Ya no hay intocables en Misiones

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Desde Posadas Mientras la agenda nacional estaba atenta al acto del presidente Javier Milei en el Cabildo de Córdoba, el 25 de mayo aportó desde Misiones un hecho sin precedentes para la provincia litoraleña y extremadamente sensible en el contexto de las numerosas protestas que aquí se viven desde hace diez días: una caravana de autos procesó hasta la casa de Carlos Rovira, el conductor del Frente Renovador para la Concordia y principal líder político de la región.

La decisión fue tomada luego del locro popular que coronó las actividades por el 25 de mayo que maestros y profesores organizaron en su acampe de calle Uruguay y Trincheras de San José, en el barrio posadeño de El Palomar. Esta excursión a la suntuosa vivienda de Rovira en la exclusiva zona de Puerto Laurel, al noroeste de la capital provincial, tomó por sorpresa a muchos, ya que nunca en sus tres décadas de actividad política el dos veces gobernador de Misiones había padecido una acción de protesta de semejante magnitud.

Entre las distintas versiones acerca de los motivos que empujaron a esta movilización, varios resaltan los mensajes ofensivos que distintos funcionaros del gobierno misionero le dedicaron a los acampantes de la calle Uruguay en las primeras horas del día, usando el aniversario de la Revolución de Mayo como excusa para motorizar esta clase de mensajes incriminatorios.

Al momento del arribo de las columnas de autos, ya estaban presentes en la cuadra de la residencia de Rovira un nutrido personal de seguridad, principalmente hombres vestidos de civil que oficiaron de barrera humana en la entrada. Hubo un breve forcejeo entre ellos y los manifestantes, aunque sin mayores consecuencias. Luego se agregaron al operativo varios uniformados de fuerzas especiales con escudos e incluso una autobomba de bomberos.

En ese contexto, los docentes hicieron lo mismo que el jueves pasado, cuando marcharon al domicilio del gobernador Hugo Passalacqua después de la movilización hacia la legislatura provincial: abrieron un micrófono para dejar un mensaje a viva voz en la calle. “Nosotros vinimos hasta acá para decirle al conductor de la Renovación que nos cansamos de que nos mantengan en la indigencia y en la pobreza”, dijo por el altoparlante Mónica Gurina, docente de grado y secretaria general de la CTA-Autónoma de Misiones.

“Mientras él vive en la opulencia, en nuestra casa no hay comida, no se puede pagar la luz, no se puede hacer frente a la tarjeta de crédito. Eso vinimos a decirle”, concluyó Gurina, quien días atrás confesó que tiene 31 años de antigüedad en el rubro y cobra 370 mil pesos, no tanto más que los 250 mil de sus colegas que recién se inician.

Luego de ello, y de común acuerdo con las fuerzas de seguridad (que, a diferencia del jueves pasado, decidieron no reprimir y optaron por negociar), los manifestantes aceptaron marcharse, aunque dejaron un precedente inédito en esta modalidad de escrache a domicilio que había iniciado el jueves en el frente del edificio habitado por Passalacqua.