Majox: «Trato de que se naturalice el placer femenino»

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«¡¿Vos decís que los tipitos se podrían llegar a reír?!», retruca Majox, y larga la carcajada en un conocido bar de Almagro. «Tengo mis dudas, pero recibí devoluciones de muchos heterocis, a quienes el libro les cuestiona muchos de sus privilegios, y en general fue bien recibido», acepta, finalmente. Una hipótesis posible es que el humor guarro de La Negra Gedienta, recientemente publicado por Historieteca Editorial, le hace bajar la guardia a los muchachos y la colorada se las manda a guardar. Majox lleva algunos años subiendo chistes del personaje en redes sociales y esta recopilación le supuso una gran curaduría de esa producción. El resultado es contundente y, sobre todo, muy gracioso.

► Buenas vibraciones

«En 2015, 2016, empecé a dibujar un personaje que trataba de que no fuera como otros personajes de mujeres que en ese momento había en las redes, sino lo opuesto.  Se me ocurrió una chica de Mataderos que chongueaba, que disfrutaba su sexualidad y en muchos aspectos se comportaba con la libertad con la que se comporta un hombre. Quería traspolar los comportamientos de los tipos en una mujer. Quería explorar eso, desde la poca formación del feminismo que tenía yo entonces. Eran ganas de expresarme y no hacer chistes de que no tengo qué ropa ponerme, que a mí no me identificaban«, recuerda la historietista.

Las redes sociales, especialmente Instagram, por entonces, era un campo más fértil. Un algoritmo más sencillo que mostraba casi cronológicamente y no escamoteaba las publicaciones a los seguidores. Antes de que Instagram se facebookizara, digamos. «Era todo muy orgánico, entonces la gente lo veía y empecé a tener muchos seguidores, eso me daba pie a seguir explorando los temas.»

Esa exploración dio lugar a muchos chistes con juguetes sexuales. «Me di cuenta de un tema que se me repetía: muchos chistes muy divertidos sobre juguetes sexuales. Soy muy franca y honesta con el placer femenino, lo naturalizo y trato de que la gente lo naturalice. Entonces cada cinco páginas hay un chiste sobre vibradores o juguetes sexuales. ¡Después de eso la tapa salió sola!», explica.

► Historietista, feminista y cristinista

Majox se resiste a considerarlo un libro feminista. Pero sí tiene, reconoce su autora, una indudable perspectiva de género. «Creo que en todo lo que yo haga se va a notar que soy feminista y cristinista», considera. Sus viñetas crecieron y evolucionaron a la par de su interés y formación en el feminismo. «Básicamente fue por el movimiento de mujeres, la legalización del aborto, muchas cosas de los últimos años. Nos pasó a muchas personas de darnos cuenta de cómo reproducíamos estereotipos machistas o patriarcales en todo lo que hacíamos«, plantea.

«En lo personal, fue una búsqueda interna de quién soy en el mundo respecto del género que me tocó habitar. El movimiento de mujeres fue una manifestación cultural con una energía transformadora. En base a eso me puse a leer, investigar. Pero en ningún momento quisiera decir que es un libro feminista. Sí tiene una visión de género, digamos, una propuesta para cuestionarse ciertos roles y reírnos de nuestros propios furcios

Es que, como explica Majox: «Nadie le preguntaría a Gustavo Sala por qué hace un tipo con dos pitos en lugar de ojos, pero si lo hace una mujer es otra cosa, ¿no? Yo quiero ser habitante del mundo y tener las mismas oportunidades de moverme en el espacio que los demás«.

► Las negras gedientas

La historietista se crió en San Luis y esos años formativos puntanos fueron difíciles. «Es una provincia complicada, conservadora, digamos», observa. «No crecí en un contexto de mucha libertad y de alguna manera la Negra vino a hacer catarsis de ese cuestionamiento», reflexiona. La mudanza a Buenos Aires y las redes sociales hicieron su parte en abrir el mundo.

«Durante muchos años tuve motos y fui muy de habitar espacios masculinos de una forma que, plantean algunas teóricas, es una forma de mimetizarse en el universo del hombre. Me costó encontrar mi forma de sentir, que no estuviera contaminada por esas cuestiones sociales«, cuenta.

La Negra Gedienta parece haber operado de agente descontaminante. De marcas propias y ajenas, de amigas, cuyos padeceres de algún modo llegaron a sus viñetas de modos gracioseados. «En ese sentido, siento que es un contenido cooperativo y comunitario; tiene crítica social, especialmente crítica de género, pero no es panfletario; plantea situaciones de desigualdad y lo puede leer alguien que no le interese el feminismo… entenderlo y reírse.»