luño

A la izquierda, la tesis de Esquivel, a la derecha, el ensayo ‘Los fundamentos de los derechos humanos’ de Antonio Enrique Pérez Luño

A través del procesador de textos Turnitin y con el análisis minucioso del contenido, estilo y trama de la tesis doctoral de la ministra mexicana, el diario El País encontró a los reales autores de la investigación académica, que plagió Esquivel de las siguientes obras:

  • “Derechos y garantías: la ley del más débil” (Trotta, 1999) de Ferrajoli, Luigi—político jurista italiano —
  • “Los derechos fundamentales: apuntes de historia de las constituciones” (Trotta, 1996) de Fiarovanti, Mauricio—investigador y académico italiano—
  • “Los derechos del hombre (Reus, 1969) del jurista español José Castán Tobeñas, ex presidente del Tribunal Supremo del país
  • “El concepto de derechos humanos” (IIDH, 1994) del acádemico venezolano Pedro Nikken, expresidente de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos
  • “Naturaleza legal de los derechos fundamentales” del jurista alemán Rainer Arnold
  • Historia de los derechos fundamentales” de Gregorio Peces-Barba Martínez (1938-2012) —expresidente del Congreso y considerado uno de los padres de la Constitución tras el franquismo—, Eusebio Fernández García (1952), Antonio Enrique Pérez Luño (1944) y Rodríguez Uribes (1968).
  • “Las garantías Individuales” y “El juicio de amparo” (Porrúa, 1943), del abogado constitucionalista mexicano Ignacio Burgoa Orihuela (1918-2005), y de La Constitución de Querétaro, tesis de licenciatura presentada en la UNAM en 1968 por Jorge Carpizo MacGregor (1944-2012).
A la izquierda, la tesis de Esquivel, a la derecha una página del libro 'Las garantías individuales' de Ignacio Burgoa.

A la izquierda, la tesis de Esquivel, a la derecha una página del libro ‘Las garantías individuales’ de Ignacio Burgoa.

Ahora bien, en “Historia de los derechos fundamentales”, según el ex ministro de Cultura de España, la ministra Esquivel copió de allí un capítulo entero titulado “El papel de Kant en la formación histórica de los derechos humanos”, autoría de su colega Pérez Luño, a quien también la funcionaria le plagió parte de su obra “Los fundamentos de los derechos humanos”, publicado en 1983 en la Revista de Estudios Políticos (Nueva Época) del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales del Gobierno de España.

Yasmín Esquivel también plagió 37 páginas de “Las garantías Individuales” del prestigioso constitucionalista mexicano Ignacio Burgoa.

A la izquierda, la tesis de Esquivel, a la derecha, la tesis de licenciatura del exrector de la UNAM Jorge Carpizo MacGregor.

A la izquierda, la tesis de Esquivel, a la derecha, la tesis de licenciatura del exrector de la UNAM Jorge Carpizo MacGregor.

En ese sentido, alardear de un título o de la profesionalidad por parte de un alto cargo del gobierno, y que luego se deschavé la verdad, o su dudosa procedencia o inexistencia, es tan ordinario en Latinoamérica. Tal es así, el ministro de Medioambiente de Uruguay, el ‘licenciado’ Adrián Peña, está envuelto en un escándalo tras conocerse que no finalizó su carrera de Administración de Empresas, pese a que ostenta ello púbicamente.

El ministro de Ambiente de Uruguay, Adrián Peña, quien por el 2016 se rasgaba las vestiduras por la falacia del título universitario del ex vicepresidente Raúl Sedric, se vio obligado a renunciar porque su ‘doble moral’ salió a la luz: criticó al ex funcionario con el tupé de autogalardonarse como licenciado en Administración de Empresas sin haber finalizado esa carrera, así lo informó (30/01/23) el diario uruguayoBúsqueda, que logró conversar en off con autoridades universitarias.   El ministro representante de la agrupación colorada Ciudadanos -ahora ex funcionario- ha sido formalmente presentado ante el Parlamento como ‘Lic. Adrián Peña’, ha firmado varios documentos oficiales bajo dicha titulación y en varias ocasiones se autocolocó públicamente como palabra autorizada dada su supuesta profesión, pero todo ello sería un fiasco: debe un curso para recibirse, según información de la Universidad Católica de Uruguay (UCU).

El ministro de medioambiente uruguayo se ha presentado como licenciado en Administración de Empresas desde el 2015, pero anteriormente admitió que recién en el 2022 había rendido su última materia, y ahí filtró su libreta de universitaria para acreditarlo. Ahora bien, parecería ser, según la Universidad Católica de Uruguay y periodistas uruguayos, que ello no es así, ya que el funcionario adeuda un curso para poder solicitar que se expida su título.

“El ministro estudió y le falta muy poco para ser licenciado. Hubo otros casos que fueron más grave porque se inventaron carreras que nunca se cursaron”, sostuvo el legislador del Partido Nacional, Gustavo Penadés, a Doble Click (Radio de Sol) ante el reclamo popular y de la oposición de que Adrián Peña debió dimitir dada su falta a la honestidad, la que él mismo enalteció como un valor fundamental en los políticos. 

Sin dudas no hay disculpas para el error que cometí

Sea que se recibió en el 2022 o que aún no, el punto es que mintió durante casi una década y ostentó su supuesto título para mostrarse como voz competente, además claro, de solicitar en el 2016 la destitución (y mofarse en redes) del ex vicepresidente uruguayo perteneciente al Frente Amplio, Raúl Sendic, quien había reconocido que no era licenciado en Genética Humana ni graduado en Cuba, como así lo sostenía.

“Díganme Licenciado…¿Se acuerdan de Chespiritó”?”, había twitteado Adrián Peña para burlarse de Sedric, quien terminó renunciando no solo por esa farsa sino por un caso de corrupción que tenía que ver con el uso con fines personales de tarjetas corporativas de ANCAP (empresa pública uruguaya de explotación y administración del alcohol y el cemento portland).

“Son situaciones distintas con lo de Sendic. Es verdad que es una falta ética, pero son situaciones diferentes porque uno se hacía llamar licenciado de una carrera que no existía”, enfatizó el senador nacionalista Penadés.