Luis Petri salió en defensa de los que fueron a reivindicar la dictadura en la ESMA

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Desde hace 20 años, el predio de lo que fue la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) funciona como un sitio de memoria. El viernes 17 de mayo, por primera vez y en consonancia con la llegada al gobierno de Javier Milei y Victoria Villarruel, un grupo de militares y exalumnos ingresaron al lugar para cantar a viva voz la marcha de la Armada, la que reivindicaba a la “valiente muchachada” de la Marina. Hubo quienes se retrataron frente al avión de los vuelos de la muerte que fue repatriado el año pasado como un símbolo del horror y de la fase final del exterminio. Lejos de mostrarse empático con las víctimas, el ministro de Defensa, Luis Petri, reivindicó el rol de la Armada y la incursión en el Espacio Memoria y Derechos Humanos –exESMA.

El viernes 17, Petri viajó a Puerto Belgrano para celebrar el Día de la Armada. Desde allá, el funcionario –que pertenece a la Unión Cívica Radical (UCR)– llamó a reivindicar la historia de la Marina. Mientras Petri andaba por el sur de la provincia de Buenos Aires, un grupo de egresados de la ESMA con sus familias habían entrado al predio de Avenida del Libertador. Recorrieron distintos edificios: el Museo (el casino de oficiales donde estaban los secuestrados), el Museo Malvinas, la Casa por la Identidad y la que era la Plaza de Armas. En Facebook, los visitantes celebraban haber «recuperado» la ESMA «usurpada» y marcaban que estaban haciendo historia con su desembarco.

El episodio generó consternación entre sobrevivientes, familiares de las víctimas y organismos de derechos humanos. El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), tal como publicó este diario el domingo último, hizo responsable a Petri por la escena que se montó en el sitio de memoria. En la red social X, el ministro de Defensa levantó el guante para lanzar una provocación. “Son argentinos que cantaron la marcha de la Armada en el Día de la Armada rodeando un mástil con la bandera argentina. La Armada que hizo tanto por la independencia y la libertad de nuestra Patria con el Almirante (Guillermo) Brown a la cabeza. Mis felicitaciones a la Armada”, escribió.

«Hay muchos lugares donde homenajear a la Armada. Elegir hacerlo donde funcionó un campo de concentración y luego reivindicarlo se agrega a la lista de decisiones que están destruyendo las políticas públicas de memoria», contestaron desde el CELS.

Petri no fue el único que usó las redes sociales para hostigar. Guillermo Madero, un funcionario de segunda línea del Ministerio de Defensa, aprovechó para recrear la versión de la campaña antiargentina contra los organismos. “¿Cantar la marcha de la Armada es reivindicar la dictadura? Sepan bien que, gracias a personas valientes como Luis Petri y millones de argentinos que amamos a nuestra Patria, no podrán destruir nuestras queridas Fuerzas Armadas ni con toda la plata del mundo que reciban de afuera del país?”, posteó. El año pasado, Madero hizo campaña por Patricia Bullrich y Petri, pero después se embanderó rápidamente con la vicepresidenta. En X, el subsecretario de Planeamiento Estratégico y Política Militar usa el lema de Villarruel: “Todo por Argentina”.

La reivindicación del rol de los militares durante la dictadura no es nueva. En marzo, Petri participó de un homenaje en el Círculo Militar –donde se fotografió junto a Cecilia Pando– y dijo que las Fuerzas Armadas habían sido demonizadas por su accionar durante los años ‘70. Desde que asumió hizo la vista gorda a homenajes a condenados por crímenes de lesa humanidad y mandó a sus funcionarios a la Unidad 34 de Campo de Mayo para tomar nota de los reclamos de los presos por secuestrar, torturar y desaparecer. También desmanteló los equipos que contribuían con las causas de lesa humanidad.

