Durán Barba: «Milei puede no terminar bien si no tiene la capacidad de parar un rato el carro»

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Desde Ecuador, Durán Barba, el hombre que llevó a Mauricio Macri a la Presidencia en el 2015, sigue con atención la región. En particular, México, Argentina y Estados Unidos. El fenómeno Donald Trump lo desvela: “Es el único presidente que intentó romper la democracia americana en dos siglos de historia, y avanza como loco”, subraya. En ese contexto, agrega, sobresale Javier Milei.

“Es parte de un fenómeno que se da en todos lados, que es una crisis brutal de la democracia. Está muy agudizado en América Latina, pero lo experimentamos también en Estados Unidos. Y para sorpresa de quienes analizamos la política norteamericana está avanzando como una topadora”, abunda el analista.

¿Y cuál es la explicación?

-La explicación de fondo está en internet. Yo creo que los políticos, y en general los dirigentes de más de 50 años, no se dan cuenta de que estamos viviendo la revolución más descomunal de la historia de la humanidad en estos 10 años. El impacto de la robótica y la inteligencia artificial, y ahora que ya se está empezando a usar la computación cuántica, va a significar el nacimiento de una nueva especie en 4 años. El mercado laboral se va a ir al diablo todo. Está claramente estudiado que al menos el 60% de las actuales ocupaciones van a desaparecer. 60%. Eso también va a pasar en Argentina. Y eso la gente lo siente, porque la revolución tecnológica la siente más un joven argentino de 20 años que está con su Ipad viendo cómo se conecta a una red, que un viejo político de 60 años que está dedicado todavía a repartir folletos.

En el momento en que Milei dice que (Gustavo) Petro es comunista, está hablando de la década del 60, es lo que a mí me emocionaba cuando tenía 20 años, 15 años. Los antiguos, y no solamente Milei, pero todo este club de ex presidentes que hay de derecha creen que hay que luchar contra el comunismo, y el comunismo como tal acabó en 1990, hace más de 30 años.

El fin de semana en el diario Perfil describiste bien ese fenómeno Milei de las redes, ¿pero cómo conjuga eso con la gestión, a la hora de gobernar?

-Este es un fenómeno tan nuevo que no se entiende bien qué hacer. El tema central que está armando lio en todo el mundo es que la gente común ya no es obediente. Antes, cuando yo era estudiante de la universidad de cuyo en Mendoza, estaba en la Juventud Peronista, el general Perón decía “es verde” y todo el mundo decía “es verdad”, y perfecto, y a nadie se le ocurría mandarle una carta diciéndole “oye Juan estás equivocado”, porque no se lo llamaba “Juan”, era “El General”. Ahora al presidente se le dice cualquier cosa, y un pibe que tiene acceso a enorme información manda una nota. Cuando yo colaboraba con Mauricio Macri recibíamos electrónicas unas dos mil notas por semana, y unas 200 físicas. “Oye Mauricio, me parece muy bien lo que haces hecho…”. Me acuerdo una nota de una señora de Formosa: “Te escribo porque ha crecido un árbol delante de mi casa, y me quitó la vista de la ventana y quiero ver si lo podes arreglar”. Porque le parece que sí, antes era una ciudadana común y ahora le puede pedir al presidente de la República que vaya a un lugar. Es la cultura de internet. Así se hizo la sociedad, que es una sociedad básicamente horizontal, que las relaciones de poder entre padres e hijos, maestros y estudiantes, curas y feligreses, políticos y ciudadanos, se volvió horizontal. Ahora todo el mundo habla de lo que quiere, cuestiona lo que quiere. No estoy criticando, no me parece mal tampoco. Pero es un fenómeno que antes no había.

¿Y esa sociedad densa es la que en definitiva puede ponerle un límite a este estilo de gobierno de Milei?

-Lo está poniendo, y es inevitable, porque ahí hay un elemento más cultural: los argentinos son más italianos que hispanos. Es una cultura “tana”. Y por eso son mucho más rebeldes. Yo vivo mucho también en México, e incluso en los modos de hablar, te dicen “mande usted”. En Argentina nadie te dice “mande usted”. En México todas las formas idiomáticas son esas.

¿Y cuándo ves lo que pasa con Borich, lo que pasó con Castillo, con Noboa, el gobierno de Petro, y lo transpolas a Argentina, cómo ves el proceso de Milei?

-Con mucha inquietud, porque yo creo que a Milei le pasó igualito a Castillo, no tiene una experiencia política. Castillo hizo algo semejante a lo del DNU de Milei: un día resolvió que había que cambiar Perú, hizo una rueda de prensa, disolvió el Congreso, disolvió la Corte de Justicia, derogó la Constitución y proclamó que venía un nuevo Estado como a él le parecía. Salió de la rueda de prensa, la policía lo agarró preso y todavía está preso en una comisaría.

-O sea que la experiencia Milei no termina bien…

-Puede no terminar bien si es que no tiene él la capacidad de parar un rato el carro y pensar las cosas. La sociedad de la internet no piensa, no lee. Y también es necesario pensar, y también es necesario leer. Si Milei para un rato el carro, y tiene él algunas ventajas, es una persona preparada, que no lo era Castillo, no era preparado. Milei lo es, es un tipo inteligente. Expresa o expresó hasta las elecciones las pulsiones de la juventud, o la juventud se identificó con él. Tiene ventajas. Lo que no puede es creer que con su sola voluntad la gente va a obedecer. O los gobernadores votan por la ley o no les mando un peso. Y conociendo a muchos gobernadores en Argentina, no te olvides que yo viví la década del ‘70, y los últimos 20 años en Argentina, y los gobernadores normalmente no creen que son empleados del Ejecutivo. Yo me imagino la cara de (Alfredo) Cornejo en el momento en que le ordena el presidente cerrar.

 

FUENTE: Infobae