Mejor plantarse ante el mundo cannábico y no llegar tarde

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Brenda Maier es coordinadora del Observatorio de Cannabis UNPAZ, trabajadora social de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y Magíster en política de salud en la universidad de Lanús(UNLa) “Lo que buscamos es difundir estos temas con el estudiantado. ¿Qué queremos que se ponga en discusión? Bueno, la cadena de valores del cannabis en un contexto de legalización”, explica.

En línea con las definiciones sobre la vuelta a una nueva forma de entender la medicina y la alimentación con productos más naturales, la docente agrega: “El consumo del cannabis en el mundo es algo que se empieza a aceptar y se empieza a mirar desde otro lugar. Hay como un retorno de plantas medicinales más ancestrales. Así como hay una vuelta a lo orgánico, a cambiar las galletitas ultra procesadas por nueces, al parto respetado, etc. Hay un retorno a los orígenes de la medicina. Esto no es negar el monstruo de las farmacéuticas y las medicinas de laboratorio que es imparable, pero ellos mismos vieron que esto podía funcionar. Vos pensá que hoy hay habilitados 6 o 7 productos en farmacias a base de CBD, esto ya está pasando y no hay forma de que se vuelva atrás”.

Maier entiende al observatorio como “un espacio conformado por un equipo interdisciplinario de docentes e investigadores de la UNPAZ dedicados a promover, difundir y producir conocimiento sobre las políticas que regulan el uso del cannabis para fines medicinales e industriales”.

Lo piensa como una usina de ideas e investigación que se centra en lo que hoy es una política pública y en su “trabajo para pensarlo como una cadena de valores con diferentes actores a analizar”.

La madre de todas las disputas

“En Argentina tenemos una gran tradición en materia industrial y agropecuaria pero algo que nos sucede es que mandamos la vaca de pie y compramos una cartera, entonces la idea es ver cómo en vez de mandar materia vegetal, como hace Uruguay, podemos trabajar en impulsar el proceso de cultivo e industrialización y que lo que exportemos sea un producto terminado”. Para Maier este es un punto nodal, para aproximarse desde el Observatorio y por supuesto desde el mundo universitario: qué tipo de exportador queremos ser en el mundo.

“La idea es poder instalar un poco el tema y que los pibes encuentren ahí un nicho de conocimiento y de estudio. Hay mucho avance en lo académico en lo que son las ciencias naturales, desde las ciencias médicas, en entender cambios desde la biología y genética”, cuenta.

Y aclara: “Entonces, tengamos gente que se empiece a capacitar y a estudiar qué es lo que demanda el mundo, y desde ahí podemos reunir a personas desde diferentes miradas para encausar en un avance en el conocimiento que es un poco lo que hacemos las universidades nacionales”

La investigadora le da importancia de lo que define como “el mundo cannábico”, aquellos pequeños productores y consumidores que desde hace mucho pelean por la legalización y la divulgación de la cultura cannábica y que tienen mucho que aportar.

“El mundo cannábico tuvo y tiene un gran rol. Se ha presentado como el gran demandante ante el Estado para solicitar la legalización. Su acción desde agrupaciones, cooperativas o militancia siempre fue fundamental, es por eso que nos preguntamos siempre ¿qué rol van a tener? Además los pibes y pibas tienen un montón de conocimiento que los científicos muchas veces no tienen. Es un bagaje de conocimiento muy grande que necesariamente tiene que ser parte de esta cadena de valor, no solamente cultivando sino asesorando y ayudando a tomar decisiones. No puede ser solamente la multinacional la protagonista, la que viene a comprar media pampa, planta, junta la materia vegetal y se la lleva”.

Planteos como el de Maier se escucharon en una actividad convocada por la Universidad Nacional de José C. Paz (UNPaz) en el marco del primer aniversario de la Ley 27.669 que aprueba el marco regulatorio de la producción de cannabis medicinal y del cáñamo industrial. La UNPaz realizó un conversatorio para toda la comunidad, llevado adelante por su observatorio de cannabis (puesto en marcha hace dos años), para pensar al cannabis desde una mirada económica y social.

