Protestas en Israel: Manifestantes atacaron al ultraortodoxo Ben-Gvir

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El primer ministro, Benjamín Netanyahu, y el ministro de seguridad, Itamar Ben-Gvir, siguen creyendo que la campaña militar en Gaza es la mejor palanca de presión para asegurar un acuerdo para los cautivos restantes. Es otro intento de justificar la interminable ofensiva de Israel. Lo que no quieren aceptar es que la prolongación de la guerra sumerge a los rehenes en el máximo peligro y el horror terrorista.

Muchos han muerto por bombardeos israelíes y otros por fuego amigo de las FDI. Se presume que más de 30 de los 136 rehenes restantes ya no están vivos.

De hecho, en varias oportunidades, el gobierno sugirió que su máxima prioridad no son los rehenes en manos de Hamas sino la erradicación del grupo terrorista y por consiguiente, la destrucción de Gaza.

Los familiares de los rehenes solo piden un alto el fuego que incluya principalmente la liberación de los cautivos. Hamas ya aclaró muchas veces que no liberará a ninguno hasta que se incluya la tregua permanente en un acuerdo.

Fuerte imagen de una bandera de Israel intervenida por un cara ensangrentada de Benjamín Netanyahu.

Fuerte imagen de una bandera de Israel intervenida por un cara ensangrentada de Benjamín Netanyahu.

Las familias de los rehenes, cansados de la peligrosa política ultraortodoxa y populista, y tras la difusión vídeo del ciudadano israelí-estadounidense Hersh Goldberg-Polin, renovaron sus protestas contra el gobierno de Israel que semana tras semana se tornan más violentas.

Goldberg-Polin en el video acusó al gobierno de Israel de abandonar a las personas que Hamas mantiene como rehenes y afirmó que 70 cautivos habían muerto en la campaña de bombardeos de Israel, según The Times OF Israel.

Desde el funesto 7/10, las interminables protestas de las familias de los rehenes israelíes han ejercido presión sobre Benjamín Netanyahu para que reinicie las negociaciones para un alto el fuego temporal a cambio de la liberación de sus seres queridos, mientras las autoridades israelíes insisten con sus preparativos para un asalto terrestre a Rafah.

Itamar Ben-Gvir en la mira el pueblo de Israel

El miércoles (25/4) frente a la casa del primer ministro israelí en Jerusalén, los manifestantes encendieron hogueras, lanzaron fuegos artificiales, volcaron contenedores de basura y bloquearon el tránsito.

Incluso asaltaron el coche del servicio de seguridad de extrema derecha, Itamar Ben-Gvir.

Itamar Ben-Gvir es la cara del fundamentalismo religioso judío que no hizo más que arruinar Israel. Es un provocador permanente y promotor del ‘discurso de odio’.

Una avalancha de personas que proferían cánticos en su contra nada amistosos, se abalanzó sobre él. La rápida intervención y custodia de los agentes de seguridad impidieron que el incidente pasara a mayores.

Las protestas terminaron con 4 detenidos, entre ellos, un amigo cercano de Goldberg-Polin, según Canal 12. Al resto de los manifestantes se los dispersó con camiones hidrantes y gas maloliente.

Los ultraortodoxos judíos y populistas, representados por el fundamentalista Itamar Ben-Gvir, quieren repoblar la devastada franja con asentamientos israelíes de los colonos (considerados ilegales por la comunidad internacional) y echar a los 2,4 millones de palestinos mediante incentivos financieros. El problema es que mete en la misma bolsa a los civiles palestinos y a los terroristas de Hamas. Deliran, pretende anular una cultura.

Israel resentida y aún traumatizada por la masacre del 7 de octubre se niega a creer que solución de los “dos estados” es lo único que garantizaría la convivencia pacífica entre un futuro estado palestino y el estado de Israel.

Para el gobierno actual, Israel tendría que mantener una fuerza de seguridad inicial y luego facilitar una gobernanza palestina. Obviamente, Hamas, Medio Oriente y el mundo enero se oponen a esas delirantes condiciones y proyectos del extremismo judío.

El politólogo israelí Yagil Levy considera que una parte radicalizada de la opinión pública, una derecha representada por miembros del gobierno y partido ultra ortodoxo con influencia como Sionismo Religioso y Otzma Yehudit considera a secuestrados como gente de izquierda, los del kibutz, que no son lugares donde habitan gente ultrarreligiosa. “Este no es el electorado del Likud [el partido de derecha del primer ministro Benjamín Netanyahu] ni de la extrema derecha». Incluso hay algunos que profieren expresiones de odio, a veces, hacia estos rehenes y familiares; los ven como un estorbo que impide al ejército dedicarse a su tarea, que es aniquilar a Hamás.