La pobreza en Argentina mostró un nuevo aumento, llegando al 41,7% de la población en el segundo semestre del año 2023, lo que equivale a aproximadamente 19,4 millones de personas que no lograron cubrir los gastos de la canasta básica, según informó el INDEC. Una foto vieja si tenemos en cuenta todas las medidas recesivas que vinieron después.
Este deterioro en los indicadores sociales se produjo en un contexto de aumento de la inflación, que erosionó el poder de compra de los salarios a lo largo del año pasado.
Recordemos que, en enero, tuvimos un IPC del 20,6%:
A su vez:
A pesar de datos favorables en los porcentajes de desempleo, el fenómeno de la pobreza se explicó principalmente por la caída del poder adquisitivo de los salarios y las jubilaciones. En detalle, en los 31 conglomerados urbanos medidos, aproximadamente 12,3 millones de personas vivían en condiciones de pobreza y 3,5 millones en situación de indigencia.
Indigencia
La tasa de indigencia creció más rápidamente que la de pobreza, lo que se atribuye a las «brechas» entre los ingresos de los hogares y el umbral de la pobreza. En promedio, en el segundo semestre del año pasado, las familias pobres tuvieron ingresos un 32,8% más bajos de lo necesario para superar la pobreza, mientras que los hogares indigentes tuvieron ingresos un 39,2% inferiores al umbral de indigencia.
El impacto de las medidas iniciales del gobierno de Javier Milei, que incluyeron una devaluación del tipo de cambio y la liberación de precios reprimidos, también afectó la situación económica, provocando una inflación del 25,5% en diciembre y una caída real del salario de hasta el 16%.
Estas condiciones llevaron a estimaciones de que la pobreza e indigencia podrían seguir aumentando en 2024. Según proyecciones, la tasa de pobreza podría llegar al 46,3% en el semestre septiembre-febrero. La Universidad Católica Argentina estimó que en enero la pobreza llegó al 57,4%, lo que equivale a unas 27 millones de personas pobres y 7 millones en situación de indigencia.
La recesión
La llegada de Milei y el conjunto de medidas (popularmente denominada motosierra -ajuste sector público- y licuadora -ajuste del sector privado-) derivó en un período recesivo que genera que los recientes datos difundidos por el INdEC queden, prácticamente, obsoletos.
FMI
El Fondo Monetario Internacional ha expresado preocupación por el impacto de estas medidas en la población más vulnerable, y ha instado a un ajuste fiscal que no recaiga desproporcionadamente en el gasto social.
El enviado del Fondo Monetario Internacional (FMI), el chileno Rodrigo Valdés, elogió los avances económicos alcanzados por el gobierno de Javier Milei, aunque recomendó mejorar la calidad del ajuste sin aumentar su intensidad.
Valdés expresó estas ideas durante su participación en el foro «La cooperación para un mundo sostenible», organizado por la International Economic Forum of the Americas (IEFA), donde también adelantó el respaldo del FMI al programa económico argentino.
«La administración de Milei está logrando progresos impresionantes en materia económica», afirmó Valdés, quien en el pasado había sido considerado crítico hacia Argentina. Destacó especialmente el «plan de estabilización» implementado para «restaurar las variables económicas».
«Argentina está realizando progresos impresionantes en la recomposición de todas sus variables económicas, con superávit fiscal y financiero en los meses de enero y febrero, algo que no ocurría desde hace más de diez años», resaltó Valdés, destacando que el proceso está siendo más rápido de lo esperado por el FMI.
Valdés aseguró que el plan de Milei «se apoya con fuerza en un ancla fiscal estricta que permite lograr superávit fiscal sin necesidad de financiación del Banco Central», lo que está contribuyendo a aumentar las reservas y reducir la inflación.
Además, el funcionario del FMI celebró la «mejora en la brecha cambiaria» y subrayó la importancia de «calibrar adecuadamente los controles cambiarios» para eliminar el cepo.