Harry, quien hoy a sus 38 años, es dos años mayor que Diana en el momento de su muerte, continuó: «La he sentido más en los últimos dos años que en los últimos 30».
También habló sobre la necesidad que William y él mismo han sentido en ocasiones de ocultar públicamente la tensión entre ellos tras la muerte de su madre. “Cualquiera que sufra un trauma, conmoción, dolor, pérdida, que todos tenemos y todos tendremos, tiene que poner buena cara”, dijo Harry.