Antipolítica, hartazgo y la Casta de Javier Milei

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El gran protagonista del año electoral 2023 es, hasta ahora,Javier Milei porque, a propósito o de casualidad, expuso la crisis de representatividad que existe en la sociedad argentina y provoca la crisis de la democracia representativa, explica el politólogo Horacio Poggi en la siguiente columna. A su vez, el techo de crecimiento a Javier Milei se lo autoimpone su falta de un abordaje y una propuesta realista al problema que evidencia la actual democracia. Los adversarios de Milei deberían agradecer este déficit en su propuesta porque es lo que les permite reinstalar lo que será su esperanza de ganarle. Leamos:

Javier Milei en el pogo libertario, un fenómeno 2023.

Javier Milei en el pogo libertario, un fenómeno 2023.

Como liderazgo de ruptura, está obligando a las direcciones partidarias a redefinir la organización electoral y a incorporar en el discurso nuevos conceptos, capaces de interpretar las demandas comunitarias. Sin lugar a dudas, la representación popular ha quedado averiada por una ráfaga de impugnaciones provenientes del dirigente libertario.

A primera vista, el panorama global presenta al hartazgo social en el papel de gran elector. Millones de argentinos han caído en el cansancio contemplativo por el fracaso económico de los dos últimos gobiernos constitucionales. Lejos queda la Argentina de los cacerolazos y las asambleas del “que se vayan todos”. Aunque no faltan quienes avizoren una reacción por fuera de la institucionalidad en la medida que la situación inflacionaria continúe en ascenso…

Echar mano a la política comparada nos ayuda a comprender que, ante cada crisis económica, eclosiona una crisis de representación con su consecuente cambio político:

  • la hiperinflación del ’89 liquidó el Tercer Movimiento Histórico de Raúl Alfonsín,
  • el agotamiento del menemismo -a mediados de los años ’90- provocó la emergencia de la Alianza,
  • el estallido de la convertibilidad en 2001 le devolvió el poder al Partido Justicialista,
  • la calamitosa gestión económica de Mauricio Macri en 2019 le sirvió en bandeja el retorno triunfante a Cristina Fernández de Kirchner.

Estas muestras concretas dan lugar a interpretaciones análogas en 2023, mientras calientan motores las principales fuerzas democráticas para competir en las PASO de agosto y en las elecciones generales de octubre.

De 3/3 a 4/4

Pero asistimos a un hecho inédito. En las anteriores crisis económicas hubo institucionalidad de reemplazo con elementos tradicionales del PJ (1989, 2001, 2019) o de la Unión Cívica Radical (1999, 2015). La opción 2023 es discutida por la oferta de la antipolítica, corporizada en un liderazgo de ruptura. Por tanto, cruje el sistema de partidos que le da sustentabilidad a la democracia argentina.

La posibilidad de que las elecciones se diriman en tercios -o cuartos, en caso de dividirse Juntos por el Cambio- le da al oficialismo una inmejorable oportunidad de permanecer en la Casa Rosada. Dependerá de la selección de candidatos y de que el proceso no resulte traumático, patentizando que la política podría torcerle la muñeca a la economía en una pulseada imprevista y deseada. ¿Por qué deseada? Porque en democracia la política debe predominar por sobre las corporaciones de cualquier tipo que obstaculizan el bien común.

Con este panorama, una elección fragmentada es la madre de todos los desafíos para las direcciones partidarias. Una vez más, asistiremos a una batalla de estrategias con preeminencia de quienes saben cultivar el acuerdo para ganar en las urnas.

  • De un lado, CFK, los gobernadores justicialistas, Wado De Pedro, Sergio Massa, la CGT.
  • Del otro, Gerardo Morales, Horacio Rodríguez Larreta, Miguel Pichetto, Juan Schiaretti.

El resto es paisaje (perdón, Oberdán Rocamora. ¿O Jorge Asís?).

La Casta

Sin embargo, conviene detenernos en la selección de candidatos legislativos a nivel municipal. El federalismo nace en los municipios y la representación popular en estos estamentos es fundamental que se respete para vigorizar el sistema democrático general. La Constitución Nacional es clara. El artículo 16 establece que todos los argentinos somos “iguales ante la ley, y admisibles en los empleos públicos sin otra condición que la idoneidad”.

  • ¿Se cumple el requisito de idoneidad técnica y moral en la selección de los ediles?
  • ¿O se imponen otros criterios que desnaturalizan la integración de los cuerpos legislativos locales?

El Estado de Derecho exige –además de presupuestos racionales- que las necesidades de la sociedad tengan una polea de transmisión hacia los diferentes sectores municipales para recibir -y luego resolver- las demandas comunitarias. He ahí la cuna del déficit representativo.

Cuando Milei arremete contra “la casta” se limita a un aspecto difuso de la crisis de representación, sin ofrecer ninguna salida realista a la cuestión local que es la de fondo por la estructuración del federalismo. Concejos Deliberantes con ediles idóneos son la alternativa federal por antonomasia que, junto con la autonomía municipal, ayudan a superar las agresiones libertarias a la única herramienta de transformación pacífica que existe en democracia: la Política.

El electorado de memoria completa recordará que las crisis económicas se resolvieron a través de mecanismos constitucionales y liderazgos políticos legitimados en elecciones libres. De este modo, la representación popular fue -y sigue siendo- la solución y no el problema. Pero la actual coyuntura indica que es la tarea democrática a cumplir por las direcciones partidarias en los comicios del corriente año, “de abajo hacia arriba y de la periferia al centro”.