Todos los años, con la llegada del verano austral, Chile se enfrenta al fuego en diferentes puntos de su geografía. Pero este año está siendo especialmente desastroso en la zona centro-sur del país, con las regiones de Ñuble, Biobío y La Araucanía como las más afectadas. De acuerdo con el último balance ofrecido por la Policía de Investigaciones, al menos 30 personas han muerto a causa de los incendios y el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) cifra en 3.276 los damnificados y en 1.159 las viviendas destruidas.
El Ejército chileno ordenó el toque de queda en 28 comunas en las regiones de La Araucanía, Biobío y Ñuble, epicentro de los devastadores incendios, todavía con 95 focos descontrolados y diversas poblaciones evacuadas.
Según un comunicado oficial, el toque de queda es en la provincia de Itata, región de Ñuble, en particular en las localidades de Cobquecura, Coelemu, Ninhue, Portezuelo, Quirihue, Ránquil y Trehuaco, además de Quillón, en la provincia de Diguillín.
En la región de Biobío afecta a las localidades de Arauco, Contulmo, Mulchén, Tomé, Florida, Hualqui, Nacimiento y Santa Juana
En La Araucanía, a Angol, Collipulli, Curacautín, Ercilla, Los Sauces, Lumaco, Purén, Renaico, Traiguén, Victoria, Galvarino y Lautaro.
Se estima que se han quemado más de 700.000 hectáreas de terreno, lo que ha obligado al gobierno a declarar el estado de catástrofe en las zonas más afectadas. La magnitud del desastre ha quedado patente en las imágenes captadas por satélites espaciales.
Y las llamas no dan tregua por ahora. El presidente Gabriel Boric advirtió de que las condiciones climáticas van a ser desfavorables. «Van a ser días muy difíciles para Chile», dijo.
Detrás de algunos incendios, la mano del hombre
Rodrigo Díaz, gobernador del Biobío, una de las regiones más afectadas, afirmó que «hay gente criminalmente prendiendo fuego».
Los grandes incendios no son algo nuevo para el país, que ya vivió un año crítico en 2017, pero, ¿que hace a los de 2023 tan dañinos? El cambio climático y la sequía.
Chile vive desde hace tiempo una grave sequía que los científicos relacionan directamente con el cambio climático.
Según datos de la Fundación Aquae, el país sufre la peor sequía desde 1950, lo que obligó al Gobierno a declarar la emergencia hídrica en numerosas zonas del país.
Álvaro Promis, profesor de Ciencias Forestales y Conservación de la Naturaleza de la Universidad de Chile, le dijo a BBC Mundo que «uno de los efectos del cambio climático han sido las fuertes sequías que ha venido sufriendo Chile en los últimos años, que han venido afectando a la vitalidad del suelo, especialmente en la zona central del país».
Al estar los suelos más secos, la vegetación sufre lo que los expertos denominan «estrés hídrico«. En definitiva, el material vegetal está más seco y arde con mayor facilidad, algo que ya han notado quienes combaten el fuego en primera línea.
El teniente coronel Carlos Traverso, de la Unidad Militar de Emergencias, enviada por el gobierno español para colaborar con las tareas de extinción, le dijo a la periodista Paula Molina que «la sequía es más que notable. El combustible pesado, con los árboles, o el combustible ligero, como los matorrales, pastos y cultivos, están bastante secos ya en una fase avanzada del verano«.
Una orografía favorable a los vientos
Los expertos consultados coinciden en que la orografía del terreno más afectado favorece la propagación del fuego y dificulta hacerle frente.
La abundancia de cerros y valles contribuye a que los vientos adquieran mayor velocidad, lo que expande las llamas. Combinados con otros factores, los vientos fuertes hacen más peligrosos y difíciles de controlar los incendios.
En la zona del centro y sur de Chile abundan las especies vegetales invasoras que han sido introducidas por la mano del hombre. El roble autóctono ha ido cediendo espacio en las últimas décadas al pino insigne o radiata, o el eucalipto, especies importadas de América del Norte y Australia que ahora copan las explotaciones forestales que proliferaron en esa zona del país, sobre todo a partir de facilidades legales introducidas durante el gobierno militar del general Augusto Pinochet (1973-1990).
Hoy, la producción de celulosa y madera de estas explotaciones tiene gran peso en la economía chilena. Pinos y eucaliptos forman bloques continuos de arboleda en los que a las llamas les resulta fácil propagarse.
Aníbal Pauchard, director del Instituto de Ecología y Biodiversidad de la Universidad de Concepción:
Abandono del campo
Según Promis, otro de los factores que han agravado el problema es que «en los últimos tiempos han crecido pueblos y ciudades, y ha habido un abandono de actividades agrícolas y de los campos, que son ahora más propensos a ser el escenario del comienzo de un incendio«.
«Antes había zonas de trigo y maíz, pero la globalización ha hecho caer muchos de los usos típicos agrícolas y gran parte de los productos son ahora importados», señala Promis.