En paralelo a esa actividad, Buenos Aires/12 quiso plantear las diferentes aristas del tema a investigadoras e investigadores. ¿Cuál es la perspectiva de la economía del cannabis? ¿Qué hay en torno a esto y cual es este mercado que está por salir? ¿De qué hablamos cuando hablamos de cannabis medicinal? ¿Cómo lo resolvieron otros países y legislaciones? ¿Quiénes están del otro lado tratando de comprar o vender? ¿Qué demanda el mundo? Y por supuesto, la madre de todas las discusiones que tenemos como país hace 200 años: ¿Vamos a ser exportadores de materias primas o de manufacturas?

¿Qué pasa en el mundo?

“La salud siempre termina siendo el último bastión donde empieza cierta racionalidad, en un mundo que casi nunca la tiene. Podríamos habernos alimentado toda la vida con productos ultraprocesados, llenos de azúcar y grasas pero ahora hay conciencia de que eso trae un montón de problemas de salud y de calidad de vida, entonces hay una superación de esa etapa. Podríamos haber seguido fumando cigarrillos en aviones pero hoy casi no se puede hacer en ningún lado, y está muy bien Y así pasa con el cannabis; la agenda médica es la punta de lanza a través del cual se comienzan a discutir otro tipo de consumo. ” El dueño de esta definiciónes Rolando García Bernado, coordinador del equipo de Economía del Cannabis.

Y agrega: “Si ves cómo es la modalidad de la legalización mayoritaria, siempre los países inician legalizando el cannabis para fines medicinales y con posterioridad suelen hacerlo con otros usos sociales”.

García Bernado es además docente de Filosofía de la Ciencia de la UBA y de Economía en UNPAZ y su mirada e investigación sobre este tema se orientan a analizar las diferentes legislaciones de otros países “La idea es estudiar otras experiencias, para aprender de ellas y pensar en la mirada más ventajosa para Argentina”, explica. El profesor se para desde el recuerdo de un hecho rupturista que ocurrió en el mundo en 2018: Elon Musk, uno de los hombres más ricos del mundo, fumando marihuana en uno de los programas más importantes de Estados Unidos.

“Fue algo disruptivo-explica- y una forma en la que el mercado le diera el ok. La marihuana empezó a ser un tema mainstream, o sea ubicado en el centro de la corriente, para el empresariado, y entre 2019 y el 2021 Estados Unidos se transformó en el mayor mercado de cannabis del mundo. Una ley absolutamente pro-mercado empezó a darle la bienvenida a grandes empresas que se empezaron a interesar por el producto”.

Esa experiencia de legalización, respaldada nada más y nada menos que por Musk, hoy (solo pocos años después de su apogeo), según explica el investigador “está en una profunda crisis, sobre todo en su valor financiero y de mercado” Y expande: “La idea de estas investigaciones es también saber qué pasó y sacar conclusiones”.

En el análisis también entra el caso Canadá que según reconoce “cuenta con una participación mayor del Estado, pero que entra en la misma definición de qué pasó con esa industria en tan poco tiempo”.

Pensando en el ejemplo norteamericano (uniendo Estados Unidos y Canadá) el investigador habla de “los problemas creados por las legislaciones internacionales que son muy complejas” lo que “no permite un mercado mundial”.

Para finalizar los ejemplos recuerda al pionero vecino oriental. “Uruguay fue el país más vanguardista en la legislación del cannabis. Lo hizo antes que todos, en contra de las convenciones internacionales y con un sistema guiado por el Estado, pero también tuvo problemas para encontrar dónde ubicar la planta. Se paró desde un lado más de vendedor de materias primas”

Otros ejemplos: “Hay países en los que está totalmente prohibido (de hecho y paradójicamente para la mirada que tenemos en Argentina, Jamaica hasta hace pocos años era uno de ellos). Todavía hay muchos Estados anti THC y eso perjudica mucho la comercialización”

 

¿Qué es el «uso medicinal”?

El 29 de marzo de 2017 se aprobaba la ley de cannabis medicinal, “la 27 .350”. Que fue la primera legalización al respecto, pero era extremadamente estrecha en su uso. “Solo se pensaba en casos como el de epilepsia refractaria”, cuentan tanto Marie como García. Había sido un primer paso, necesario en años donde no abundaban la ampliación de derechos (más bien todo lo contrario), pero insuficiente.

