Este es el tipo sanguíneo que corre más peligro de ACV

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El ACV es una enfermedad que se produce cuando se tapa o rompe una arteria del cerebro y constituye en una de las primeras causas de muerte y discapacidad en Argentina. Ahora, científicos encontraron una relación clave con el tipo sanguíneo de la persona.

«Todavía no sabemos por qué el tipo de sangre conferiría un mayor riesgo, pero probablemente tenga algo que ver con los factores de coagulación de la sangre, como las plaquetas y las células que recubren los vasos sanguíneos, así como con otras proteínas circulantes, todas las cuales juegan un papel en el desarrollo de los coágulos», dijo el autor principal, el neurólogo Steven Kittner, de la Universidad de Maryland, Estados Unidos.

Lo que hicieron los investigadores es recopilar datos de 48 estudios genéticos que incluyeron a aproximadamente 17 mil personas que tuvieron un derrame cerebral y casi 600 mil que no lo habían padecido, todos de entre 18 y 59 años.

Son las personas de los grupos sanguíneos tipo A las que tienen más probabilidades de sufrir un derrame cerebral antes de los 60 años, mostró el estudio.

Un segundo análisis halló que el grupo A tenía un 16% más de probabilidades de sufrir un derrame antes de los 60 años, comparados con el resto.

Si bien los hallazgos del estudio pueden parecer alarmantes, la mayoría de estos eventos ocurren en personas mayores a 65 años. Además, el estudio incluyó solo a residentes de América del Norte, Europa, Japón, Pakistán y Australia, por lo que no es posible generalizar los resultados.

Finalmente, el riesgo mayor para el tipo A se volvió insignificante en mayores de 60 años, lo que sugiere que los ACV que ocurren temprano en la vida pueden tener un mecanismo diferente.

Este trabajo fue publicado en la revista Neurology.

¿Cuáles son los síntomas?

De acuerdo al Ministerio de Salud de la Nación, los síntomas pueden ser sutiles e incluyen:

  • Debilidad o sensación de que se duerme un lado de la cara, un brazo o una pierna, especialmente del mismo costado.
  • Confusión al hablar.
  • Problemas para hablar o entender lo que se le dice.
  • Problemas para caminar.
  • Mareos.
  • Pérdida de equilibrio o falta de coordinación del cuerpo (por ejemplo, querer agarrar algo y no poder).
  • Dolor de cabeza muy fuerte y repentino.
  • Las personas con hipertensión y/o colesterol alto tienen más riesgo.

¿Qué hacer en el momento?

  • Comprobar si la persona tiene dificultades para entender o hablar, hablarle para ver si te entiende y responde a las órdenes.
  • No dejar sola a la persona. Tranquilizarla y mantenerse tranquilo.
  • Llamar a Emergencias o llevarla a una guardia médica si está cerca.
  • Cuanto más rápido reciba asistencia médica, aumentan las probabilidades de que la persona se recupere y/o solo le queden secuelas leves.