La Casa Blanca admitió inmediatamente el hallazgo de los archivos en la residencia de la familia Biden, el 20 de diciembre, pero omitió informar al instante de los papeles encontrados en un centro de estudios de Washington al que estaba asociado el presidente. «Fui informado del descubrimiento y me sorprendió saber que había documentos gubernamentales que fueron llevados a esa oficina. Estamos cooperando plenamente», sostuvo Joe Biden.
La tensión por el hallazgo de esto documentos se justifica por la sanción de una ley que, desde 1978, obliga a los presidentes y vicepresidentes estadounidenses a entregar todos sus correos electrónicos, cartas y otros documentos de trabajo a los Archivos Nacionales cuando terminan su mandato. Los republicanos de la Cámara de Representantes iniciaron el viernes una investigación sobre la gestión del Departamento de Justicia de los documentos clasificados almacenados indebidamente que poseía Biden, y cuestionaron si su hijo, Hunter, tuvo acceso a alguno.
Por su parte, el oficialismo estadounidense subrayó que avanza en la investigación sobre cómo el ex presidente Donald Trump manejó documentos clasificados tras su mandato. El anterior mandatario se habría resistido a entregar los archivos hasta un registro del FBI en agosto en su casa de Florida.