Negar y provocar

“Lo que hace Petri es el centro de la política negacionista de este gobierno”, dice Osvaldo Barros, que en 1979 fue secuestrado y llevado a la ESMA junto a su compañera Susana Leiracha. “La Armada es la que bombardeó la Plaza de Mayo en 1955 y la responsable de lo que pasó en la ESMA durante la dictadura militar. Muchos de los que nos custodiaban tenían 18, 19, 20 años y eran alumnos o recién recibidos de la ESMA. Entre los que estuvieron podría haber algún integrante del grupo de tareas”, afirma. “El ministro Petri reivindica a la Armada y, sin decirlo, reivindica lo que ésta hizo en la ESMA”.

Ana Testa estuvo secuestrada para la misma época en el campo de concentración de la Marina y fue una de las sobrevivientes que firmó un repudio a los actos celebratorios de la semana pasada. “En vez de estar haciendo esto, deberían ir y contar lo que sabían que se hacía cuando eran alumnos de la ESMA”, reclama. Está convencida de que el gobierno de La Libertad Avanza (LLA) llegó para poner en discusión la memoria construida durante los últimos 40 años de democracia. “Ellos van a seguir provocándonos y nosotros, mientras tengamos un ratito de vida, vamos a seguir denunciándolos”, resalta.

Guillermo Pérez Roisinblit nació el 15 de noviembre de 1978 en la ESMA. Su mamá, Patricia Roisinblit, fue llevada a ese lugar para dar a luz. Recién recuperó su identidad en 2000 gracias a la búsqueda de sus abuelas y de su hermana Mariana Eva Pérez. Más habituado a las redes sociales, Guillermo le respondió a Petri desde X: “Los desaparecidos y los sobrevivientes de la exESMA también somos argentinos, señor ministro Luis Petri. No lo olvide”. Para Guillermo, lo que sucedió en el Espacio Memoria y Derechos Humanos es parte de un clima de época. “Responsabilizo por esto al secretario de Derechos Humanos y al ministro de Justicia”, afirma en diálogo con este diario.

El marido de Graciela Palacio de Lois, Ricardo Lois, estuvo en la ESMA y está desaparecido. Graciela arrancó su búsqueda en noviembre de 1976, cuando se quedó sola con su hijita María Victoria. En 1998, un amparo de Graciela y de Laura Bonaparte –Madre de Plaza de Mayo– logró frenar el “parque de la reconciliación” que Carlos Menem quería construir en el campo de concentración por donde se estima que pasaron 5000 prisioneros. Para Graciela, el episodio de la semana pasada es un “exponente de la política general que tienen Petri y Villarruel hacia las Fuerzas Armadas”.

La diputada nacional del FIT Myriam Bregman actúa como querellante en la megacausa ESMA. Acompañó a sobrevivientes en una inspección ocular cuando todavía había marinos. “No dejaban de provocar”, recordó. Bregman salió al cruce de Petri. “En ese lugar, la Armada instaló un centro de exterminio e hizo participar en sus crímenes atroces a todos y cada uno de sus miembros”. En la Marina, la regla era que todos debían “mancharse los dedos con sangre”, contaron los sobrevivientes en los juicios.

La abogada querellante Guadalupe Godoy no tiene dudas de que lo que pasó el viernes 17 fue una acción concertada. “Fueron a reivindicar el genocidio –afirma. Lo mismo que hace Petri obturando el proceso de memoria, verdad y justicia y provocando con estas declaraciones. La pregunta es qué dice la UCR de todo esto”.

El sábado pasado, los letrados Flavia Fernández Brozzi y Rodolfo Yanzón, de la querella Kaos, hicieron una presentación ante el juez federal Ariel Lijo, a cargo de la megacausa ESMA. Le pidieron al magistrado que le recuerde a Petri que los militares a su cargo pueden ir al espacio de memoria pero justamente para recordar y no para hostigar a las víctimas. En Tribunales, le dijeron a este diario que Lijo estaba evaluando la presentación.

“Hay que avisarle a Petri que el lugar al que hace referencia está dentro de un sitio de memoria y que, por ley, en esos sitios se conmemora a las víctimas de la dictadura, no a sus verdugos”, subraya Yanzón. “Los que estuvieron en la ESMA reivindican la Armada de (Emilio Eduardo) Massera, de los campos de tortura y de exterminio, no la del Almirante Brown y las luchas por la independencia. En un gobierno democrático, Petri no duraría dos minutos”.