Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (BRICS) ya han dejado en claro la búsqueda del desarrollo de una nueva moneda común entre socios que debilite al dólar y desafíe su hegemonía en el comercio internacional.
“Me pregunto todas las noches: ¿por qué todos los países están obligados a usar el dólar para comerciar? ¿Por qué no podemos usar nuestras propias monedas? ¿Por qué no nos comprometemos a innovar?»
El presidente de Brasil Lula Da Silva dejó ese interrogante en su gira por China en abril para magnificar la relación bilateral con su mayor socio comercial en la que defendió una operación directa entre el real y el yuan.
El papel del BRICS continuará siendo fundamental en la economía mundial. Los expertos y los datos aseguran que contribuye a sostener la cooperación multilateral en el entorno internacional.
Por eso se atrevieron a deslizar la idea de establecer lazos comerciales con el uso del yuan chino o las monedas locales en los acuerdos comerciales y romper con la hegemonía del dólar.
En los últimos meses, con el desembarco de Dilma Rousseff (alida de Lula) como presidenta del Banco para el desarrollo de los BRICS, Brasil adquirió más protagonismo que sostendrá al menos hasta completar el período restante de la presidencia rotativa de Brasil en el organismo hasta 2025.
La iniciativa acaparó la atención de varios países que expresaron sus deseos de unirse a alianza comercial -13 africanos, 5 árabes e Irán- pero es otra problema para el futuro del BRICS que lo abordará en su próxima cumbre el 2 y 3 de junio de 2023 en Ciudad del Cabo, Sudáfrica.
Lo cierto es que ,esa moneda realmente podría desplazar al dólar estadounidense como moneda de reserva de los miembros de los BRICS. A diferencia de los competidores propuestos en el pasado, como un yuan / renminbi digital, esta moneda hipotética en realidad tiene el potencial de usurpar, o al menos sacudir, el lugar del dólar en el trono.
Comercio frustrado
Pero ahora Brasil no solo desafía a Estados Unidos por el plan de desdolarización en el BRICS sino por su creciente exportación de maíz que podría superar a la de USA, lo que la dejaría fuera de los negocios con el principal importador de maíz (China) y le sacaría su liderazgo mundial como indiscutido exportador.
Según proyectó el USDA para la campaña 2022/23, Brasil se constituiría por primera vez como el principal exportador mundial de maíz, superando a Estados Unidos. A nivel global, el consumo superaría levemente la producción, cayendo el nivel de stock final.
Bloomberg informó que el gigante asiático podría cancelar numerosas compras del grano de Estados Unidos, porque el país le conviene comprar a un precio más barato a Brasil y también porque “algunos productores locales de alimento para cerdos reemplazan el maíz con trigo en sus raciones”.
Según organismos y registros internacionales, los suministros desde el país sudamericano salen a unos 30 dólares menos por tonelada, un precio más atractivo para China.
De acuerdo al Departamento de Agricultura de Estados Unidos, en las últimas 3 semanas China canceló la adquisición de 832.000 toneladas tras el anuncio del gobierno de USA por las compras en marzo de casi 4 millones de toneladas por parte de China
“La demanda de maíz es realmente baja”, expresó Wang Xiaoyang, analista senior de Sinolink Futures en Henan, una de las principales provincias productoras de granos. “Los productores de alimentos están usando mucho trigo para reemplazar el maíz a medida que los precios siguen cayendo”.
Es indudable que tras la pandemia y la guerra en Ucrania, la relación comercial entre Estados Unidos y China se encuentra en un momento de alta tensión. El Departamento de Comercio de Estados Unidos advirtió una reducción de las importaciones de productos provenientes de China y un aumento desde la Unión Europea.
Asimismo, los recientes encuentros de Xi Jinping con Emmanuel Macron (Francia) y Úrsula von der Leyen (UE) en China para fortalecer la cooperación económica, fueron otra señal para USA. En ese sentido, los europeos deslizaron su posible despegue la línea hostil planteada por EE.UU, aunque comparten ideología, y centrarse en el consenso y la cooperación económica con China. En 2022, China fue el tercer socio de la Unión en exportaciones de bienes, y el primero en importaciones.