Desde la UOCRA local destacan la gestión del gobierno para iniciar obra pública, pero remarcan que muchos trabajos se ralentizaron a causa del alza desmedida de los precios, entre otros factores.
La gestión de la obra pública es quizás una de las pocas políticas que se puede destacar de la gestión de Alberto Fernández, castigada duramente por variables como la inflación y la pobreza. Y Tucumán fue una de las mimadas por Nación, gracias a la acción del jefe de Gabinete, Juan Manzur, que impulsó una cantidad de convenios récord entre funcionarios locales y sus pares nacionales.
En 2022, la construcción terminó con números positivos para todo el país, creciendo 3,5% anual en comparación con el 2021 (datos del Indec) y, como ocurrió en el año que le precedió, donde la actividad saltó 30 puntos con respecto al pálido 2020, gran parte de ese avance se debe a la obra pública.
Los casi 12 mil trabajadores en actividad en Tucumán -3 mil más que la era macrista- dan cuenta de que se están realizando obras en diferentes sectores. Obras tales como las nuevas alcaidías, el ingreso a Trancas, un plan de 3600 viviendas, plantas de tratamiento de residuos o como la recién inaugurada estación transformadora de Los Nogales, son ejemplo de ello. “La construcción es una generadora inmediata de puestos de trabajo. Arranca una obra mañana y mañana ya hay trabajando 30 o 40 compañeros. En esto venimos trabajando desde hace 6 años que llegamos al gremio”, sostuvo David Acosta, dirigente local de la UOCRA.
Pero no todo es color de rosas. Algunas variables económicas, por cierto, inestables y negativas, sumergen a la actividad en una gran contradicción entre la expansión de la obra pública, con un lógico crecimiento del empleo, y la suspensión de trabajadores por la ralentización de las tareas, motivada por factores como el alza de los precios en insumos básicos.
“Tenemos que destacar la gestión del gobernador, Osvaldo Jaldo, y el jefe de Gabinete, Juan Manzur, en gestionar obras que llegan a Tucumán, pero no podemos estar ajenos a lo que vivimos en el país. Tenemos situaciones muy buenas para los trabajadores, pero también tenemos casos en los que las empresas están suspendiendo a los compañeros. Tenemos obras en el plano de Educación, por ejemplo, donde ya tenemos casi 60 trabajadores suspendidos”, señaló el secretario general del gremio de la construcción.
En este sentido, señaló que esta realidad no es homogénea. Por ejemplo, en el caso de las obras ferroviarias, Acosta reconoció que “se cumple en tiempo y forma con los salarios y se respeta el Convenio Colectivo, pero en otras áreas no”. “Si tenés un gobierno que te trae obras, que gestiona obras, lo mínimo que tienen que hacer las empresas es cumplir con los trabajadores”, fustigó.
En este sentido, señaló que comenzaron a hacer el relevamiento de distintas obras que están iniciando, como la del Alcaidía de Delfín Gallo. “Son obras que para nosotros son muy importantes, pero estamos pidiendo que haya un poco más de ritmo de obra”, sentenció.
Más allá de las complicaciones que surgen de las dificultades del gobierno de encauzar la inflación -entre otros indicadores-, desde la UOCRA local prefieren lidiar con este momento de la historia, en donde pueden encontrar un posible futuro prometedor, que volver a los años “en donde no se gestionaban obras públicas”, en alusión al periódo 2015-2019.