Guillermo Ferraro sigue atornillado al cargo de ministro de Infraestructura mas de dos semanas despues que Javier Milei lo censanteó públicamente.
El ministro cayo por una pelea de poder con el jefe de Gabinete, Nicolas Posse, y no por la pavada de las filtraciones a la prensa, como filtro el propio gobierno a la prensa.
Pero en una desautorización feroz a Milei y Posse, dos semanas después Ferraro sigue en su puesto. Fuentes al tanto de la situación revelaron a LPO que el todavía ministro de Infraestructura no quiere firmar la renuncia hasta que no le den la embajada argentina en Chile, que al parecer le habían prometido para que su salida sea en silencio y sin escándalo.
Esta posibilidad se topa con un problema bastante contundente: el puesto está cubierto por Jorge Faurie, que asumió hace una semana y a quien el gobierno de Chile ya la aceptó las credenciales. El ex canciller de Mauricio Macri fue determinante en el armado del equipo de Diana Mondino.
Faurie también ubicó diplomáticos en embajadas claves y ante la imposibilidad de quedarse con el puesto de canciller optó por rodearle la manzana a la Canciller y pedir un destino amigable pero importante como Chile.
Fuentes diplomáticas consultadas por LPO que la designación de Ferraro como embajador no es posible porque el proceso de designación esta culminado y sería «una enorme desprolijidad» para con el gobierno chileno.
Lo que si deslizan las fuentes es que cabe la posibilidad que Ferraro pueda ser enviado al consulado chileno. Para eso, solo alcanza con una resolución de Cancillería. «No hace falta decreto ni pedir acuerdo», explican.
Por estas horas, en Infraestructura dicen que Ferraro está atrincherado y su demora para presentar la renuncia complica el día a día del área que quedó desguazada entre la Jefatura de Gabinete de Posse y el Ministerio de Economa de Luis Caputo.