Bajo este complejo panorama, el Gobierno termina de definir la convocatoria a sesiones extraordinarias La semana pasada, Alberto Fernández se reunió en la residencia oficial de Olivos con el jefe del bloque kirchnerista en Diputados, Germán Martínez; y la titular de la comisión de Juicio Político de la Cámara baja, la también oficialista Carolina Gaillard. Allí, el Presidente solicitó rapidez al tratamiento de la jugada del Gobierno y varios mandatarios provinciales contra toda la Corte Suprema de Justicia.
Una vez activo el período de extraordinarias, Gaillard podría convocar a la comisión y exigir la exposición de los involucrados -jueces supremos-, algo que incomodaría a Juntos por el Cambio por la vieja disputa que tiene la Coalición Cívica con el magistrado Ricardo Lorenzetti.
En el mejor de los casos, y si el oficialismo juega la delicada carta de llevar a los magistrados al Congreso, el tema avanzaría en comisión como un máximo triunfo para el kirchnerismo. En dicha instancia cuenta con mayoría, pero el asunto quedará bloqueado en el recinto, ya que una acusación de este tipo necesita dos tercios de los votos en el recinto. Una situación similar ocurre en el Senado.
Mal clima
Días atrás, la presidenta de Diputados, Cecilia Moreau, invitó a “todas las expresiones políticas a un debate de ideas y proyectos que mejoren la calidad de vida”. Para blindar esa idea, buscó dejar de lado la guerra política contra gran parte de la oposición y pidió por la moratoria previsional que ya votó el Senado y espera ser sancionada por la Cámara baja.
Todo eso quedó hecho cenizas anteayer tras las palabras del canciller, Santiago Cafiero. Al referirse a las violentas ocupaciones de instituciones democráticas de Brasil y, en declaraciones radicales, el funcionario´comparó a Macri con Bolsonaro y tendencias antidemocráticas.
La oposición no tardó mucho en contestarle. De hecho, en muchos despachos de la oposición e incluso algunos oficialistas aún recuerdan el inseguro paso de Cafiero por el Congreso -informes de gestión- como jefe de Gabinete. Por un lado, el jefe del radicalismo en Diputados, Mario Negri, sostuvo que las manifestaciones en cuestión “son una vergüenza”. Y agregó: “Relacionar el ataque a las instituciones en Brasil con el expresidente Mauricio Macri sólo cabe en una mente infame y trasnochada. Ya no saben qué hacer para tratar de sostener el relato falaz del que viven”.
Por su parte, desde el interbloque macrista en el Senado -lo maneja el radical Alfredo Cornejo-, Pablo Blanco manifestó: “Deje de agredir a la oposición, Cafiero. Le recuerdo que el kirchnerismo se parece mucho al bolsonarismo. Ambos no entregaron los atributos presidenciales a su sucesor y colonizaron el Estado”. Tampoco se quedó atrás la presidenta del PRO, Patricia Bullrich. “Mauricio Macri fue democráticamente electo y ejerció su mandato siempre con apego a la ley y respetando las instituciones, a diferencia de ustedes, que se hacen los democráticos cuando les conviene. Trate de estar a la altura de su cargo”, expresó.