Con la creación del REPROCANN (Registro de Programa de Cannabis, creado por el decreto 883/20) se empieza a pensar en una ampliación sobre lo que se entendía como «uso medicinal».

Por la Ley 27.669, se crea el ARICCAME, que es la agencia reguladora que tiene por finalidad resolver la cuestión de las licencias y regulaciones en todo el sector.

Pero volviendo al aspecto medicinal, estas nuevas normativas aportan otra mirada superadora en ese sentido. “Se basan en una concepción de la medicina más amplia, pensando en el uso del cannabis para afrontar otras dolencias, como una forma directa de mejorar la calidad de vida de las personas”, explica García.

“Entonces-ejemplifica- se puede usar, mediante una declaración jurada para tratar, estrés, insomnio, dolores crónicos. Y aspectos de patologías que no están tabuladas previamente, por lo cual hay un acceso con una amplitud mucho mayor de la que se tenía restringida para uso de medicamentos de laboratorios”

Y asevera: “Es una concepción de lo medicinal superadora. Si llamo consumo lo que se entiende vulgarmente como fumar un porro a la noche porque tengo una vida muy estresante y necesito desconectar, eso es un uso medicinal también”.

En ese sentido Maier comenta que la nueva ley sirvió para dar la discusión “sobre la cadena de valores y cuál es la perspectiva de la economía del Cannabis”

Para ella las leyes lo que lograron es “legitimar un tema en el que no hay vuelta atrás. Ya no depende de un cambio de gobierno, porque en realidad cuando uno tiene una afección de salud y encuentra algo que alivia, ya no importa nada más”

“Con la llegada de Alberto Fernández y Ginés González García en el Ministerio de Salud se modificó una reglamentación que posibilitó el REPROCAMM que hoy tiene 200 mil personas inscriptas que autocultivan solidariamente, porque la gente ya realizó un camino de profundización, de conocimiento y de uso de la planta con fines terapéuticos que, por más que esté prohibida a la gente no le interesa”, rememora.

La UNPaz se planta

Darío Kusinsky es el rector de la UNPAZ, que le viene dando importancia al tema. El último 15 de junio, en un seminario, además de los especialistas se acercaron a la universidad Benjamín Enrici (presidente de Agro Genética Riojana) y Gabriel Giménez (Director nacional de Articulación federal de Inace y director de ARICAME).

Kusinsky asegura a este diario: “Nos interesa como universidad acompañar desde el conocimiento a las políticas públicas emergentes y desarrollar información que aporte para la construcción de la misma tanto por los aspectos beneficios que esta planta puede tener para cuestiones de salud como también por el potencial económico que representa”

Para el rector es un hecho “para celebrar” que “la Universidad desarrolle actividades como “Economía del Cannabis” Y profundiza: “Además de presentar lo que se realiza en nuestra casa de estudios este tipo de actividades promueven el diálogo con los expertos en la temática, con la comunidad académica y la comunidad en general”.

Para García este tipo de actividades se enmarcan en la sociedad que “ya no puede volver al prohibicionismo”. “Puede todavía parecer contracultural porque hay una parte de la sociedad que es profundamente anti cantábrica, pero está comprobado que siempre estuvo que ver con una mirada política en el plano internacional de perseguir a las minorías con fines autoritarios. Muchas otras sustancias podrían estar prohibidas si fueran por el daño que hacen, como podrían ser el alcohol o el azúcar en exceso, pero estos son cambios que vinieron para quedarse y que se den en una universidad nacional es una muestra de esa novedad.»

 

Maier hace foco en lo que se espera para la actividad y el observatorio, siempre con un perspectiva de futuro: ““Argentina tiene toda la capacidad y toda la posibilidad de convertirse en pionera en torno al tema porque tiene grandes recursos industriales, agropecuarios, científicos, farmacéuticos y una sociedad muy formada en el tema, solo necesitamos aprovechar y encauzar todas estas matrices y agregarle nuevos conocimientos y eso es lo que venimos a plantear».