Muchos campesinos han abandonado o vendido sus terrenos, alentando la especulación inmobiliaria, y en los terrenos en los que no hay pastoreo ni agricultura es mucho más fácil que se acumule la maleza y se origine un incendio.
Para Pauchard, el abandono de la agricultura, sumado a la proliferación excesiva de grandes explotaciones forestales, muestran que «ha habido durante décadas un mal manejo en el uso del terreno».
Prospectivas, consideraciones ¿y responsables?
El presidente Boric indicó pocas horas atrás que la batalla contra el fuego está lejos de terminar. Y ya lleva semanas en curso.
El militar español Traverso declaró que «se tardará en extinguir«; y agregó: “Tenemos un incendio bastante grande, con un eje de casi 100 km, de Santana a Nacimiento. Es de lo más grande que hemos podido ver en mucho tiempo».
Atento a tal complejidad, Urgente 24 ha consultado dos fuentes, que asisten al devastador espectáculo como protagonistas. Dos testimonios, uno argentino, descriptivo de las acciones, los medios y las estrategias que se utilizan y coordinan para amainar el flagelo; y otro chileno, disruptivo, que problematiza la cuestión que se esconde en los repliegues de la crisis de institucionalidad que azotan a Chile y a Argentina: los incendios forestales ¿son autoinfligidos o caso de fuerza mayor?
- Ezequiel Sicardi, piloto, agente de aeronavegación y consultor en aeronáutica, argentino, que combate el fuego en Chile junto a un comando de salvataje organizado por el presidente Boric da a conocer detalles de primera mano en relación a la lucha contra el fuego que devora una vastedad de territorio chileno, y
- Gloria Naveillán, diputada chilena, revela quiénes están detrás de los incendios, con qué propósitos y hasta dónde piensan llegar, según su óptica.
Especificaciones, medios y estrategias
El piloto Ezequiel Sicardi explicó:
El Ten Tanker (avión que comanda Ezequiel Sicardi, el piloto argentino consultado) ya estuvo en Chile combatiendo quemas generalizadas hace cuatro años. Su performance fue descollante y por ello volvió a ser requerido.
Cuenta con:
- una longitud de 55 metros y 18 metros de altura
- una capacidad de lanzamiento de agua de 36000 litros.
- tres tanques diferentes (10.222 litros, 15.000 litros y 10.220 litros)
- una capacidad de sobrevuelo de los focos desde alturas inferiores a los cien metros
- una dotación de diez personas: piloto, asistente, ingeniero y siete técnicos aeronáuticos
Provocación pseudo mapuche
Diputada Gloria Naveillán:
“Estamos en una zona con grandes focos de incendios provocados. Ya se han detenido más de 30 personas, acusados de prender estos incendios. Está bien que hay sequía, que hay cambio climático, que llevamos tres años de “La Niña”, pero estos incendios han sido provocados. Tenemos un pueblo que se llama Purén en donde el fuego arrasó con un barrio completo de casas. Tenemos gente con sus casas quemadas en la mayoría de las comunas.»
«Llevamos 25 personas muertas -algunos hablan de más de 30- producto de los incendios, entonces la verdad es que yo creo que esto es una ola de fuego con el afán de una limpieza étnica de un territorio y el tener un territorio, un feudo inexpugnable donde la ley no exista, donde no se reconozcan las instituciones ni la justicia, ni los tratados internacionales, para poder llevar adelante el narcotráfico y esto incluye el territorio Sur de Argentina, porque para ellos (los pseudo mapuches) se trata de un solo y mismo territorio que necesitan para su negocio de narcotráfico.»
«Por ejemplo, hubo un carro bomba que venía de Coquimbo, desde el Norte de Chile a ayudar, al cual le pidieron que fuera a apagar la zona roja de Temu kuykuy, y los bomberos que venían con propósito de salvaguarda fueron amenazados con armas y no los dejaron entrar. Ese es el nivel en el que se manejan estos malhechores.»
«Estamos hablando de consumo a escala internacional, la droga no es sólo para consumo local y no es solamente marihuana, acá se está produciendo droga dura, porque para eso se hacen invernaderos, hay tecnología para ello y el interés en este punto es el de poder exportar tanto desde el Pacífico hasta las costas de Asia, como desde las costas argentinas hasta Europa.»
«Pero no nos podemos quedar en lo pequeño. Todos sabemos que hay organizaciones superlativas que aprovechan estas cuestiones de liviandad o lasitud institucional para favorecerse y lograr pingües ganancias con el narcotráfico.»
«El discurso étnico lo usan para apropiarse de territorios argentinos y chilenos, y los gobiernos títere han sido cómplices en términos de avalarlos. Tan es así que cuando detienen a Jones Huala, lo que se teme es que hable, porque si habla se enciende otro fuego… el que echa luz sobre la corruptela y las trastiendas del poder voraz, que se financia con el narcotráfico grande y ese jamás se extingue”.