CÓRDOBA. Juntos por el Cambio Córdobaobtuvo finalmente un duro cachetazo tras la confirmación del paso del intendente de Estación Juárez Celman, Myrian Prunotto, a las filas del peronismo cordobés. La dirigente, que tuvo un fuerte acercamiento al candidato oficialista Martín Llaryora, confirmó sus intenciones y terminó por romper filas con el radicalismo, espacio que acusó de conformista. El traspaso de espacios de la intendenta se dio en el marco de una búsqueda del candidato peronista. Hace tiempo Llaryora protagoniza un “scouting” de dirigentes opositores que estén dispuestos a sumarse a una coalición de gobierno más amplia, tal y como le recomendaron los consultores oficiales. Este movimiento implicó una apertura especialmente dirigida para los radicales enojados. Entre ellos, Prunotto. La mujer radical aseguró tiempo atrás que ninguno de los precandidatos provinciales de Juntos por el Cambio la convencían. De hecho, tuvo duras críticas para ambos, tanto Luis Juez como Rodrigo De Loredo, a quienes señaló por haber cooptado la interna, cerrando el juego para los intendentes del interior.
Además, esa “bronca” tiene como combustible de fondo el rechazo a la derogación de la re-reelección. Tanto Juez como De Loredo se pronunciaron en contra de ello, a pesar de que afectaron a dirigentes de su propio espacio.
“Tienen un programa de gobierno, tienen claro a dónde quieren ir y cómo quieren trabajar, y nos dejan ser parte de ese armado en cuanto a los programas para pensar en las necesidades de los cordobeses y darles respuestas», aseveró Prunotto hace pocos días, en presencia de Llaryora. Precisamente, el reclamo de la radical fue en base a la poca participación que le dieron en el último tiempo.
De hecho,la intendenta acusó a sus compañeros de partido de provocar actitudes machistas. Por esas declaraciones internas, fue exiliada de Juntos por el Cambio. «Están cómodos siendo oposición. Para mí es mucho más cómodo ejecutar y transformar las realidades de nuestros vecinos», apuntó. Así, Martín Llaryora habría logrado un primer gran caso paradigmático, que podría proliferar hacia las entrañas opositoras. «Quién dice que en el 2027 no tengamos un gobernador radical. Para este año la veo bastante difícil”, dijo la propia integrante de la Unión Cívica Radical.