Arranca el juicio por jurados a una mujer acusada de matar a su esposo en Open Door

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El juicio por jurados a una mujer por el homicidio de su esposo, un empresario rural asesinado de un tiro en la cara en agosto de 2019 en su casa de un barrio cerrado de la localidad bonaerense de Open Door, comienza este lunes mañana y mientras la defensa buscará su absolución al considerar que era «víctima de violencia de género», la querella sostendrá el pedido de prisión perpetua.

El debate tiene en el banquillo de los acusados a Gabriela Moreira (42), quien llega detenida a esta instancia por el «homicidio agravado por el vínculo y por alevosía» de Rolando Josué Nusbaum (67).

Fuentes judiciales informaron a Télam que la audiencia comienza a las 8 con la selección de los 12 jurados titulares y 6 suplentes en un debate dirigido por la jueza Patricia Guerrieri, del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Mercedes.

Entre lunes y miércoles declararán varios testigos entre familiares y amigos de la pareja en una sala ubicada en calles 20 y 21 de esa ciudad bonaerense.

El fiscal Guillermo Lennard buscará acreditar que el hombre, quien era administrador de un coto de caza en La Pampa, murió el 12 de agosto de 2019 a raíz de un único disparo de arma de fuego efectuado «a corta distancia» sobre su pómulo derecho, cuando estaba acostado y tapado con sábanas en su cama, mientras dormía.

En un primer momento, Moreira relató a la Policía que cuatro delincuentes habían ingresado en su casa, en el lote 124 del club de campo «La Ranita» de Open Door, partido de Luján, los despertaron, los sacaron de la cama y los obligaron a recorrer distintos ambientes en busca de dinero y elementos de valor.

La mujer contó que los delincuentes se llevaron 30.000 dólares, dos celulares, elementos de valor como cuchillería y varias armas de fuego, algunas de éstas largas, por la actividad de caza de su marido.

Además, dijo que mientras estaba en la planta baja recorriendo los ambientes con uno de los asaltantes, escuchó la detonación de un arma de fuego, pero no pudo ver qué sucedió.

Sin embargo, el abogado Leonardo Sigal, representante de la acusada junto a Pablo Becerra, dijo a Télam que cuando la fiscalía de instrucción elevó la causa a juicio como presunta «encubridora», ella asumió haber cometido el hecho en «contexto de violencia de género».

«Ella simuló un robo y esa es la prueba más grande de que estaba inmersa en violencia de género ya que las víctimas orientan siempre la escapatoria para otro lado cuando tienen una ley que las puede excusar», afirmó el letrado.

Sigal añadió que buscarán la «absolución» porque la mujer pudo haber estado en un estado de «emoción violenta» bajo ese contexto de violencia. «Los testigos con los que nos entrevistamos han relatado esas situaciones vividas sufridas por ella y toda la familia», sostuvo.

En cambio, el abogado Sergio Dubove, quien junto a su colega Germán Camps representa a la hija de Nusbaum de su primer matrimonio, negó que durante la relación haya habido violencia de género.

«En todo el historial de la relación no había una sola denuncia, en un juicio de divorcio que ella había iniciado un tiempo antes no hizo ninguna referencia a una situación de violencia y tampoco en sus declaraciones, tanto en la etapa de instrucción como en la oral», destacó el letrado.

El homicidio

El hecho ocurrió el 12 de agosto de 2019 en una casa de «La Ranita», donde estaba el matrimonio y sus dos hijos, un adolescente de por entonces 16 años y una niña de 9, que dormían en la planta alta y no llegaron a escuchar nada.

«Esa noche cuando estaban cenando él le dijo ‘me parece que hoy es tu última noche’ y a las dos de la mañana vuelve una discusión por celos que era un gran problema que tenía la pareja, a nivel de que le había puesto un GPS para controlarla», aseguró Sigal.

Según el abogado, Nusbaum tenía una pistola Beretta calibre 9 milímetros que «siempre tenía en la mesa de luz o abajo de la almohada» y en la discusión ella tomó el arma que él intentó agarrar. «La tira contra un modular y le dice ‘hija de puta, te voy a matar’ y ahí ella se da vuelta y lo mata de un disparo que entra por el malar derecho», agregó.

Tras ello, la mujer intentó simular un robo y en un campo descartó la pistola que nunca fue hallada junto a los celulares, pero desde un principio la fiscalía descreyó de esa versión y ella misma terminó por admitir la autoría, aunque en una situación de agresión.

No obstante, el abogado Dubove sostuvo que el fallecido «estaba durmiendo, ella se despertó y le pegó un tiro en la cabeza, tan simple como eso», por lo que pedirán la pena de prisión perpetua.