Neurocientífico de 81 años revela cómo ejercita su memoria

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Ejercitar la memoria es cosa de todos los días. Sin embargo, la rutina y los quehaceres pueden hacer que se nos olvide que el cerebro también necesita estar en forma. Esto es esencial, sobre todo tomando en cuenta la incidencia de enfermedades como demencia y Alzheimer. Pero, ¿Cómo ejercitar el cerebro para mejorar la memoria? ¿Qué es bueno para la memoria y cerebro? Un neurocientífico que tiene 81 años ha revelado las claves para mantener una memoria tan ágil como la suya.

Se trata de Richard Restak, neurólogo y profesor de la Escuela de Medicina y Salud del Hospital de la Universidad George Washington, en Estados Unidos, y autor de una veintena de libros sobre la mente.

El experto en cerebro ha hablado con BBC Mundo y ha compartido seis recomendaciones para entrenar la memoria todos los días, de tal manera que se mantenga activa y en forma aún con el paso de los años.

Leer libros de ficción

Leer tiene grandes beneficios para el cerebro, incluyendo una mejor memoria. Pero, ¿Hay unos libros mejores que otros para la memoria? Todo parece indicar que sí. Restak prefiere los libros de ficción ya que requieren un esfuerzo de memoria mayor.

En primer ligar dice que «los libros de no ficción, como el último mío, no demandan mucho en términos de memoria: uno puede leer la tabla de contenidos y centrarse en aquello que a uno le interesa, por ejemplo».

«La ficción, en cambio, es mucho más exigente desde el punto de vista de la memoria, sobre todo si uno está leyendo una novela compleja. Allí, los personajes aparecen y desaparecen. Puedes encontrarte con alguien en el capítulo dos que luego no aparece sino hasta el capítulo diez», agrega.

Convertir las palabras en imágenes

Este es un gran ejercicio mental, pero no todos lo conocen. El neurocientífico dice un ejemplo. Si alguien se apellida Greenstone (que traducido al español sería Piedraverde) procura visualizar en tu cabeza una piedra de color verde intenso, sugiere.

«Si no lo haces, y te quedas solo con las palabras, puede que luego no te acuerdes si es Piedrazul, o Piedranegra, por ejemplo».

Otro truco es crear un mapa mental de lugares que resulten familiares. Así por ejemplo, si el objetivo es acordarse de comprar leche y pan, el experto superpone esas palabras con dos sitios de su mapa para componer imágenes dramáticas, y que pueden resultar difíciles de olvidar.

«Me imagino mi casa volcada de lado, con leche que brota de la chimenea (como si fuera un cartón de leche) y se desparrama por la calle. Y cuando paso por la biblioteca y miro por la ventana, me imagino que los estantes están llenos de rodajas de pan en vez de libros», dice.

Hacer juegos que desafíen la mente

Uno de los juegos preferidos del neurocientífico es el llamado «20 preguntas». Se puede jugar en familia o con amigos.

El juego es sencillo, pero desafiante. Un jugador (o un grupo de jugadores) debe pensar en una persona, una cosa o un lugar, y otro jugador (o grupo de jugadores) debe adivinar de qué se trata haciendo hasta 20 preguntas que solo pueden responderse con un sí o un no.

La dificultad del juego radica en que ambos deben recordar tanto las preguntas como las respuestas para no dar pistas falsas, no repetir preguntas y llegar por eliminación a la respuesta correcta.

Usar la tecnología inteligentemente

Aunque la tecnología parece que domina la vida de muchos, úsela a su favor ¿Cómo? Llevar en el teléfono la lista de productos que quiere comprar en el supermercado es una de las maneras de usar la tecnología de forma inteligente.

Una vez que esté en el supermercado, Restak recomienda tratar de recordar primero lo que vamos a comprar y usar la lista del teléfono después, sólo para evitar que no nos falte algo.

La idea es «no sustituir la memoria por el dispositivo sino usar primero el cerebro, y luego chequear su desempeño».

Dormir la siesta

Hay estudios que sugieren que hacer una siesta corta todos los días ayuda a mejorar la memoria. A Restak le ha funcionado. Dice que ayuda a absorber información, solidificarla y codificar la memoria para luego poder acceder a ella.

«De hecho, cuando tomamos dos grupos de estudiantes y les permitimos a uno de ellos hacer una siesta después de haber aprendido algo, mientras que al otro no, notamos que el que durmió siesta aprendió mucho mejor», indica el experto.

La recomendación es dormir entre 20 y 40 minutos. No más de eso.

Seguir una alimentación saludable

Si bien muchas personas están enfocadas en alimentos que ayuden a mejorar la memoria, el neurocientífico dice que más que alimentos específicos para comer, la clave es evitar ciertos alimentos, como los ultraprocesados, que son ricos en grasas, sales, preservativos, etc.

«Estos alimentos no son buenos para la memoria porque disminuyen a largo plazo la circulación sanguínea en zonas vinculadas a la memoria, provocan hipertensión, diabetes», explica.

Y agrega:

Estas son todas causas que pueden conducir a la demencia.