Indonesia buscó mediar entre Ucrania y Rusia bajo una política de no alineamiento

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El presidente de Indonesia, Joko Widodo, utilizó su rol de anfitrión del G20 para oficiar como mediador entre Ucrania y Rusia en una misión que no tuvo éxito, como lo refleja la ausencia del líder ruso, Vladimir Putin, de la cumbre que se realizará el próximo martes y el miércoles en Bali, pero que le permitió ganarse un lugar en la escena mundial y revitalizar la bandera del no alineamiento que su país impulsó en plena Guerra Fría.

A fines de junio pasado, Widodo y su esposa realizaron un viaje de 11 horas en tren desde Polonia a Kiev para encontrarse personalmente con el mandatario ucraniano, Volodimir Zelenski, e invitarlo a asistir a la reunión de las economías más importantes del globo.

Horas antes de adentrarse en el territorio en guerra, «Jokowi», como se lo conoce en su país, había participado en la cumbre del G7 en Alemania, donde mantuvo bilaterales con los otros líderes que asistieron y hasta se llevó un abrazo y sonrisas del presidente estadounidense, Joe Biden, con quien se reunió hoy en Bali.

«Como anfitrión del G20, Indonesia no pretende desprestigiar a ningún miembro. Reconoce que, debido a las circunstancias actuales, tenía que equilibrar los intereses de los miembros, invitando no solo a Putin, sino también al presidente Zelenski»Gilang Kembara

A pocos días de ese gesto, el mandatario indonesio estrechó manos con Putin en Moscú, le entregó un mensaje de Zelenski, sin revelar nunca el contenido, expresó su voluntad de «poner en marcha» una comunicación entre ambos líderes para que «la guerra termine lo antes posible» y también invitó personalmente al jefe del Kremlin a la cumbre en Bali.

«Como anfitrión del G20, Indonesia no pretende desprestigiar a ningún miembro. Reconoce que, debido a las circunstancias actuales, tenía que equilibrar los intereses de los miembros, invitando no solo a Putin, sino también al presidente Zelenski», indicó a Télam Gilang Kembara, investigador del think tank Centre for Strategic and International Studies con sede en Yakarta.

Vladimir Putin presidente de Rusia Foto AFP

Vladimir Putin, presidente de Rusia. Foto: AFP

«Teniendo en cuenta que la crisis entre Rusia y Ucrania es probablemente el mayor problema mundial en la actualidad, el hecho de que la cumbre del G20 sirviera como plataforma a la que asistan los líderes de los países en conflicto hubiera sido sin dudas un gran mérito de Indonesia», añadió en diálogo con esta agencia Lina Alexandra, titular del Departamento de Relaciones Internacionales de la misma organización.

Un intento sin éxito

El esperado encuentro finalmente no ocurrirá: Putin no viajará a la cita en la turística isla indonesia, que además lo hubiera juntado por primera vez desde el estallido de la guerra en Ucrania con Biden.

La misión de Widodo no tuvo éxito, tanto en el objetivo internacional de elevar la relevancia de la cumbre organizada por su Gobierno con la presencia de Putin y Zelenski bajo un mismo techo, como en el doméstico, en el que intentó con sus diálogos reanudar las exportaciones de los granos ucranianos bloqueados en los puertos por la guerra.

Fue Turquía, también miembro del G20, y la ONU quienes mediaron para reiniciar la salida de barcos por el mar Negro, en un acuerdo que expira el 19 de noviembre y cuya continuidad Rusia pone en duda bajo el argumento de que las cargas no van a los países que más lo necesitan.

Volodomir Zelenski presidente de Ucrania Foto AFP

Volodomir Zelenski, presidente de Ucrania. Foto: AFP

Indonesia no es hasta el momento uno de los grandes beneficiarios del pacto y eso es un problema para uno de los mayores importadores de grano ucraniano, especialmente el trigo, fundamental para el país que tiene la segunda mayor demanda mundial de fideos instantáneos en el mundo detrás de China.

Pero todos estos viajes sí le permitieron a Widodo ganarse un lugar en la escena mundial en su segundo y último mandato como presidente indonesio, con una actividad diplomática que incluyó además ser el primer jefe de Estado en visitar al presidente chino Xi Jinping tras los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing que se realizaron en febrero de este año, en una gira que incluyó reuniones con los líderes de Japón y Corea del Sur, todos miembros del G20.

