Reino Unido y el escándalo de los «niños infectados» de VIH por negligencia médica

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Las autoridades sanitarias y políticas del Reino Unido han ocultado pruebas que los responsabilizan del trágico caso de la “sangre contaminada” que ocasionó 30.000 contagios (entre 1970 y 1990) por el uso prescripto de plasma sanguíneo, que estaba contaminado con Hepatitis C y VIH, así concluyó la investigación pública que se reveló este lunes 20 de mayo.

“La magnitud de lo ocurrido es horrorosa ”, escribe en su informe de más de 2.500 páginas el ex juez Brian Langstaff, quien dirigió desde el 2018 está investigación pública por las 3.000 muertes de personas y 30 mil contagios de gente, que al padecer hemofilia, recibieron transfusiones de sangre o plasma sanguíneo que las infectaron de Hepatitis C y VIH.

Concentración de los afectados por la sangre contaminada en Reino UnidoEuropa Press/Contacto/Joao Daniel Pereira/AtlÃNti

Concentración de los afectados por la sangre contaminada en Reino UnidoEuropa Press/Contacto/Joao Daniel Pereira/AtlÃNti

Se muestran fotografías de las víctimas de la sangre contaminada durante una vigilia, antes de la publicación del informe final de la investigación, en Londres, el 19 de mayo de 2024. HOLLIE ADAMS / REUTERS

Se muestran fotografías de las víctimas de la sangre contaminada durante una vigilia, antes de la publicación del informe final de la investigación, en Londres, el 19 de mayo de 2024. HOLLIE ADAMS / REUTERS

Familias destrozadas y muertos por el caso de «Sangre contaminada»: La salud pública de UK en la mira

Sam Rushby quedó prácticamente ‘sólo en el mundo’, porque su familia ha sido atravesada por la tragedia de “la sangre contaminada”. A sus dos años, en 1994, perdió a su mamá por Sida, y un año más tarde a su padre que también falleció a causa de esta enfermedad en un hospital de Liverpool, Reino Unido. Además, su hermana, infectada por VIH por esta negligencia de salud pública, falleció en la panza de su madre.

Lesley Rushby con su hija Abbey. Ambas murieron por complicaciones relacionadas con el sida. | BBC

Lesley Rushby con su hija Abbey. Ambas murieron por complicaciones relacionadas con el sida. | BBC

«Destrozaron, literalmente, a mi familia y me la arrebataron. Siento como si se hubieran deshecho de ellos y se acabó la historia», expresó el sobreviviente de la familia Rushby, Sam ante la BBC. No fue hasta su adolescencia que comenzó a descubrir la verdad sobre su situación.

Sam Rushby con su mamá, víctimas de la "sangre contaminada" | Gentileza BBC

Sam Rushby con su mamá, víctimas de la «sangre contaminada» | Gentileza BBC

Ante ello, Reino Unido este lunes (20/05) por primera vez se responsabilizará por esta tragedia y ofrecerá condolencias a las víctimas: el gobierno de Rishi Sunak publicará los resultados de la investigación gubernamental sobre ‘el peor desastre en la historia del Servicio Nacional de Salud británico (NHS)’. El propio premier hablará ante el Parlamento, así lo señala la prensa británica que asegura que evalúan indemnizar a la familias.

Tras siete años de una pesquisa exhaustiva, de audiencias a miles de testigos y exámenes de decenas de miles de documentos, el ex juez Brian Langstaff a cargo de la investigación, concluye que la «verdad» sobre esta tragedia había estado «oculta durante décadas» y que esto «podría haberse evitado en gran medida» .

“Este desastre no fue un accidente. Las contaminaciones se produjeron porque los responsables (médicos, servicios de sangre y gobiernos sucesivos) no dieron prioridad a la seguridad de los pacientes ”, insistió Brian Langstaff, citado en un comunicado de prensa.

El contagio de VIH y Hepatitis por ‘error’ del servicio público

El servicio público de salud, el NHS, ante la escasez de sangre —entre 1970 y 1980— recurrió a proveedores estadounidenses que pagaban a sus donantes, entre los que se encontraban presos y otros grupos de riesgo de estar infectados con VIH.

Por esos años, la embajada de USA le advirtió a Reino Unido de la ‘potencialidad’ de un riesgo de contagio de SIDA si usaban esa sangre, así lo difundió la propia BBC que tuvo acceso a los documentos y notificaciones de la sede diplomática británica en Washington.

Incluso, un funcionario de la embajada redactó un informe detallado de cinco páginas, que lo recibió un alto cargo del Departamento de Salud de Reino Unido, tras una reunión con un miembro del grupo de trabajo sobre el sida en EE.UU.

«La respuesta de las autoridades vigentes no ha hecho más que agravar el sufrimiento» de las víctimas, señala Brian Langstaff, a cargo de la investigación.

Pero recién en el 2017, el gobierno británico al mando de la expremier Theresa May, abrió formalmente una investigación pública sobre esta tragedia calificada como “el peor desastre médico” en la historia del servicio de salud pública británico, el NHS.

Puntualmente, el quid de la cuestión parte del medicamento de plasma sanguíneo, Factor VIII, que se comercializó como un medicamento milagroso para los hemofílicos en los 80s, elaborado a partir de donantes de sangre que eran presos, tal como mencionamos anteriormente.

"Lo triste es que no tengo recuerdos de ellos, sólo un puñado de fotografías", dice Sam Rushby, que perdió a toda su familia por esta negligencia del servicio de salud de Reino Unido | BBC

«Lo triste es que no tengo recuerdos de ellos, sólo un puñado de fotografías», dice Sam Rushby, que perdió a toda su familia por esta negligencia del servicio de salud de Reino Unido | BBC

Los pacientes hemofílicos por esos años, tomaban la botella del polvo blanco de Factor VII, la mezclaban con agua destilada y se la inyectaban ellos mismos: esto detenía el sangrado y les mejoraba la calidad de vida.

Durante esos años, miles de personas se contagiaron de VIH y de Hepatitis C. Aún no había medicamentos retrovirales para tratar el Sida, ni tampoco se sabía mucho de las distintas vías de contagio por fuera de lo sexual (como en el embarazo, dar de amamatar o compartir agujas), por lo que murieron antes de recibir tratamiento.

A Sam Rushby, ahora un hombre de 32 años, quien perdió toda su familia por esta tragedia, le informaron sus abuelos en su adolescencia que sus padres y hermana habían muerto por esta negligencia e impericia del Estado, por así decirlo.

«No me lo creía, no me lo podía creer», afirmó ante la BBC. «No puedo superarlo, ¿por qué tuvo que suceder?», añadió.

Pero, pese al luto que envuelve a las familias de los fallecidos, la investigación pública a cargo del exjuez Brian Langstaff arroja ‘luz’ a esta tragedia en Reino Unido y abre la puerta a una posible indemnización desde el Estado.

«Ahora es el momento de que se reconozca a nivel nacional este desastre y se dé una compensación justa a todos los que han resultado perjudicados «, afirmó Brian Langstaff, aunque algunas víctimas ya han recibido una compensación inicial de 100.000 libras esterlinas en 2022

Es un “día memorable” , reaccionó este lunes, Andrew Evans, cofundador del grupo Tainted Blood, hemofílico y él mismo contaminado por VIH y la hepatitis C cuando tenía cinco años. “A veces hemos sentido como si estuviéramos gritando al vacío durante los últimos cuarenta años. Lo que está sucediendo hoy nos muestra que esto puede suceder en el Reino Unido ”, añadió.