Esto se debe a la menor demanda global de importaciones y perspectivas de mayor producción de aceite de soja en Sudamérica, explicó la FAO, a lo que se añade el menor valor mundial del petróleo que desestimuló su uso como combustible sustituto.
En el caso de los cereales, los precios cayeron 1,9% mensual, aunque cerraron 2022 con un récord histórico subiendo 17,9% y 8,8% respecto de 2021 y el anterior récord de 2011, respectivamente.
Durante 2022, el maíz y el trigo promediaron valores 24,8% y 15,6% superiores a los de 2021, debido a las «significantes disrupciones en el mercado, incertidumbre, mayores costos de energía e insumos, condiciones climáticas adversas en algunos productores clave, y fuerte demanda global».
Las bajas de diciembre se explican por las cosechas en el hemisferio sur, las cuales incrementaron la oferta mundial exportable de trigo, y en el caso especifico de Brasil, del maíz.
Influenciados por la baja del trigo y el maíz, también cayeron el sorgo y la cebada.
En contraposición, aumentó el valor del arroz por la fuerte demanda asiática y la apreciación de las monedas de los países exportadores respecto al dólar.
Entre las demás commodities, el azúcar cerró 2022 con los precios más altos desde 2012. En diciembre, subió 2,4% alcanzando su mayor nivel en los últimos seis meses.
Por su parte, los lácteos registraron un aumento de 1,2% en diciembre tras cinco meses consecutivos de caídas, finalizando 2022 con un incremento anualizado de 19,6% respecto de 2021, el mayor promedio desde 1990.
Los mayores valores internacionales del queso empujaron al índice en diciembre por su robusta demanda global y menores disponibilidades para exportar.
En tanto, cayeron los valores de la manteca y la leche en polvo.
Por último, las carnes descendieron 1,2% mensual en diciembre, el sexto mes consecutivo, a causa de las bajas en el valor internacional de la carne bovina y la de corral. En el caso de la bovina, la FAO indicó que los valores se vieron impactados por la baja demanda global a mediano plazo y un exceso de ganado para sacrificar en países productores, mientras que la de corral se mostró afectada por un exceso de oferta exportable, pese a las complicaciones por la gripe aviar. En contrapartida, hubo aumentos en la carne de cerdo -por la fuerte demanda en las fiestas, especialmente en Europa- y la ovina. Los precios de la carne, de todas formas, promediaron en 2022 un 10,4% más que en 2021, y alcanzaron el mayor promedio anual desde 1990. En el caso argentino, las exportaciones de carne vacuna disminuyeron levemente en noviembre y cayeron por cuarto mes consecutivo, según el último informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (CICCRA). De esta manera, se acumuló una baja de 12,2% con relación al pico observado en julio. Pero lo que se profundizó en noviembre, y de manera significativa, fue la contracción del precio promedio. Entre mayo y octubre cayó casi continuamente, pero a ritmo ‘moderado’, en tanto que en noviembre la disminución fue de casi 17% mensual. Todo esto provocó una fuerte baja de los ingresos por exportaciones, de 17,3% mensual en noviembre y de 36,9% con respecto al pico alcanzado en mayo del año que acaba de finalizar.