La política exterior de Indonesia

Estas reuniones van de la mano del principio de una política exterior «libre y activa» que definió Indonesia desde su independencia de los Países Bajos en 1945, que implica relacionarse con otras naciones sin involucrarse en los conflictos de las potencias, y que una década más tarde le permitió ser uno de los primeros impulsores del Movimiento de Países No Alineados, formalmente creado en 1961 para propiciar la neutralidad de sus miembros en plena Guerra Fría.

«Podría decirse que nuestro dogma de política exterior de ‘libre y activa’ permite un grado de flexibilidad para comprometerse con cualquier país y líder mundial. Es más, en el contexto de la guerra ruso-ucraniana, esto permite a Indonesia dialogar con Rusia y Ucrania en igualdad de condiciones, sin ningún factor de restricción provocado por las diferencias de ideología o perspectivas», resaltó Kembara.

«Podría decirse que nuestro dogma de política exterior de ‘libre y activa’ permite un grado de flexibilidad para comprometerse con cualquier país y líder mundial»

«Tengo mis dudas de que esta práctica se hubiera imitado en un G20 organizado este año por Estados Unidos o el Reino Unido», apuntó el investigador del Centre for Strategic and International Studies.

Para Alexandra, su compañera en la misma organización, este principio de política exterior «podría ser un factor» para entender el acercamiento de Widodo con todos los miembros del grupo, sin importar su posicionamiento ante la invasión rusa, pero aclaró que «no es el dominante».

«La disminución de la tensión entre Rusia y Ucrania y los países occidentales contribuiría sin duda a la vuelta a la normalidad de la cadena de suministro mundial, lo que beneficiará a todos, incluida Indonesia», concluyó.

Operativo militar en Bali para garantizar la seguridad en el G20

Más de 18.000 efectivos, entre policías y militares, fueron desplegados en Bali por la cumbre de líderes políticos del G20 que se realizará el próximo martes y el miércoles en esa isla de Indonesia, en un operativo de seguridad que también incluye tanques y hasta 13 buques de guerra.

Las autoridades precisaron que en total son 18.030 los uniformados que participan del operativo y su presencia es notoria tanto en las sedes del encuentro, como en los hoteles en los que se alojan los jefes de Estado y delegados en la turística zona de Nusa Dua, en el sur de la isla.

También en las calles, donde abundan tanto soldados vestidos con un uniforme estilo camuflaje en verde y negro, como policías que constantemente usan sus silbatos para intentar ordenar el tránsito, colapsado ante la gran cantidad de vehículos que transportan a los participantes.

Los efectivos están desplegados incluso en la línea costera, donde se encuentran los paradores de los grandes resorts que hay en el área.

Operativo de seguridad en Indonesia Foto AFP

Operativo de seguridad en Indonesia. Foto: AFP

Desde la playa, donde el visitante puede al menos enfrentar un poco el agobiante calor húmedo de la jornada, también se pueden observar los 13 buques de guerra que forman parte del operativo e incluso allí están estacionados algunos de los tanques y vehículos blindados.

También custodian la cumbre cuatro aviones de combate (F16 estadounidenses y Sukhoi rusos), una aeronave de reconocimiento de Boeing y dos aviones de carga Hércules para eventuales evacuaciones médicas.

Las autoridades instalaron tecnología de reconocimiento facial, más de 1.700 cámaras de vigilancia y cientos de cámaras transportadas por agentes de policía.

Además de los posibles incidentes, están las protestas que suelen realizarse en cada cumbre de líderes mundiales, aunque las autoridades de Indonesia indicaron que buscarán evitarlas con todo el peso de la ley local.

Medidas de seguridad para manifestaciones y desastres naturales

La oficina de Inmigración de Bali indicó que aumentó los controles de los extranjeros que visitan la isla, en un esfuerzo por asegurar que ninguno de ellos realizara o participara en una protesta durante el G20.

Anggiat Napitupulu, titular del Ministerio de Leyes y Derechos Humanos de la provincia, dijo que de acuerdo con la ley, los extranjeros tienen prohibido realizar manifestaciones en el país, ya que interrumpe el orden público, citó el diario local The Jakarta Post.

Ese mismo medio de comunicación informó que hay 1.500 oficiales preparados para una eventual evacuación en el caso de un desastre natural como un terremoto, inundación o hasta un tsunami.

Bali está ubicada en el llamado cinturón de fuego del Pacífico, al igual que la zona cordillerana de la Argentina, caracterizada por tener importantes actividades sísmicas y volcánicas.

En 2004, un terremoto submarino en la cercana isla de Sumatra provocó un tsunami que mató a más de 130.000 personas, solamente en Indonesia.

En Bali además está ubicado el monte Agung, el pico más alto de la isla y un volcán que tuvo varias erupciones en 2017 y 2019.