Mientras la Justicia investiga en Catamarca el alcance y la magnitud de las estafas provocadas por la financiera Callvu Servicios Financieros y Bursátiles, que tiene ya a dos imputados, Cristian Rojo y su secretaria Silvina Segura; ahora se conoció que la cuestionada firma poseía una sucursal en la localidad de Concepción, Tucumán.
A raíz de ello, el letrado denunció penalmente a Camila Solórzano y su pareja Lautaro Salica. La primera era la encargada de la sucursal y el segundo, quien captaba a clientes para que invirtieran en la cuestionada firma.
Antes de tomar su cargo como encargada de la sucursal en Concepción, la mujer habría formado parte del staff de “Adhemar Capital” pero, por razones que se desconocen, decidió ampliar sus horizontes laborales hacia la competencia.
Si bien en principio había una amistad que el mismo “Trader God” dejaba entrever en sus redes sociales entre Cristian Rojo y él, Bacchiani, no se descarta que pudieran haber compartido empleados a modo de colaboración.
Declaración de la secretaria
También se pudo conocer por la declaración de Silvina Mónica Segura, en calidad de imputada por la causa contra Callvu, que la empresa tenía clientes de varias provincias de norte argentino, entre las que se encuentran La Rioja, Tucumán y Catamarca, y en las cuyanas San Juan y San Luis.
Por otro lado, en su indagatoria Segura mencionó que todo era manejado por el propio Rojo y que ella solamente cumplía su rol de secretaria.
“Recuerdo que en marzo, un lunes tenía la plata para pagar a todos a los que se les vencía la renta sábado, domingo y lunes. Me llamó y me dijo que no pague a nadie, que al otro día viajaba a Catamarca. Yo le dije por qué y me dijo que estaba pensando en otra cosa”, relató.
Anteriormente, otra situación similar que le llamó la atención sucedió en febrero: “El 21 de febrero me dice (Rojo) que va a reestructurar, porque si no entraban inversiones, él no podía pagar los intereses”.
Por último y no menos importante: durante la indagatoria, Segura mencionó que tras negarse a reestructurar a los ofuscados clientes, Rojo introdujo en escena a otra mujer llamada Pilar Sánchez, quien antes de la caída se encargaba de las reestructuraciones.
Durante el acto procesal que se llevó a cabo ayer, tanto el abogado defensor de Segura como el letrado querellante pidieron la imputación y detención de Sánchez y más allanamientos.