G7 contra Rusia/China: Más ayuda a Ucrania y aumento de aranceles

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Los líderes del mundo actual parecieran estar nostálgicos por los bloques y alianzas rígidas y fuertemente burocratizadas del siglo XX en vez de profundizar en el multilateralismo de coaliciones flexibles que requieren los nuevos tiempos. El G7 conformado por Estados Unidos, Alemania, Japón, Canadá, Francia, Reino Unido e Italia parece ser rehén de la lógica de la guerra fría. Este viernes (24/05) los ministros de Finanzas del Grupo G7 comenzaron una reunión de dos días en Stresa, Italia, en plan “hostil” hacia China y Rusia.

Respecto al segundo, según medios internacionales, debatirán sobre un préstamo a Ucrania. Aunque aseguraron que no surgirán detalles concretos sobre la iniciativa de Estados Unidos para que se conceda un préstamo a Ucrania respaldado por los futuros ingresos de unos 300.000 millones de dólares de activos rusos congelada, su idea «es utilizar los beneficios extraordinarios de aquellos activos durante los próximos años».

La secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, ha dicho que un préstamo podría ascender a unos 50.000 millones de dólares, pero que no se ha acordado ninguna cantidad.

Importante cumbre financiera del G7 en Italia.

Importante cumbre financiera del G7 en Italia.

El objetivo no es concretar nada sino lograr avances antes de que los jefes de cada miembro del grupo negocian se reúnan en la región meridional italiana de Apulia del 13 al 15 de junio a la que asistirá el presidente Javier Milei.

Los anuncios de pisos y ayuda a Ucrania no hacen más que prolongar la guerra con Rusia en lugar de buscar la “paz” en la región.

Guerra comercial con China

Además, discutirán sobre las políticas industriales «injustas» y “desleales” de China. La UE y USA temen una ola de productos chinos que, según ellos, podrían inundar el mercado global, abrumar a la industria, provocando pérdidas de empleos y cierres de empresas europeas.

Su preocupación central es que la economía china tiene una escasez de demanda interna para absorber su oferta industrial, lo que significa que el exceso se envía a los mercados globales, donde deprime los precios.

En una reunión con Xi Jinping y Emmanuel Macron en Francia, Von der Leyen remarcó que la relación europea-china se vio perjudicada por el acceso desigual al mercado y los subsidios estatales chinos.

En ese sentido, la Unión Europea podría seguir el ejemplo de Estados Unidos en materia de aranceles. Yellen dijo el jueves que quería que los socios estadounidenses del G7 —Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y Canadá— demostraran que están con Washington.

El 14 de mayo USA anunció aranceles del 100% sobre una serie de importaciones chinas, incluidos autos eléctricos, chips de computadora y productos médicos para proteger a los fabricantes estadounidenses de las importaciones baratas, sobre todo en sectores de alta tecnología.

Una guerra comercial no beneficiaría a nadie.

Una guerra comercial no beneficiaría a nadie.

Esto desencadenaría una represalia de China que derivaría en una incómoda y perjudicial guerra comercial en medio de amenazas por los automóviles eléctricos y el coñac francés. No beneficiaría ni a Estados Unidos, ni a China, ni a Europa, ni a ningún país del mundo.

Después de todo, China es un relevante socio económico de la UE. En 2022, fue el tercero de la Unión en exportaciones de bienes y el primero en importaciones.

El G7 también abordará una propuesta de impuesto mundial sobre el patrimonio de los multimillonarios, promovida por Brasil y Francia entre los miembros del G20.

El ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire dijo que su país seguiría impulsando el plan. «Ya no es aceptable que los más ricos escapen a los impuestos, y todo el mundo debe pagar lo que le corresponde».