“La primera etapa es la investigación y las pruebas, lo cual se realiza rápido porque se debe mermar sodio y materias grasas a los productos panificados ” detalló Albertus, y consideró que “en cuanto más le podamos mermar, ya será beneficioso para la salud». Contó además, que en la segunda etapa las panaderías que ya estén habilitadas, deben reempadronar el producto, el cual ya contará con la fórmula que especifica que se hizo la merma de sodio y grasas trans. Es así que puntualizó que esto “no generará complicaciones en las panaderías que ya se encuentran afiliadas a la cámara o que están en el Sistema Provincial de Salud (SIPROSA)».
El empresario remarcó que esta iniciativa marcará una diferencia con las “panaderías clandestinas”, ya que las mismas no tienen “ningún tipo de control». Así también aseguró que abre la posibilidad de que estas panaderías salgan de la clandestinidad, debido a que en el Centro de Panaderos de Tucumán existen “gestores que hacen habilitación del SIPROSA y habilitación del producto”. Para ello se pretende establecer un convenio que facilite la inscripción en el SIPROSA.
En cuanto al costo del producto final, afirmó que este no se verá modificado. Mientras que el sabor podría llegar a ser menos salado o empalagoso, pero el producto no se verá alterado.
Finalmente agregó que lo importante es “cuidar la salud de la gente a través de productos sanos y controlados”.