En las últimas semanas Arabia Saudita parecía haber mostrado señales de abrirse al mundo. El domingo 21 de mayo se lanzó la primera nave hacia la Estación Espacial Internacional (EEI) con una astronauta de saudí a bordo. Rayyanah Barnawi junto con Ali Al-Qarni, piloto de combate, viajaron en un cohete SpaceX Falcon.
También dejó trascender su apuesta a la estabilidad y la seguridad en la región. Bajo el auspicio de China, los saudíes se comprometieron con Irán, su gran rival en el Islam y dentro de la OPEP, a pacificar Medio Oriente mediante la reanudación de sus relaciones diplomáticas.
No obstante, la detención de Ilaria De Rosa, azafata italiana de 23 años de la aerolínea lituana Avion Express, en una prisión a 45 kilómetros de Yeda, por tenencia de marihuana en su sostén, daña los esfuerzos saudíes de abrirse al mundo y recibir turistas, y contradice sus avances en las otras políticas arriba mencionadas.
De esta forma presenta una confusa postura sobre su disposición a lograr la paz y abandonar sus políticas inflexibles.
¿Qué pasó?
Según las reconstrucciones de los diarios italianos, De Rosa se encontraba hace poco menos de tres semanas de fiesta con unas amigas en la playa de Jeddah, cuando un control policial local, al registrarla le encontró marihuana en su sostén en su habitual rodeo al final de las fiestas por el Ramadán y decidió arrestarla.
En esa misma época religiosa, 5.000 habrían sido arrestados durante las celebraciones del Ramadán por supuestas violaciones de las leyes del país saudí que defiende la “tolerancia cero” de drogas y alcohol.
De acuerdo a Corriere della Sera, la anfitriona de veinte años se declaró de inmediato totalmente inocente alegando que no comprendía los motivos de su detención. Además ella advirtió su retención sólo cuando la llevaron a una comisaría porque el cateo en aquella casa lo hicieron «decenas de personas vestidas de civil pero armadas, que presuntamente registraron y luego detuvieron a los presentes».
Cualquier turista se hubiera asustado por la presentación extraña y repentina de aquellos agentes sin uniforme en medio de una fiesta, sabiendo las duras políticas en aquel país. En Arabia Saudita en los casos de posesión y tráficos de drogas, las penas son muy estrictas y en ambos pueden llegar hasta la pena de muerte.
A fines del año pasado la ONU alertó que Arabia Saudí había ejecutado a 17 hombres delitos de drogas y contrabando. «La reanudación de las ejecuciones por delitos relacionados con las drogas en Arabia Saudí es un paso profundamente lamentable», había sostenido el organismo.
De ahí la preocupación de Italia por su ciudadana, que a través del cónsul, Leonardo Maria Costa, la visitó en prisión y dejó trascender una idea de lo conversado.
Corriere della Sera pudo acceder a esa información y parece que la azafata italiana fue interrogada formalmente en inglés después de 5 días de la detención. Durante ese interrogatorio “María cuestionó cualquier cargo relacionado con el consumo o posesión de drogas, negando además el consumo de bebidas alcohólicas”.
Pero el panorama se complica porque: “Finalmente, la joven afirmó haber firmado un documento no especificado en árabe tras el interrogatorio, cuyo contenido desconoce”.
Sin embargo, tras su encuentro, el ministerio del exterior aseguró que «la chica fue encontrada en buenas condiciones físicas y psicológicas « aunque «sacudida”, y se firmó un mandato para que tuviera abogados locales, entre los recomendados por el consulado.
Reconstrucción
Rai News agregó que la azafata estaba desaparecida desde su detención (5 de mayo) y no daba señales de vida. Por lo que su familia, presentó la denuncia a los carabinieri (una especie de gendarmería italiana) de Castelfranco Veneto, en la provincia de Treviso preocupados por su hija.
Supuestamente la última pista de de Rosa había sido concedida por un video que la mostraba subiendo a un automóvil con tres hombres fuera del hotel Spectrum Residence Sultan en Jeddah. A las pocas horas llegó información de la Farnesina que había sido detenida por narcotráfico.
Según la madre de la joven detenida en Yeda, Marisa Bion –que adelantó que emprenderá un viaje hacia Arabia Saudita- “es un error; mi hija nunca ha consumido drogas, seguramente ese porro no era suyo, conoce muy bien las leyes muy estrictas de Arabia Saudita».
Además argumentó que su hija por su trabajo regularmente es sometida a pruebas antidoping, por lo que de ninguna manera podría haber llevado consigo porro.
«Ilaria, como todos los compañeros que trabajan en aviones, es monitoreada por la compañía de vuelo hacen una especie de antidopaje , siempre ha sido regular. Es inteligente, acostumbrada a andar por el mundo y a viajar -dicen- definitivamente hay un error. Estoy segura de que volverá pronto”.