La designación de Sonia Cavallo Runde en la Organización de Estados Americanos (OEA) sigue empantanada. LPO reveló en exclusivo su nombramiento en la OEA que estaba en el listado que tiene que pasar por el Senado había tenido un giro que complicada su llegada al puesto.
En ese momento, fuentes de Cancillería argumentaron que había pedido 6 meses «por temas personales». Ante esto, el gobierno decidió nombrar por un período corto de tiempo hasta que Cavallo asuma pero eso implica un costo adicional de 100.000 dólares en el Estado en un contexto de crisis económica.
Ahora, fuentes cercanas a la situación afirman que el problema es otro y está relacionado que Cavallo es ciudadana estadounidense y eso le impide representar a la Argentina en el país del cual es ciudadana.
Ante eso, en Cancillería intentaron una diagonal finita con la OEA que en efecto no es una embajada sino una representación en un organismo regional. Por ahora, esa táctica no pudo avanzar.
El «interino» Raimondi había sido nombrado como embajador en la OEA poco tiempo antes del cambio de gobierno pero Felipe Solá le ordenó la vuelta a la Argentina y estuvo cuatro años cumpliendo tareas en Buenos Aires.
Ya instalado en Washington, el representante en el organismo está en el ojo de la tormenta porque no pudo frenar un durísimo comunicado de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión contra la política de seguridad de Patricia Bullrich y las críticas a la represión contra periodistas y organizaciones sociales.
«Es un misil a Patricia y Raimondi no fue capaz de pararlo. Está pintado», comentó un diplomático enojado con la interna.