Victoria Villarruel recibió a María Eugenia Vidal en medio de las especulaciones sobre el desembarco de dirigentes del PRO en el gobierno de Javier Milei sin el aval de Mauricio Macri.
Aunque tanto en el entorno de la compañera de fórmula del Presidente como de la ex gobernadora no confirmaron el encuentro, en el Senado confirmaron que la ex gobernadora esperó 20 minutos a que la vicepresidenta le abriera la puerta de su despacho.
La exgobernadora bonaerense es una de las dirigentes que Macri imaginó que podía sumar al gabinete cuando apostó al take over. Pero Milei sigue resistiendo la toma de su gobierno y apura la seducción de dirigentes del PRO mano a mano.
El encuentro se dio un día después que el primer mandatario almorzara con el jefe del bloque PRO en la Cámara Baja, Cristian Ritondo. Si bien no se habló de fusión, alianza o cargos en el corto plazo según dirigentes al tanto de la conversación, que Milei le dijo a Ritondo que la economía crecerá a fin de año, levantará el cepo cambiario en octubre y armará una alianza electoral con el PRO en 2025 para terminar con el kirchnerismo.
Tanto el diálogo de Milei con Ritondo como el de Villarruel con Vidal ocurrió sin que Macri intermediara, si bien estaba el jefe de bloque del PRO le avisó antes de ir a la Rosada. Por eso cobra vigor el operativo de cooptación que el líder libertario despliega para sumar de a uno a los dirigentes del macrismo, convirtiéndose en el único jefe de la derecha argentina.
Villarruel, en tanto, tendió sus propios puentes con Macri desde que su fórmula entró al ballotage y mantuvo encuentros secretos en Cumelén durante el verano. Por eso su reunión con Vidal es de doble filo.
Una senadora del PRO contó que, en la última reunión del ex Presidente con dirigentes de su partido, una de las reflexiones compartidas fue que si a Milei le va bien, el PRO queda incorporado y subordinado a La Libertad Avanza. Pero si al gobierno le va mal, reflexionaron, el partido fundado en 2002 por Macri será arrastrado al fracaso libertario.
En ese contexto, los macristas empiezan a calcular que se adaptan y se suman o defienden su identidad partidaria y se diluyen. Por eso Macri va por la presidencia de PRO en defensa propia.