Cumbre de las Américas: los hitos del evento regional que va por su novena edición

Comparte si te ha gustado

La Cumbre de las Américas, que desde 1994 reúne periódicamente a los jefes de Estado y de Gobierno del continente, tendrá su novena edición del 6 al 10 de junio en la ciudad estadounidense de Los Ángeles, en medio de la tensión por la exclusión de Cuba, Nicaragua y Venezuela.

Convocada en esta ocasión con el lema «Construyendo un futuro sostenible, resiliente y equitativo», es la única instancia que reúne a los líderes de los países del continente para debatir desde temas diplomáticos hasta comerciales y definir acciones comunes, en la que participan las mismas 35 naciones que forman parte de la Organización de los Estados Americanos (OEA), de la que Cuba se encuentra excluida desde 1962.

A continuación, algunos hitos de las ocho ediciones anteriores de la Cumbre de las Américas:

 A propuesta del expresidente estadounidense Bill Clinton, la primera Cumbre, que se realizó en Miami, Florida, en diciembre de 1994, fue la instancia en la que los líderes de la región firmaron una Declaración de Principios que se tituló «Pacto para el desarrollo y la prosperidad: democracia, libre comercio y desarrollo sostenible en las Américas». El documento postulaba entre sus prioridades la integración regional a partir de la formación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) para eliminar «barreras al comercio y la inversión». Este fue uno de los temas que generó mayores debates en las tres reuniones siguientes.

 Tanto en la segunda edición en Santiago de Chile, en abril de 1998, como en la tercera, realizada en Quebec, Canadá, en abril de 2001, se buscó sentar las bases para la institucionalización de las reuniones. Las declaraciones finales aseguraban que tenían «confianza» en que el ALCA mejoraría «el bienestar de nuestros pueblos» y uno de los temas más importantes fue la preparación de la Carta Democrática Interamericana para reforzar los instrumentos de la OEA en pos de una democracia representativa, que fue adoptada en septiembre del 2001.

– La cuarta convocatoria se realizó en la ciudad de Mar del Plata, en noviembre 2005 y tuvo como lema «Crear trabajo para enfrentar la pobreza y fortalecer la gobernabilidad democrática». La visita del entonces presidente estadounidense George W. Bush ocasionó una enorme polarización política en el país anfitrión, así como entre los asistentes, además de exponer las diferencias que existían entre ellas. La declaración final fue la más extensa hasta el momento y allí por primera vez se plantearon las diferentes posiciones respecto al ALCA como estrategia de integración comercial del bloque. Si bien el documento no distinguía en cuál de las dos posiciones se ubicaba cada país, quedó en evidencia por los debates durante la cumbre que, mientras que Estados Unidos, Canadá y México insistieron en su apoyo al ALCA, por otro lado, países como Argentina, Brasil y Venezuela se resistieron y sostuvieron que aun no existían condiciones para un acuerdo de ese tipo, que sea «equilibrado y equitativo».

 Una de las principales consecuencias de las fracturas en la Cumbre de Mar del Plata quedaron expuestas en la siguiente cita, en Puerto España, Trinidad y Tobago, en 2009, porque el tema del ALCA ya ni siquiera fue mencionado en la declaración final y los países apenas esbozaron que reconocían «la contribución positiva del comercio» entre las naciones.

 La llegada de Barack Obama a la Casa Blanca generó expectativas sobre las relaciones entre algunos de los países del continente; sin embargo, en la sexta cumbre, realizada en Cartagena de Indias, Colombia, en 2012, las diferencias fueron más evidentes, ya que por primera vez los asistentes no lograron acordar una declaración final conjunta. El entonces secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, dijo al final de la reunión, que había sido promovida bajo el lema «Conectando las Américas: socios para la prosperidad», que «aunque las prioridades y las preocupaciones son las mismas, las Américas no están tan sintonizadas como quisiéramos».

 En la cumbre de Panamá, en 2015, tampoco hubo una declaración final conjunta, pero tuvo la particularidad de ser la primera de la historia que contó con representantes de los 35 países del hemisferio, por la concurrencia de Cuba. Allí, Obama y el presidente cubano Raúl Castro mantuvieron un encuentro histórico luego de 50 años de ruptura de relaciones diplomáticas entre ambos. Anunciaron también que buscarían un nuevo enfoque de las relaciones entre sus países, que fue simbolizado con un apretón de manos que se volvió una de las fotos más trascendentes de las cumbres.

– Los vientos de cambio en la región quedaron reflejados en la última cumbre que se llevó a cabo en 2018 en Lima, Perú, en la misma capital que un año antes se había conformado el Grupo de Lima, una instancia informal de reunión entre -en un principio- doce países cuyo principal punto en común era su oposición al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela. Y si bien este tema no era parte de la agenda, y no hubo funcionarios venezolanos en la reunión, fue uno de los dominantes también en la Cumbre. Cuba y Bolivia asumieron la defensa del ausente régimen venezolano y condenaron las sanciones contra Venezuela y lo que calificaron como ataques encabezados por Estados Unidos contra ese país. Con Donald Trump recientemente llegado a la Casa Blanca se esperaba que su primer viaje a la región se diera en el contexto de la cumbre, pero canceló su visita a último momento excusándose en que se quedaría en Washington «para supervisar la respuesta estadounidense a Siria y supervisar el desarrollo de eventos en el mundo».