El mundo del streaming se encargó de sepultar a plataformas de intercambio de archivos como Ares, eMule o Torrent, que tuvieron sus años de gloria hace unas dos décadas, pero que amenazan con retornar como armas de consumo gratuito por parte de los usuarios, gracias a apps como por ejemplo, Telegram.
Durante este ultimo tiempo, las plataformas pagas resolvían los contratiempos que tenían aquellos programas obsoletos, pero aunque sólo en España las descargas ilegales llevan 7 años en caída libre (según el Observatorio de la piratería y hábitos de consumo de contenidos digitales) se han vuelto a disparar en los últimos días programas como eMule, y todo indica que el consumidor podría volver a ser sólo usuario otra vez.
eMule en 2023: Un viaje al pasado para usar en el presente
Plataformas como Ares o eMule no precisan introducción si hace 10 años utilizaban internet, pero en caso de ser así, esta clase de programas lo que proveían era un software donde dos personas se encontraban para subir y descargar contenido, y que de esa forma lo tuvieran otras personas disponible.
Enfrentarse a este programa es una máquina del tiempo: Las interfaces son exactamente las mismas que hace 10 años, cuando dejó de tener actualizaciones oficiales. Y por fuera de tener que configurar servidores, este continúa siendo el mismo procedimiento: Encontrar un link y descargar la opción que más convenza.
Sea como sea, lo más sorprendente de la experiencia es descubrir que sigue habiendo comunidades activas de eMule, pero que abogan por prevalecer en esta clase de círculos de nicho. Los usuarios sostienen que es probable que no retornen al ojo público como algo masivo, pero que hay otra aplicación que parece acercarse como la real amenaza: Telegram.
Por qué Telegram podría destronar a Netflix
Actualmente, una de las funciones que ofrece esta aplicación de mensajería es la de descargar de contenidos sin límite de espacio y en la misma definición que fue subido, opciones que apps como WhatsApp no ofrecen.
Por el lado de las plataformas, lugares como Stremio o Cuevana condensan las funciones de los p2p sin la necesidad de descargar los contenidos, por lo que también resulta una opción versátil para los usuarios. Además, en el caso de Stremio, aunque haya que conectarse con determinados servidores, la interfaz es bastante intuitiva y ayuda (bastante) a agilizar el proceso.
Judith Clares, directora del grado en Comunicación de la UOC y especialista en distribución audiovisual, sostiene que las suscripciones son algo ya instalado, pero que convivirán plácidamente como una opción más:
Los modelos de suscripción han venido para quedarse. Estamos enganchados. Además de estar perseguido, la piratería es incómoda y menos accesible. Al final, es más cómodo pagar por una suscripción, porque aunque no se pueda compartir, sigue siendo un precio económico
Pagar por piratería o suscribirse a algo gratis
Plex ha sido una de las plataformas estrella para ver contenidos en streaming, aunque su modelo es distinto al de programas como eMule. En su caso, ofrece un catálogo de 50.000 películas y series de forma gratuita (ni siquiera hace falta registrarse, pero hay publicidad) aunque es raro encontrar grandes títulos.
Lo más atractivo de la plataforma es la creación de servidores privados mediante Plex Media Server, donde no hay una biblioteca común en la que cualquiera pueda buscar un contenido determinado, sino que funciona mediante comparimentos estancos.
Es decir, una persona puede crear un entorno y subir las películas que quiere, y sólo pueden entrar a ella usuarios invitados por el creador. Lo mismo ocurre cuando se desean buscar contenidos, ya que solo se pueden ver (aunque no descargar) aquellos espacios en los que se tiene permiso para entrar.
Además, esta clase de servicios también hibridaron las opciones pagas con sus funciones, ya que Plex tiene la posibilidad de actualizar el plan gratuito y aprovechar funcionalidades. Muchos usuarios aprovechan las descargas en programas como eMule o Torrent para luego armar sus propios catálogos privados.
Además, Plex cuenta con distintas aplicaciones para dispositivos, como televisiones, lo que le hace aún más parecido a una plataforma de streaming convencional.
Es algo que, por cierto, también ha servido para que unos cuantos hagan negocio y vendan invitaciones en foros como Reddit o plataformas como Telegram, donde un paquete anual puede ascender por encima de los 100 euros. Básicamente, ofrecen una invitación con la promesa de subir las principales novedades.
Una de las salidas que ha buscado Netflix para mantenerse en el trono del streaming ha sido el lanzamiento de un plan con publicidad más barato que la suscripción convencional.
El problema es que ahí también tienen competencia. Se trata de las plataformas tipo FAST (free ad-supported streaming), que no es otra cosa que streaming con publicidad, pero gratis. Una de las más conocidas es Pluto TV, donde se ofrecen cantidades de películas y series, tanto en decenas de canales como bajo demanda.
O como es el caso de Warner, que también aprovechará este modelo para masificar sus suscripciones. Pero esto quizás es una respuesta natural al hecho de que las empresas no saben qué dirección tomar para seguir acumulando suscriptores. Clares advierte esto y prevee que resultará en abrirse a otras alternativas: